El túnel más largo y profundo del mundo, más grande que el del canal de la Mancha o el de Seikan en Japón, se inaugura hoy en Suiza: el túnel de San Gotardo, de 57,1 kilómetros de largo y que discurre por debajo de 2,3 kilómetros de roca, en su punto más profundo. La vía conectará el sur de Europa en un recorrido a través de los Alpes de apenas 20 minutos. 

La impresionante infraestructura reducirá el tiempo de tránsito por uno de los ejes de transporte más importante de Europa, por el que circulan 26 millones de toneladas de mercancías anualmente.

La inversión costeada por Suiza, que se estima en cerca de 11 mil millones de euros, serán reconocida por el presidente de Francia, Francois Hollande, la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro de Italia, Matteo Renzi, quienes serán pasajeros en el segundo tren que cruzará el túnel al inicio del periodo de prueba. Asimismo, la apertura comercial se planea para el próximo 11 de diciembre. 

Cabe indicar que el túnel de San Gotardo, que une desde 1980 las localidades suizas de Göschenen y Airolo a través de los Alpes, tiene una longitud de 15 kilómetros y es utilizado cada año por cinco millones de autos y 900.000 camiones. Ahora, el nuevo conducto pasará por debajo del antiguo túnel.

La ceremonia de inauguración constará de dos actos que se realizarán en cada extremo de la vía. Del lado norte, en la localidad de Erstelfd, el presidente de Suiza, Johann Scheneider-Amman, pronunciará un discurso. Por el otro lado, en Polleguio, la ministra de Medio Ambiente, Transporte y Energía, Doris Leuthard, también hablará para los asistentes. 

En ambos actos, participarán 1.100 invitados oficiales y un número similar de ganadores de un concurso, que viajarán en los trenes, además de cientos de empleados del túnel, técnicos y artistas. 

La seguridad será extrema con la movilización de 2.000 militares, vigilancia del espacio aéreo y controles similares a los de un aeropuerto. 

Datos interesantes

El túnel tiene una longitud de 57,1 kilómetros y una profundidad máxima por debajo de la roca de 2.300 metros, una proeza que requirió 17 años de trabajo. 

Se han extraído 28,2 millones de toneladas de piedra. 

Se instaló 290 kilómetros de vía y 380 mil traviesas. 

En total trabajaron 2.400 obreros repartidos en tres turnos durante las 24 horas del día y siete días a la semana. Los trabajadores tuvieron que soportar temperaturas de hasta 50 grados centígrados bajo tierra. 

Tomando en cuenta los pasillos y las galerías de  aireación y seguridad, la extensión de la obra es de 152 kilómetros. 

La nueva vía permitirá la circulación diaria de 325 trenes, de los que unos 260 podrían ser de carga y otros 65 de pasajeros. 

Los trenes de carga podrán alcanzar una velocidad máxima de 160 kilómetros por hora, mientras que los de pasajeros circularán a una velocidad media de 200 kilómetros por hora, aunque podrán llegar hasta los 250. 

(Con información de elpais.com)

(Foto de cabecera: EFE)