La violencia contra la mujer parece un mal imparable en el Perú, acicateado por el machismo secular, sin que ninguna autoridad o ley pueda hacer algo al respecto. Según datos oficiales, 7 de cada 10 mujeres sufren de violencia física por parte de sus parejas. Y las cifras, aunque impersonales, nos enrostran un drama diario que sufren millones de peruanas. Y lo peor: la mayoría guarda silencio, porque cuando denuncian su caso, este no se suele castigar y encima terminan estigmatizadas.
En lo que va del 2016, el Ministerio de la Mujer ha reportado 54 casos de mujeres asesinadas por sus parejas y 118 casos de tentativa de feminicidio. En el 2015 se registraron 95 feminicidios y 198 casos de tentativa.
Pese a que en diciembre del 2011, el Congreso aprobó la Ley 29819, que incluye el delito de feminicidio en el Código Penal para sancionar estos casos, las cifras nos revelan que la situación se agrava cada año.
¿Las razones? Además de nuestras bases sociales, marcadas por el machismo, que provoca que la mujer sea vista como si fuera propiedad del hombre -lo que implica en muchos casos el uso de la violencia física en una relación-, está el problema de la impunidad.
Por ejemplo, está caso de Arlette Contreras, la mujer que, desnuda e indefensa, fue brutalmente golpeada y arrastrada en 2015 por su entonces pareja Adriano Pozo Arias en un hotel de Ayacucho. Todo quedó registrado en video. "Me quiso violar y matar", dijo la joven de 27 años.
Hace unos días, la Corte Superior de Ayacucho condenó al agresor a un año de prisión suspendida por lesiones leves y rechazó la acusación de la fiscalía por tentativa de homicidio. ¿El argumento de la justicia? La misma Arlette lo reveló: "Dijeron que si él hubiera tenido la intención de matarme, lo hubiese hecho cuando yo estaba inconsciente. Consideraron que no quiso hacerlo".
En Pasco, Nidia Aguirre Canchomonia fue acatada por su expareja Keller Kepler Tucto, quien le clavó un cuchillo de 25 centímetros en la cabeza porque esta no quiso retomar la relación sentimental que tenían. La joven sobrevivió, pero perdió un ojo.
La pesadilla de Lady Guillén aún no acaba. Y parece que recién comenzara. En junio de 2012, Lady denunció públicamente a su expareja porque casi la mata a golpes. Las lesiones y heridas que tenía en el rostro y el cuerpo evidenciaban la bestialidad con que Ronny García la atacaba.
"Yo puedo cicatrizar, pero mi alma está destruida", dijo Lady cuyo testimonio es desgarrador. Contó que García la obligaba a echarse en el suelo, se sentaba encima de ella para golpearla y le decía: “¿Puedo tirarte otro puñete más? Te puedo pegar en otro lado [que no sea la cara]. Agradece que no te he matado. De verdad necesito darte otro golpe más”.
Este sujeto ahora está libre. Para la Primera Sala para Reos en Cárcel de la Corte Superior de Justicia de Lima, lo que hizo Ronny García solo requería cuatro años de prisión suspendida. “Deben verte muerta para hacer justicia”, comentó Lady Guillén, quien ahora está a punto de graduarse como abogada, carrera que decidió estudiar tras sobrevivir a los golpes de su expareja.
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