"Acabaré mi carrera como quiero, es lo único que me importa". Esas fueron una de las frases que dijo Michael Phelps, luego de ser elegido por los 554 atletas que forman la delegación estadounidense para que sea su abanderado en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, que se inauguran este viernes.

"Esta vez vez se trata de mucho más que lograr medallas", agregó el 'tiburón' de Baltimore, una leyenda viva del olimpismo: es el deportista con más medallas en la historia de los Juegos (con 18 oros, dos platas y dos de bronce). Además, sumará su quinta olimpiada, lo que le convierte, a sus 31 años, en el nadador que con más participaciones sobre sus espaldas.

Phelps dio una conferencia en Río. (EFE)

Con sus declaraciones en la sala "Samba" del Principal Centro de Prensa (MPC) de Río de Janeiro, Phelps parecía hacer alusión entre líneas a su historia personal, esa que lo llevó a tocar fondo y lo sumió en el alcoholismo y el juego hasta hace solo dos años atrás, para luego reponerse y seguir escribiendo su historia en el deporte de élite.

El nadador de Baltimore debutó con apenas 15 años de edad en Sydney 2000 y se retiró después de los juegos de 2012 con el mejor palmarés de toda la historia olímpica: ganó seis oros y dos bronces en Atenas 2004; ocho oros históricos en Pekín 2008 y otros cuatro más en Londres, hace cuatro años, a los que añadió dos platas.

"Para mí, lograr clasificarme para competir en el equipo olímpico en Sydney ya fue muy importante. Y luego, cada vez ha ido a mejor en los siguientes Juegos. Es un honor tremendo. No tengo palabras", anotó Phelps, que dio una conferencia junto a su técnico, el mítico Bob Bowman, con quien se empezó a entrenar a los 11 años.

Phelps y su entrenador y padre deportivo, Bob Bowman, en río. (EFE)

Michael Phelps llegó a Río en circunstancias totalmente distintas a las de sus otras participaciones. Aparte de haberse recuperado de sus adicciones, se reconcilió con su padre, separado de su madre desde que él era niño, y hace unos meses se convirtió en padre por primera vez de un niño, Boomer, con su pareja, Nicole Johnson, Miss California en 2010.

"Hablé el otro día con mi agente y esta vez es todo mucho más emocional que en otros Juegos. Ser elegido para liderar al equipo en una Ceremonia de Apertura es una de las cosas más sensacionales que me han pasado jamás", dijo el 'tiburón' de Baltimore. 

"Me estoy divirtiendo, me gusta lo que hago. Bob y yo volvemos a hacer chistes en la piscina, durante los entrenamientos. Voy a ser capaz de acabar la carrera como yo quiero. Y eso es lo único que me importa", recalcó Phelps, que analizó el gran cambio que ha dado su vida estos últimos años.

"El cambio en todo me ha dado una cabeza clara, tanto en la piscina como en la vida (...) También hubo mucho gente que influyó en mí y a la que les estoy muy agradecido. Entre ellos este señor, aquí", dijo el multicampeón norteamericano en referencia a Bowman, su 'padre' deportivo y sargento.

"Estos dos últimos años han sido, sin duda, los dos más fantásticos de mi vida. Y no los cambiaría por nada", explicó, en alusión a la etapa que logró dejar atrás, tras su paso por una clínica de rehabilitación para alcohólicos.

"Nicole me manda fotos a diario del niño. Y verlo crecer es algo apasionante. Éstos serán -lo voy a decir, por si vuelvo- mis potenciales últimos Juegos", dijo Phelps entre risas. "Y saber que verá mis potenciales últimas carreras es algo que me hace mucha ilusión poder compartir con él. Me encanta la idea de poder ver a Boomer vestido, e impresionado, en las gradas", apuntó.

Phelps contó que en la Villa Olímpica se cruzó con el tenista serbio Novak Djokovic, número uno del mundo y quien buscará su primer oro olímpico en Río, con el que charló un rato, se hizo una foto y del que afirmó que es "un tipo muy sencillo, con los pies en el suelo".

Al ser consultado por el tema del dopaje, en concreto con lo que se refiere a Rusia, sobre cuyos nadadores el Comité Olímpico Internacional (COI) aún tendrá que decidir, Phelps fue rotundo: "Siempre digo lo mismo: todos queremos deportistas limpios".

"Yo soy el único que puedo controlarme a mí mismo. Y sólo me puedo controlar a mí. A nadie más. Pero no sé si durante mi carrera puedo decir que siempre he estado compitiendo en un deporte limpio", anotó.

"Lo fantástico de unos Juegos es que no importa quién seas, porque siempre tendrás el nivel de competir al más alto nivel. Y ser capitán de este equipo es algo tremendo", insistió la leyenda olímpica, quien también tuvo palabras de apoyo para el equipo de refugiados que competirá en Río. Refugiados que, en muchos casos, tuvieron que nadar de otra forma: para intentar salvar sus vidas.

"Este tipo de historias demuestra lo fascinantes y potentes que unos Juegos pueden ser. Estamos juntos durante dos semanas gentes de lugares, tradiciones y culturas muy diferentes. Para divertirnos y representar a nuestros países. Este es el evento más fascinante en el que puedes estar", concluyó Phelps.

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