Este sábado 13 de agosto, miles de personas llevaron a las calles la indignación por la cotidiana violencia contra la mujer. Una indignación que empezó a expresarse como nunca antes después que el agresor de Arlette Contreras fuera puesto en libertad con solo un año de prisión suspendida. La manifestación de este fin de semana ha marcado un hito en la historia del país ya que es la primera vez que esta problemática se expresa con tanta claridad y porque ha sido una de las que ha convocado mayor cantidad de personas.   

La violencia contra la mujer engloba tantos y tan distintos casos que es importante conocer algunas de las inquietudes particulares de los asistentes y cómo las nombran. Escucharlas, en muchos casos, nos permite dejar los lugares comunes o las frases clichés para aterrizar en miedos, preocupaciones, aspiraciones o recuerdos concretos.

Estas son las razones de algunas de esas miles de personas:

María Molina Villanueva, 20 años, estudiante de periodismo: "Tengo amigas que han fallecido a causa de las agresiones de sus propios enamorados y padres. Ellas ya no pueden venir, pero yo estoy acá por ellas".  

Luz Vargas de la Vega, 36 años, docente: "Hay demasiadas instituciones y organizaciones sociales que son injustas en los casos de los abusos contra las mujeres, como la Iglesia , alguna prensa y el Poder Judicial".  

Claudia Ochoa Paucarcaja, 23 años, diseñadora gráfica: "Vengo a defender los derechos de las mujeres que usualmente son pisoteados. Un mujer tiene el derecho a defender sus derechos y su integridad".  

Anarella Alva Rios, 37 años, pastelera: "Estoy harta de ser el segundo término de todo y que siempre escuches de tus amigas algún caso de violencia cada día, cada semana, cada mes".  

Carmen Luz Gorriti, 64 años, socióloga y terapeuta: "Estoy acá por mi madre que fue una víctima más y porque practicamente no hay una sola mujer que no tenga una razón por la cual estar acá".  

Yina Chacón Antezana, 60 años, feminista: "Las mujeres debemos exigir justicia. No puede seguir ocurriendo lo que ocurrió con Arlette Contreras. No puede ser que el Poder Judicial no comprender la real violencia que existe contra la mujer".  

Angélica Motta Ochoa, 44 años, antropóloga: "He venido porque quiero que cambien las relaciones de poder entre hombres y mujeres. Los femenicidios son graves, pero es importante pensar más allá del día de hoy y seguir luchando por la educación sexual integral en las escuelas, por el aborto libre, por la justicia para las mujeres esterilizaciones, para las mujeres violadas y toda la lista que es muy larga".

Claudia Naganona Paz, 27 años, antropóloga: "He venido para crear conciencia de que la violencia contra la mujer es el principal problema de nuestra sociedad. Empieza en la casa, pasa a las escuelas y está presenta en la vida cotidiana y que hemos visto aumentar este año".  

Yenira Dominguez Vergaray, 55 años, niñera: "Basta ya de tanto sumismo y maltrato. No me gustaría perder a ningún ser querido por causa de un salvaje. Eso es digno de una lucha. Esos que matan no tienen nombre y deben existir penas drásticas para ellos".  

María Fernanda Laso Geldres, 24 años ,estudiante de arte: "He venido porque la mujer en el Perú no está en la misma condición del hombre".