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13 preguntas a Jesús Cossio sobre 'Los Años del Terror'

El autor de cómics presenta 3 libros en la FIL 2016. Conversamos con él sobre este trabajo en específico -el último en su serie sobre el conflicto armado interno-, las experiencias en talleres con adolescentes que lo moldearon, y la posibilidad de que pueda ser un manual para usarse en colegios.

Publicado: 2016-07-27

Más de una vez hemos señalado que Jesús Cossio es probablemente el autor de cómics peruano más importante de su generación. Lo que sí, es el más versatil. Además de sus viñetas más personales y cargadas de ironía como 'Mala Onda' y 'Las increíbles aventuras del hombre que NO se hacía dramas', el dibujante ha tratado el complicado tema de la guerra armada interna de los 80-90s (y sus secuelas posteriores en el imaginario nacional) con las novelas gráficas 'Rupay - Historias Graficas Sobre La Violencia Política 1980-1984' (en coautoría con Luis Rossell y Alfredo Villar) y 'Barbarie - Cómics Sobre La Violencia Política 1985-1990'.

En la Feria del Libro de este año, Cossio ha presentado 3 trabajos: La reedición de 'Rupay', un compilado de sus viñetas de 'Mala Onda', y 'Los Años del Terror', una nueva entrega del artista sobre el tema del conflicto armado. En ella se cuenta la historia desde un formato y objetivos nuevos.

El libro está basado en las experiencias de Cossio dando talleres de cómic y memoria a estudiantes de 5to de secundaria en el interior del país como parte de un proyecto de la CMAN - Comisión Multisectorial de Alto Nivel para las Reparaciones del Ministerio de Justicia. El libro se organiza en base a 50 preguntas sobre el Conflicto Armado Interno que se responden con un lenguaje sencillo, conciso y con bastantes ayudas visuales. Como dice el mismo autor en el prólogo: "hice este libro con la idea de que sirva a adolescentes y adultos como introducción al periodo de violencia que ocurrió en el Perú entre los años 1980 y 2000".

Conversamos con Cossio sobre sus experiencias en los talleres que moldearon este libro y las posibilidades y ambiciones que tiene de que llegue a ser un manual para escolares sobre un tema tan delicado.


Presentaste 3 libros en esta feria. Eso seguro fue una locura .
No tanto. Comparado a lo que es terminar el libro, que entre a imprenta y luego a tiendas esto es más sencillo. No soy muy fan de las presentaciones públicas pero trato de hacerlas bien. Sé que para las editoriales es importante eso, en la FIL suelen vender la misma cantidad de libros que en el resto del año. 
¿Me podrías contar un poco de los talleres del Minjus? ¿Cómo sacaste el material para “Los Años del Terror” de ahí?
Más que ‘material’, lo que me dio fue la base para pensar en cómo hacerlo. El libro está organizado en 50 preguntas. El material es accesible para cualquiera que esté interesado. Lo encontrarás si entras al Informe de la CVR en internet, o vas al Centro de la Defensoría donde están todos los testimonios, o buscas algún informe de APRODEH o la CNDHH. O a los libros publicados, el de Gorriti, Degregori, etc. Lo que me dio la experiencia de los talleres fue la seguridad de saber en qué preguntas trabajar. Eso te lo da el contacto con los chicos. En esas situaciones puedes ver cuánto saben, cuánto callan y cuánto parecen saber pero no lo dicen.
A partir de preguntas de ellos...

O preguntas que no hacen, errores que cometen al responder, o ver lo que sí saben. Es complicado porque, uno mismo habiendo sido adolescente, recuerda que ellos casi nunca hablan con apertura de lo que piensan.

Foto: Raúl García/Lamula.pe

Mucho menos en un salón de clases.
Claro, o son muy tímidos, o juegan mucho a que no les importa. Yo veía un contraste entre lo que decían y las historietas que luego entregaban. Y también entre el producto y lo que me contaban mis amigos de los talleres de memoria y DD.HH. de sus sesiones. A veces, durante el taller, pensábamos "en este salón solo 5 de 30 han atendido", pero no. Los resultados siempre son sorprendentes. Esto me daba una pauta para ir escogiendo las preguntas y cómo plantear las respuestas, que son muy breves y concretas, pero no por ello superficiales.
Eso sentí al leer el libro. Que había un manejo profundo del tema a pesar de la brevedad del texto. ¿Me podrías contar un poco sobre la investigación que hubo detrás?

Como dije al principio, y lo digo siempre, yo no me considero un investigador. Yo soy un dibujante y un documentador. La investigación la hacen otras personas y estoy muy contento de que sea así. Yo no asumo que hago ese trabajo, pues ha tomado muchos años y mucha discusión. Sólamente me 'aprovecho' de ellos y llevo lo producido a mi lenguaje.

Foto: Raúl García/Lamula.pe

¿Podrías contarme un ejemplo sobre cómo a partir de la interacción con los chicos llegaste a un tema que se toca en el libro?

Un ejemplo muy claro es la polarización que vi con respecto a Fujimori. Todos los años preguntamos sobre él y los chicos decían o que fue "el mejor presidente de nuestra historia" o "el más delincuente que hemos tenido". Afortunadamente, esto ha cambiado en el último taller. Chicos diciendo o que "fue un buen presidente pero cometió errores" o que "sus primeros años fueron buenos y luego fue terrible". Y fueron más específicos al nombrar sus delitos, también. Que robó, hizo lavado de activos, narcotráfico, etc.

Lo que creemos es que la información que surgió en las elecciones con respecto a Keiko y la sombra de su padre es lo que ha generado este cambio tan notorio en la percepción sobre su gobierno. Creo que es bueno que los chicos no tengan tanto esta imagen de 'supervillano' sobre él. Que lo vean más como un tipo corrupto y cómplice de crímenes despreciables.

En general, siempre que a los chicos les preguntábamos "qué es lo que saben", y nos decían "nada, no hemos escuchado de eso". Y terminan contando casos de su propia vida en sus historietas. O cosas que sabían de procesos muy específicos de las regiones donde viven. Cosas que no podrías buscar por Internet. Porque de los asuntos más generales no se habla.

Esto me ayudó a crear el concepto detrás del libro. La idea de que era necesario decir que este tema no tiene porque ser tabú. Que está mal que no se hable de él en ningún lado. Ya vemos cómo gente como Becerril, por ejemplo, se aprovecha de este ocultamiento.

Estaba pensando que sí, en las elecciones se empezó de hablar de estos temas, pero fue una cosa especial. En general no pasa esto, así que es entendible que las historias que los chicos sepan sean las propias o las de familiares.

Hay que recordar que son hijos, nietos o sobrinos de gente que ha sufrido la violencia del conflicto. O en algunos casos como en Puno, Juliaca o Abancay son la generación posterior a quienes han huido ella. Eso deja una marca que no es la misma que los que la sufren directamente, pero que es importante igual. 

En muchos momentos pasó que un profesor, un director, un dirigente de la alcaldía, estuvo viendo cómo se desarrollaban los talleres y contó un caso del que fueron testigos o protagonistas. Los chicos se quedaban paralizados porque lo sentían muy cercano. Que te lo cuente una persona mayor, una autoridad conocida, es fuerte. Se dan cuenta que este tema incumbe a todos.

Cuentas en la introducción del libro que en pos de la brevedad y la lectura ágil no pudiste incluir algunos casos relevantes. ¿Qué variables usaste para decidir cuáles podrían entrar y cuáles no?

En primer lugar, buscar que sean casos donde exista la mayor cantidad de información disponible para trabajar, y que sean emblemáticos. Segundo, que, al mismo tiempo, haya visto en los talleres que no son tan conocidos.  

Un ejemplo es el de las esterilizaciones forzadas que, mal que bien, ha tenido cierta exposición pública en los últimos años. Los chicos lo manejaban. No pasó lo mismo con casos como Accormarca u otros. La idea fue entonces darles un poco más de exposición. Igual, creo que en las futuras ediciones voy a ir aumentando los casos tratados.

Foto: Raúl García/lamula.pe

Trabajas más con texto que en otros libros.

Sí, esa era la idea para hacer un trabajo de divulgación. Hace mucho quería escribir y me gustó bastante. El objetivo del texto aquí es que sea uno de introducción a los temas tratados y derive a la gente a trabajos más profundos. En mis futuros libros voy a hacer lo mismo, y guardaré al dibujo puro para historias más personales. 

Ya que hablamos de esto, en la reedición de Rupay hemos añadido textos, ya no capítulos nuevos porque hicimos ese libro entre 3 y ya no da para trabajar así. Está planeado, también, hacer lo mismo con 'Barbarie' cuando se agote un poco más el tiraje actual. Tratar de jugar a poner la menor cantidad de texto posible se me hizo parecido a lo que hago en dibujo que es concentrar la mayor cantidad de información en pocos cuadros.

Es difícil llegar a ser tan conciso.

Hay algo que no está en el libro por su naturaleza, pero que además yo trato de evitar, que es la retórica. Si hay una cosa que no me gusta de cómo escribe la gente es esa 'grasa' innecesaria, esa 'celulitis de la literatura'. Cuando la gente escribe algo por Facebook se tiene que mandar un parrafazo contando cuán sensibles son, cuánto les ha cambiado la vida algo. Esos regodeos no van conmigo.

Imagen: Jesus Cossio

Hay preguntas que muchos te dirían no tienen que ver con el tema particular como la caída de Fujimori.
La introduje en el libro porque nos sorprendía el poco conocimiento de los chicos sobre el tema, pues no es tan lejano. Que un adolescente no sepa de la Matanza del Frontón es relativamente comprensible. Pero que no sepan que Paniagua fue presidente después de Fujimori, y cómo fue el proceso detrás, es un poco preocupante porque pasó hace solo 15 años. Sentí que era importante incluir todo eso. Además, es una historia bacán de contar. Entonces puse esa parte, y la de los programas de reparación y los juicios. Cosas que ya ni siquiera los adultos conocen.
Relacionando este libro con los otros que has hecho sobre el conflicto armado. ¿En qué sentido sientes que pueda aportar el volver a contar esta historia de una nueva manera?
Creo que, principalmente, buscaba que se sienta que no está mal hablar de esto. Hay que tener en cuenta que en Lima no hay mucho de eso, pero en provincias hay gente que ha sido hija de senderistas, o de acusados de serlo, que ha sido asesinada. Y que no tienen por qué sentir que eso es un estigma. En otros países como Chile o Argentina, no hay este estigma casi virulento con el tema como en nuestro país o lugares como Colombia, y se puede decir que uno fue parte de la guerrilla. Se tiene la idea de que es algo que ayuda a entender el proceso.
Ya me contaste que el libro está pensado como un manual. ¿Pero también se pensaba como una herramienta educativa, como para usar en el colegio?

De todas maneras. Por eso está planteado en preguntas y sin mucho dato duro. No muchas fechas y eso. Que no se sienta memorizable. Hay nombres y hechos. Sé que, además, más importantes que las fechas son los contextos. Me hubiera gustado meter más análisis sobre la relación del pasado con el presente. Pero eso es un poco más complicado. Espero que en futuras ediciones se pueda hacer.

Puedes encontrar los libro presentados por Jesús Cossío en la FIL 2016:

LOS AÑOS DEL TERROR, 50 PREGUNTAS SOBRE EL CONFLICTO ARMADO INTERNO

S/ 25, stand Librería Contracultura. Stand #158

MALA ONDA

S/ 29, tand Distribuidora Heraldos Negros. Stand #90

RUPAY reedición 2016

S/ 65, stand Penguin/Random House. Stand #38


[Foto de portada: Raúl García/Lamula.pe]


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Escrito por

Nayo Aragón

nayo.aragon@lamula.pe


Publicado en

Redacción mulera

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