El asesinato de un cura mientras oficiaba misa en una iglesia de Normandía, a casi dos semanas de que murieran 84 personas arrolladas por un camión en un paseo marítimo en Niza, puso en evidencia que Francia y en casi toda Europa occidental están ante una pesadilla difícil de combatir: el nuevo terrorismo o los atentados perpetrados por 'lobos solitarios'.

Cuatro ataques en una semana en Alemania no solo afianzan el temor sino que confirman la gravedad de la situación, mientras que los discursos radicales que usan el miedo como bandera y exigen mano dura y medidas que ponen en jaque los valores democráticos,  ganan adeptos

A esto se suman los problemas de fragmentación del proyecto europeo que trajo el Brexit, lo que puede agravar las crisis migratoria y de seguridad en la Unión Europea, según diversos analistas.

Ls autoridades europeas saben que es imposible poner un policía en cada iglesia y patrullar cada playa, pero así y todo buscan, a tientas, medidas para proteger mejor a sus ciudadanos de los llamados 'lobos solitarios'. Los dos ataques en Francia y dos de los cuatro en Alemania fueron reivindicados por el grupo Estado Islámico, organización terrorista a miles de kilómetros de distancia, con bastiones en Siria e Irak.

Manifestación del sábado último contra el terrorismo en Lyon convocada por el consejo musulmán.  (AFP)

El presidente francés, Francois Hollande, por ejemplo, propone crear una Guardia Nacional formada por reservas de civiles voluntarios y militares jubilados, pero la ausencia de detalles revela un Gobierno muy golpeado y una oposición que exige medidas como centros de detención o arresto domiciliario para los sospechosos de terrorismo, propuestas que rozan los límites del Estado de derecho.

Las autoridades Cannes, en la Riviera francesa, ya prohibieron a las personas llevar mochilas grandes en las playas por el temor de que escondan explosivos, mientras Gran Bretaña está financiando más seguridad en decenas de miles de lugares de culto. Claro, el reto ahora es proteger iglesias, sinagogas, circuitos turísticos, sitios de festivales, aeropuertos y estaciones de tren, por ejemplo.

Expertos en seguridad europeos además defienden en estos días el llamado modelo de seguridad israelí, con chequeos previos de equipaje en transportes y militarización de los espacios públicos.

“La militarización y las fuertes medidas de seguridad son medidas cosméticas. Puede que hagan que la gente se sienta un poco más segura; puede que ayuden a contener mínimamente el auge de los movimientos populistas. Pero su resultado es muy incierto”, sostiene Camino Mortera, del Centro para la Reforma de Europa, un laboratorio de ideas londinense, citado por el diario El País de España.

Fuentes diplomáticas en Bruselas, en el corazón de la comunidad europea, dicen que ya no se pueden improvisar más medidas en caliente. "Hay que aplicarlas a largo plazo, pero no como respuesta a cada atentado. Desde el punto de vista policial no se puede hacer mucho más", subrayan.

El 16 de septiembre se reunirán los jefes de Estado y de Gobierno europeos. El objetivo será definir el rumbo de la UE  tras el Brexit (la salida del Reino Unidos del bloque comunitario), pero el tema de la seguridad, tanto interna como externa, será el principal asunto sobre la mesa.

Lee también:

Francia: Yihadistas degollaron a un sacerdote en una toma de rehenes en inglesia de Normandía

La crisis de seguridad en Francia: hacia la permanencia de un estado de emergencia

Francia: Marine Le Pen le exige 'mano dura' a Hollande tras atentado en Niza