Hace una semana, en Colombia comenzaron a circular por redes sociales unas cartillas en formato de cómic en las que en las que aparecen dos hombres en la cama. Estas imágenes, supuestamente, se repartieron en colegios de la costa Caribe del país como parte del material oficial de orientación sexual y desataron una fuerte polémica.

Como era previsible, los sectores políticos conservadores y la Iglesia Católica pusieron el grito en el cielo y acusaron al Ministerio de Educación de realizar un "adoctrinamiento hegemónico en identidad de género".

Incluso el Centro Democrático, que lidera el expresidente y actual senador Álvaro Uribe, el rostro más visible de la oposición, aprovechó el revuelo y se sumó a la convocatoria de una marcha nacional en "defensa de la familia" que convocaron los colectivos conservadores.

Esto pese a que la ministra colombiana de Educación, Gina Parody, descartó en una conferencia de prensa que esas cartillas sean parte del material educativo oficial del Gobierno y que se trata más bien de una noticia falsa de las muchas que circulan por redes sociales para "generar confusión y miedo entre los padres de familia".

El caso abrió un debate sobre la educación sexual y de género en Colombia, en parte debido a que algunos medios, sobre todo de la costa del país, difundieron la noticia como si fuera cierta y comenzó a viralizarse entre quienes quieren hacer creer a los padres de familia que esas cartillas ya forman parte del currículo escolar de sus hijos.

Pero lo cierto es que las imágenes de la discordia fueron sacadas del cómic In bed with David&Jonathan, del ilustrador belga Tom Bouden, publicado en 2006. Así y todo, los sectores conservadores insistieron en su arremetida contra el Ministerio de Educación.

Incluso recurrieron a un manual del sector Educación, elaborado en colaboración con la ONG Colombia Diversa, que defiende los derechos de la comunidad LGTB, en el cual se responden 34 preguntas sobre diversidad sexual y enfoque de género. 

Este material, de uso exclusivo para directores de colegios y docentes, se dispuso a raíz del caso de Sergio Urrea, un estudiante que se suicidó a los 16 años, debido a la discriminación que sufría por su orientación sexual. 

La madre del escolar logró que la Corte Constitucional fallara a favor de revisar los manuales de convivencia que se imparten en los colegios para "determinar si de algún modo podrían estar incurriendo o promoviendo la discriminación, por raza, género y orientación o identidad sexual". Además, este tribunal decidió en febrero pasado que la educación sexual solo debe impartirse en secundaria (a partir de los 11 años de edad) y en las universidades.

Álvaro Uribe usó como excusa un texto elaborado por Colombia Diversa, que sostiene que "no se nace siendo hombre o mujer pues la identidad de género es una construcción de la sociedad", para meterse de lleno en la campaña contra el Ministerio de Educación. "Decir que no se nace mujer u hombre sino que eso lo define la sociedad es un abuso a los menores, un irrespeto a la naturaleza y a la familia", dijo el senador y expresidente.

Pero hay políticos que han ido mucho más allá, como Ángela Hernández, diputada de la región Santander y una de las principales promotoras de las marchas, quien dijo que el Gobierno pretende "una colonización homosexual en los colegios".

"Las críticas se basan en comentarios aislados y parciales de la cartilla, para mentir y desinformar", dijo por su lado la directora de la ONG Colombia Diversa, Marcela Sánchez, quien aseguró que no recibió ningún pago por el trabajo que realizó su organización, en respuesta al uribismo, que denunció en el Congreso que ese manual para docentes sí se financió con recursos públicos.

La polémica salpicó hasta la ONU, que trabaja en una nueva cartilla "de carácter técnico", en colaboración con la cartera de Educación, a través del Fondo de Población (UNFPA), para prevenir la discriminación en las escuelas del país.

El documento en mención, llamado "Ambientes escolares libres de discriminación", se encuentra en fase de borrador y fue publicado en la web de UNFPA "en aras de la transparencia", según dijo Jorge Parra, a cargo de esta entidad en Colombia.