Cavar en las profundidades. Esta frase sintetiza - no es la única por supuesto- el oficio literario. Descender a los resquicios menos visibles de la condición humana, a partir de nuestra propia experiencia, no es una tarea fácil. Tampoco un privilegio. Tan solo un deseo irrefrenable. Una inclinación por no contentarse con las respuestas que recibimos de nuestra familia, de la historia oficial o de la tradición que guardan las sociedades, en muchos casos, con celo enfermizo.

Un escritor puede convertirse en un ser incómodo para una o varias generaciones. En un país conservador como el nuestro, dedicarse a la poesía, narrativa o el teatro puede verse como una peligrosa tendencia hacia la libertad y el cuestionamiento perpetuo. Más aún, si lo autores declaran abiertamente su homosexualidad. Basta recordar la exclusión que sufrió César Moro durante los años que vivió en Barranco, o lo insultos a 'escondidas y a media voz' que recibió Oswaldo Reynoso por 'rojo y por no heterosexual'. No olvidemos tampoco la decisión de Jorge Eduardo Eielson, uno de nuestros más grandes poetas, de establecerse en Europa para amar libremente. 

Con motivo de la Semana del Orgullo LGTBI, LaMula.pe entrevistó a tres escritores miembros de esta comunidad. Ellos nos recuerdan, una vez más, que para escribir no hay que mirarse la entrepierna, sino escuchar a nuestras vísceras, a nuestras cicatrices. Conectarse, en fin, con esa intensidad vital que algunos quisieran invisibilizar.  

A todo ellos les pedimos que contesten dos preguntas específicas: A)¿Te parece arbitrario, excluyente o incluso tonto, preguntarse por la literatura escrita por personas LGTBI? y B) ¿Cuáles son los fantasmas que están detrás de ti cuando escribes?

JAVIER PONCE GAMBIRAZIO

Nacido en 1967, Javier Ponce Gambirazio es un psicólogo clínico y escritor con larga experiencia. Ha incursionado en la poesía, el teatro, la novela y hasta en el documental. Su sexta novela, 'El chico que diste por muerto' (Zut Ediciones, 2012), ha sido uno de sus libros más celebrados. La publicación presenta el monólogo del protagonista que sufre un secuestro y tras regresar a casa descubre que esa 'libertad' es tan perniciosa como su encierro. A pesar de que el lector puede verse tentado a considerar la novela como un reclamo o un desquite con una sociedad discriminadora, el autor ataja con firmeza esta tentación:  

"Soy escritor, no soy político. Entiendo que todo puede ser considerado político desde el momento en que asumes una posición valorativa frente al mundo, y lo que hagas con esa valoración también implica una decisión política. Incluso la indiferencia o la frivolidad revelan una postura". 

Tranquilo y firme, el narrador -que ha logrado cautivar a los lectores de España-  tiene un consejo para aquellos que podrían sentirse incómodos o molestos con su literatura. La advertencia también podría entenderse como un guiño a sus lectores: "Si alguien se siente cuestionado en su moral o en algún aspecto, puede tirar el libro por la ventana o regresar a la librería a que se lo cambien por otro"

javier ponce gambirazo/foto: Kenyo vargas

A)

"Me parece arbitrario ponerle apellidos a la literatura. La sexualidad del autor pertenece al ámbito privado, no es un aspecto que defina la calidad, el formato, la estructura o el género literario de un texto. A nadie debería importarle con quién se mete a la cama o qué tiene entre las piernas quien escribe. Así como tampoco importan su peso, su color de piel, el lugar donde lo parieron, su edad, su color de ojos, su gusto por algún tipo de comida, si hace ejercicio, si ama a los animales o usa lentes. Generar grupos literarios a partir de datos no literarios siempre me ha parecido bastante idiota". 

B)

"No hay un fantasma o grupo de fantasmas definidos. Cada novela parte de una situación distinta que precisa ser contada. Yo solo soy el transcriptor de esa voz que tiene algo que decir. El nexo entre esa historia y el lector.  

Si el personaje regresa de manera insistente y me interesa lo que tiene que contarme, lo atiendo. Me tienen que atraer ambos, la historia y el personaje. Pero no siempre vienen en su estado puro, van mutando, sumándose a otros y generando nuevas versiones de sí mismos, hasta que logran cautivarme. Secuestrarme. A partir de ese momento, mi tiempo les pertenece y no puedo parar hasta que el texto esté terminado, lo cual puede tomar a veces varios años.

Quizás te pueda señalar una característica que comparten todos los personajes que hasta ahora han aparecido en mis textos: la dificultad para adaptarse al sistema. Pero no necesariamente siempre será así. No estoy encasillado en ser un escritor de marginalidades, ni estoy impedido de darle voz a otro tipo de personajes".

MELISSA GHEZZI SOLIS

En el 2011, se publicó un libro que marcaría un hito en la literatura peruana y de América Latina. Se trataba de Voces para Lilith. Literatura contemporánea de temática lésbica en Sudamérica (Estruendomudo, 2011). La publicación reunió a 48 escritoras de la región y su éxito fue tal que la reedición no tardó en llegar. El trabajo de 'reunión de los textos' estuvo a cargo de Claudia Salazar Jiménez y de Melissa Ghezzi Solis (Lima, 1975). Precisamente, esta última es una destacada poeta que ha trabajado la temática lésbica. Nos referimos, por ejemplo, a Bendita eres (primera mención honrosa del Premio Nacional Poeta Joven del Perú 2008) y Danza para el olvido (2013), un libro en el cual auna la relación amorosa de dos mujeres y la vida presidiaria. Gracias a la invitación de un amigo pudo conocer- en el 2008- el Penal de Mujeres en Chorrillos. "Quería quebrar esa barrera de miedo de pisar una cárcel, tenía mucho miedo y quería perdonar", revela. En el recinto presidiario, llevó a cabo el taller de poesía 'Tinta de mujer' . Esta experiencia la marcaría como escritora: 

"Detrás de la reja hay una madre, una hermana, una abuela... Una mujer que equivocó las armas y, por supuesto, que hay amor como lo hay en todas las relaciones. Un amor a la distancia o un amor bajo el encierro es digno de ser llevado a un texto literario, y, cómo no escribirlo en primera persona, rozando con todo prejuicio", explica.

melissa ghezzi solis/ foto: tomada de urbanotopia.blogspot.pe

A)

"Son solo formas de agrupar textos, como se pudieran antologar a los escritores de una generación. Personalmente considero indispensable visibilizar la diversidad de género a través de un mecanismo tan válido y respetable como lo es la literatura, en un contexto histórico geográfico, rodeados por países abiertos al matrimonio igualitario y la unión civil, donde nosotros estamos aún marchando por nuestros derechos. La literatura es y seguirá siendo una herramienta que refleja la realidad política, el entorno, la fragmentación, el dolor y la realidad, así como los ideales y las necesidades de una nación o comunidad. La comunidad LGBTIQ está aún en el Perú aguardando la igualdad, donde hay un estado religioso que niega a la comunidad como una realidad a través de una absoluta violencia en todas sus formas, haciendo caso omiso a los crímenes de odio, rechazando las leyes para proteger a las minorías sexuales. El día que no se tenga que hablar de esto, es el día en el que seremos libres, mientras tanto, hay que hablarlo, hay que escribirlo, hay que visibilizarlo con los títulos y etiquetas que esto implique y con las posturas disidentes que esto conlleve".

B)

"Hablar de fantasmas, es hablar de miedos o temas que siguen conmoviendo u obsesionando. Ahora me mueve más que un fantasma, una preocupación por aprehender, por entender al mundo desde una mirada espiritual, un mundo al que hemos venido a encarnar conscientemente y que venimos haciéndolo por milenios. Y en ese devenir, mi fantasma, o mi ángel, si cabe la palabra, es el grado de sabiduría que debe tener el hombre para sostenerse en pie, para entendernos los unos a los otros, para amar lo que no comprendemos y sanar lo que se ha venido a sanar. Escribo con esa conciencia de ser yo misma, pero seguramente detrás hay un sinnúmero de miedos que escriben entre líneas y confabulan con mis textos".

KAREN LUY DE ALIAGA

Diez años de diferencia existen entre los poemarios Mudanza (La toronja hidráulica, 2006) y 2472 kilómetros al norte (Paracaídas Editores, 2015). Su autora, Karen Luy de Aliaga, expone en ambos libros dos etapas claramente marcadas. En el primero, los textos se gestaron a partir de la experiencia de aceptar mutaciones y cambios. 

"Creo que nació del punto de que nunca terminas de conocer del todo a alguien y es una constante mudanza para ambas partes. Fue un proyecto muy artesanal, le pedí fotos a mis amigos sobre su concepto de mudanza, hasta la misma editorial -La toronja hidráulica- nació el día que imprimíamos el poemario", revela. El poemario, a su vez, le respondió con un hecho insólito (y bastante 'literario'): "Se me perdieron las ediciones que me quedaban... en una mudanza"

Una década después, el tópico más trascendental de la literatura -el viaje- se haría presente en su poesía. 2472 kilómetros al norte es -de alguna manera- la crónica de un travesía, de una transformación: 

"Vayas solo o acompañado el camino te cambia, nunca regresas como el mismo que partió, como en ese hermoso poema de Kavafis, Ítaca. Y si el viaje es de a dos (en este caso dos mujeres) también vives el proceso de la otra persona, pero puede ser algo totalmente inesperado. Este poemario está también acompañado por imágenes de fotógrafos amigos y conocidos que colaboraron con el proyecto con muchas ganas y corazón".

karen luy de aliaga/foto: facebook de la autora

A)

"Soy de las personas que no creen en las categorías ni en las etiquetas, trato de eliminarlas lo más que puedo en mi vida (y es algo difícil porque desde pequeños nos enseñan a clasificarlo todo de manera limitada) y esto también lo aplico a mi relación con la literatura. No ando por ahí presentándome como escritora gay, solo digo que escribo y punto. Si quien escribe es pansexual, bisexual, queer o heterosexual para mí igual sigue siendo literatura, las palabras van a seguir pesando lo mismo; el valor o la calidad de los textos no va a depender nunca de la orientación sexual de su autor.

Lo que sí me parece interesante de resaltar es la visibilidad del tema LGTB en la literatura actual, ya no solo se habla de sexo o de amor sino también se resaltan temas de derechos, de diversidad, de familia, de homofobia, etc. Quienes buscamos la igualdad apostamos más por estas historias porque es necesario que se lean".

B)

"Ya de solo haber nacido en Lima siento que llevo un fantasma a la sombra, un gallinazo gigantesco en los hombros que siempre se reflejará en lo que escribo. En general, creo que los fantasmas varían con el tiempo, pero uno grande que me lanza a crear como catapulta, quiera o no, es la pérdida. Las mejores canciones, películas, poemas (como 'El arte de perder' de Elizabeth Bishop), pinturas, todas han sido impulsadas por la belleza de lo perdido, de lo imposible, de lo lejano. El amor en general es un lugar súper cómodo; el desamor te lleva a sitios que ni te imaginabas porque tienes otra perspectiva, te cuestionas más, hay más búsqueda, más movimiento". 

[Foto de portada: Collage de LaMula.pe]

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