Durante la campaña de a segunda vuelta electoral, el ahora presidente Pedro Pablo Kuczynski afirmó que su gobierno fortalecería los programas sociales y que trabajaría por la niñez, la nutrición y la educación infantil para formar hombres y mujeres para el futuro del país. Incluso dijo que su propósito sería lograr cero desnutrición infantil y cero anemia al año 2021. “Hay 1 millón 200 mil niños desnutridos, y 600 mil anémicos, cifras que resultan alarmantes y que deben ser atendidas de manera inmediata desde el Ejecutivo”, aseveró en mayo pasado.
Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (Endes) del 2015, el año pasado hubo una merma en el ritmo de reducción de la desnutrición infantil, al pasar de 14.6% a 14.4%: más de 400 mil niños menores de cinco años con desnutrición crónica. El gobierno de Ollanta Humala ofreció disminuirla a 10% para este año, pero habrá que esperar las estadísticas oficiales.
Por ello, la Iniciativa contra la Desnutrición Infantil (IDI), un colectivo de organizaciones de la sociedad civil y agencias de cooperación nacional e internacional que desde el 2006 suman esfuerzos para promover políticas públicas y acciones concretas sobre las determinantes sociales para la reducción de la desnutrición crónica y la anemia infantil, han presentado al nuevo gobierno un listado de desafíos y recomendaciones para el periodo 2016-2021.
De acuerdo con el IDI, la desnutrición cuesta al Perú S/11 mil millones (2.2% del PBI), por costos asociados principalmente a la pérdida de productividad. Además, estudios recientes de la CEPAL y del Programa Mundial de Alimentos estiman que nuestro Estado debe invertir S/500 millones si pretende cerrar las brechas de coberturas de intervenciones efectivas para mejorar la nutrición infantil (suplementación de micronutrientes, atención prenatal y parto, por ejemplo). Y más de S/6 millones para cerrar las brechas de acceso a los servicios de agua y saneamiento al 2021. Cifras que se pueden discutir por la metodología de recolección de datos, pero que reflejan que seguimos con esta tarea pendiente.
La desnutrición infantil es el resultado de enfermedades infecciosas frecuentes, prácticas inadecuadas de alimentación e higiene, insuficiente acceso a servicios de agua y saneamiento, inseguridad alimentaria, ambiente insalubre entre otras causas asociados a las determinantes como la pobreza y la exclusión social. En la etapa escolar la desnutrición afecta sus capacidades cognitivas, generando un bajo rendimiento y menores posibilidades de acceder a otros niveles de educación, ingresos e incrementar su productividad en la edad adulta.
De hecho, el gobierno que acaba de terminar ha contribuido a disminuir la desnutrición crónica infantil. Lo hizo mediante el fortalecimiento de la política social a través de la estrategia nacional “Incluir para Crecer”, con la que impulsó metas nacionales y fomentó intervenciones efectivas multisectoriales e intergubernamentales articuladas, orientándolas a resultados prioritarios de nutrición y desarrollo infantil temprano.
Asimismo, se fortalecieron programas que permitieron la articulación sectorial de intervenciones claves para la reducción de la desnutrición y anemia infantil; se aumentaron los recursos presupuestales en la lucha contra la desnutrición; se hizo campañas de información y hubo movilización de la sociedad civil, entre otros avances. Se avanzó, pero aún falta. ¿Bastarán cinco años más para llegar a cero desnutrición, como dice el nuevo mandatario?
DESAFÍOS PARA PPK
De acuerdo con IDI, los desafíos para el gobierno durante el periodo 2016-2021 son los siguientes:
* Se estima en 400 mil niñas y niños menores de cinco años los afectados por la desnutrición crónica y en 600 mil niñas y niños entre 6 y 36 meses los afectados por la anemia, aumentando su riesgo de enfermar y morir.
* Se mantiene la desarticulación de los sectores y de los diferentes niveles de gobierno para concertar acciones oportunas, multisectoriales e intergubernamentales para la reducción de la DCI y la anemia en los diferentes territorios del país.
* La proporción del presupuesto de los programas presupuestales orientados a mejorar la nutrición infantil ha disminuido respecto al Presupuesto Público Total, pasando de 1.34% en el 2012 a 1.26% en el 2016.
* La débil participación de los ministerios de Agricultura, Producción y Vivienda, Construcción y Saneamiento en las políticas nacionales que promueven la articulación como la Estrategia Nacional Incluir para Crecer generan superposición, duplicidad de funciones, inversiones y servicios, así como la poca optimización de los recursos públicos.
* La baja cobertura y calidad de intervenciones efectivas en la reducción de la DCI y la anemia en poblaciones rurales, dispersas, andinas y amazónicas.
* Los programas sociales vinculados con la nutrición infantil tienen como característica un modelo de gestión centralista y sectorizado, donde cada institución prioriza sus resultados institucionales y no favorece la descentralización de los servicios.
La tasa de desnutrición crónica infantil se ha reducido de 29.5% en el 2006 a 14.4% en el año 2015, según Endes. Sin embargo, aún mantiene valores altos en zonas rurales (27.7%) y de mayor pobreza (31.6%). Asimismo, 16 regiones están por encima de la prevalencia nacional, siendo las más afectadas Huancavelica (34.0%), Huánuco (24.2%) y Ucayali (24.0%).
RECOMENDACIONES A PPK
En el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, IDI considera que la lucha contra la desnutrición crónica y la anemia infantil debe ser la política social prioritaria en la nueva gestión por su efecto directo en el capital humano y la productividad que son esenciales para el crecimiento económico sostenido.
Por tal motivo, hace las siguientes recomendaciones:
* Fortalecer el rol de articulación y coordinación vinculante de la Comisión Interministerial de Asuntos Sociales (CIAS), conducida por el presidente del Consejo de Ministros para la implementación de esta política social desde una perspectiva multisectorial e intergubernamental.
* Fortalecer el liderazgo del gobierno regional y del gobierno local para la articulación y gestión territorial de los programas y proyectos desarrollados en la región que están vinculados con la nutrición infantil, mediante el desarrollo de capacidades gerenciales y técnicas en el marco de la descentralización y los Acuerdos de Gobernabilidad.
* Implementar el Plan Multisectorial de la Estrategia Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional, reglamentar la ley de agricultura familiar que beneficia a la población rural e impulsar la aprobación de la Ley de Seguridad Alimentaria y Nutricional; y promover el desarrollo del sector agropecuario por su importancia en la reducción de la pobreza y brechas sociales de la población rural.
* Mantener y fortalecer los Programas Presupuestales Estratégicos: Programas Articulado Nutricional, Salud Materno Neonatal, Saneamiento Urbano y Saneamiento Rural, que sirvan de modelo para las intervenciones en Seguridad Alimentaria.
* Mantener el Fondo de Estímulo al Desempeño de Gobiernos Regionales y expandir la iniciativa a los Gobiernos Locales para el logro de los objetivos de reducción de la desnutrición crónica y la anemia infantil.
* Priorizar la reducción de la anemia infantil mediante el fortalecimiento de la capacidad de gestión y prestación del primer nivel de atención para el monitoreo y evaluación descentralizada de la logística, la cobertura de la suplementación, la implementación del programa educativo comunicacional y seguimiento del consumo de los suplementos de multimicronutrientes.
* Fortalecer el primer nivel de atención de salud para la promoción de la salud y prevención de la enfermedad que atienda integralmente y con calidad las necesidades sentidas y no sentidas de la persona en las diferentes etapas de la vida, la familia y la comunidad.
* Definir estrategias específicas basada en evidencias y con pertinencia cultural para mejorar la cobertura y calidad de la atención a poblaciones excluidas y dispersas, poblaciones indígenas y de difícil acceso; agricultores con producción de subsistencia y menos de 1 hectárea de terreno.
* Implementar el programa de agua y saneamiento rural dentro del marco de la descentralización, reforzando las capacidades de los gobiernos regionales y locales con un enfoque de servicios y desarrollar investigación y tecnologías para poblaciones rurales dispersas.
* Generar espacios de participación ciudadana en la formulación de políticas públicas, la priorización de las inversiones, la gestión de los servicios, la vigilancia social y la rendición de cuentas.
La anemia en menores de 6 a menos de 36 meses de edad ha aumentado (1,9 puntos porcentuales) de 41.6% (2011) a 43.5% (2015), según Endes. Se mantienen valores altos en zonas rurales (51,1%) y de mayor pobreza (50,4%). Las regiones más afectadas son: Puno (76.0%), Madre de Dios (58.2%) y Pasco (56.8%).
Metas para el Bicentenario
La Iniciativa Contra la Desnutrición Infantil confía en que el presidente Kuczynski ratifique su compromiso de luchar contra la desnutrición crónica y la anemia infantil, y alcanzar en el Bicentenario las metas siguientes:
* Reducir la desnutrición crónica infantil en menores de cinco años de edad en las zonas rurales y estratos más pobres de 34% a menos de 20%, y a nivel nacional a menos del 10%.
* Disminuir la anemia en menores de 3 años de edad a nivel nacional de 43% a menos de 20%.
* Incrementar el gasto público anual en acciones para la reducción de la desnutrición crónica infantil y la anemia de 1.25% del presupuesto público en el 2015, a 1.5% en el 2020.
A la promesa electoral del nuevo presidente y las recomendaciones de la IDI, hay que recordar lo que han dicho los funcionarios salientes del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social: hay que consolidar la estrategia Incluir para Crecer con diferentes sectores del Estado, y continuar con los mecanismos de incentivos a gobiernos regionales y locales para acabar con la desnutrición crónica infantil en los Andes y la Amazonía del Perú. Los desafíos también serán responsabilidad de la flamante ministra Cayetana Aljovín.
(Foto portada: Andina)