Actualmente a nivel global hay al menos 25 millones de personas cuya identidad de género no se corresponde con el sexo con el que nacieron: hombres que la sociedad considera mujeres y viceversa, además de otras identidades. Con esta cifra, que podría ser aún mayor por el estigma social de ocultar a los transgénero, la revista médica The Lancet llama la atención frente a la problemática y en la necesidad de mejorar el cuidado sanitario de esta parte de la población que representa entre el 0,4 y el 1,3%, a la que los sistemas de salud han descuidado. 

En un grupo de artículos se recuerda la situación de exclusión legal y social a la que se enfrentan los trans, un hecho que aumenta los riesgos para su salud. Es así que el 60% sufre de depresión, agravándose la situación con el rechazo de la familia o del entorno laboral que podría favorecer la adopción de comportamientos de riesgo como prostitución y con ella, el aumento al 50% de riesgo de contraer VIH

Asimismo la violencia también supone un peligro mortal: solo entre el 2008 y el 2016 se registraron 2.115 asesinatos de transgéneros en todo el mundo, siendo probable que fuesen más aunque no se documentaron. 

Frente a esta situación, los autores exigen que la Organización Mundial de la Salud (OMS) modifique su actual diagnóstico para que los tratamientos para las personas transgénero desaparezcan del apartado de transtornos mentales y de comportamiento y que se establezcan en la sección de salud sexual.

Asimismo también proponen algunas políticas con respecto al tratamiento de las personas transgénero: piden que los tratamientos hormonales para los cambios de sexo se financien de la misma manera que el resto de cuidados de salud. En ese sentido resaltan que estos procedimientos de reasignación de sexo, entre los que se encuentran las hormonas y las cirugías, tienen resultados más positivos cuando se practican durante la adolescencia

Por otro lado, también se pide que se eliminen las cirugías que tratan de definir el sexo de los bebés en el momento del nacimiento, cuando aún los genitales no están completamente desarrollados. Cabe indicar que este tipo de procedimientos, que casi siempre por cuestiones de facilidad suelen optar por la construcción de genitales femeninos, pueden ocasionar problemas de identidad en el futuro. Es más, los especialistas informan que muchos países están empezando a fomentar un nuevo enfoque médico, más abierto, en el que la cirugía se retrasa hasta que el niño tiene su identidad de género clara y es capaz de decidir si quiere ser operado. 

Pero la cuestión no debe quedarse solo en el campo de los tratamientos, sino que los autores del informe destacan la necesidad de adoptar estrategias para impulsar la aceptación de los transgénero como la base fundamental para mejorar su salud. Es de esta manera que lo más adecuado sería que los médicos reciban capacitaciones para comprender mejor las necesidades sanitarias de esta parte de la población, que se promulguen más leyes contra la discriminación hacia los transgénero y que las escuelas eduquen a los niños sobre la diversidad de género favoreciendo así la mayor inclusión y la erradicación del bulling. Finalmente indican que aunque muchos países desarrollados han impulsado la investigación de este fenómeno, hay partes del mundo como África, Medio Oriente y Rusia donde el desconocimiento aún es muy grande haciendo que los niveles de discriminación sean extremos. 

(Con información de elpais.com)

(Foto de cabecera: comienzo-del-fin.blogspot.com)

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