La discriminación por temas de diferencia de género mata. Que no nos quepa ninguna duda. Si alguien piensa que las ideas en contra de este grupo poblacional (la homofobia, la lesbofobia, la transfobia, etc.) no son amenazas a sus vidas, o ignora completamente el tema o no tiene corazón. El colectivo LGTBIQ 'No Tengo Miedo' se dedica, entre campañas de concientización y creación de conocimiento sobre estos temas en el Perú, a denunciar estas manifestaciones terribles y fatales de violencia tanto física como institucional contra estos grupos vulnerables.
Para ejemplos de esta situación, nada más ver sus posts de ayer. La cuenta de Facebook de este colectivo rebotó una noticia de la página 'Trujillo sin violencia' sobre el asesinato de una niña trans de 14 años llamada Suleymi. Ella, informan, "fue golpeada y asesinada de tres balazos, dos en el pecho y uno en la cabeza, en La Esperanza, Trujillo".
Si no era suficiente para el mismo día, 'No Tengo Miedo' publicó una denuncia propia que involucraba a un organismo del Estado. El Hospital Hipólito Unanue (Bravo Chico) prácticamente se ha negado estos últimos días a tratar a la mujer trans Yuya Romayna Ycahuate, quien está en tan mal estado de salud que no puede caminar ni hablar. Prácticamente la estaban dejando a morir, lo que es indignante. Lo peor de todo es que, como cuenta el colectivo, esta no es la primera ve que pasan estas cosas en ese Hospital. Copiamos íntegramente la denuncia publicada por el colectivo 'No Tengo Miedo' y esperamos que esta situación se resuelva pronto.
El día de ayer, 31 de mayo, fuimos al Hospital Hipólito Unanue (Bravo Chico) para defender la salud y la vida de Yuya Romayna Ycahuate, compañera trans que no cuenta con DNI ni seguro de salud. Comprobamos que ingresó al Hospital por primera vez el viernes, para luego ser reingresada el domingo, y ser dada de alta nuevamente sin curación o tratamiento alguno. Acudimos al área de emergencias en donde ella había sido categorizada como “paciente depositado” lo que significa que no estaba recibiendo atención, pues su historia había sido archivada y ningún familiar había acudido a recogerla. Su estado de salud es tal que ella no puede hablar, comer o andar por sí misma. Yuya es migrante de la selva y no tiene contacto con su familia biológica.
Los doctores constantemente nos exigían refererirnos a ella como un paciente masculino y no aceptaban su identidad femenina, confiriéndole un maltrato psicológico y emocional que definitivamente afecta su salud mental en un momento crítico como este. Un doctor en particular, el cual se hizo llamar Dr. Quispe, nos dijo de manera prepotente, que no se podía hacer nada por Yuya, que el Hospital no es una clínica y que ella no era su problema. Al preguntarle por su nombre completo, él decidió no darlo así como parte del personal de salud. A raíz de esto, nos dirigimos al área de “Ayuda Social” y de “Relaciones Públicas” en donde nos facilitaron la gestión de su reingreso así como la atención médica correspondiente. Aún así, ninguna enfermera se preocupó por darle de comer o darle la atención sanitaria requerida para una persona en ese estado de salud, aludiendo que tenían mucho trabajo con otros pacientes.
Ella estaba sucia, ensangrentada, hambrienta y desatendida. Sin embargo, nos reiteraban constantemente que en ese Hospital del Ministerio de Salud no se da discriminación alguna y que nunca había habido negligencia médica, a pesar de que nuestro colectivo ha recibido varias denuncias de este tipo.
Estamos gestionando las denuncias correspondientes ante el sistema de salud y legal. También es fundamental la ayuda comunitaria: nos encontramos recolectando donaciones para Yuya, pues su situación económica no le permite comprar ningún medicamento, materiales de aseo, ropa, entre otras. El Estado es negligente con nuestros derechos y vidas. Es momento de actuar para que no se lleven una vida trans más. Tocan a una, nos tocan a todas.
La información para hacer donaciones u otro tipo de ayudas la puedes encontrar aquí.
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