La Municipalidad de San Isidro, con motivo del Día Internacional de los Museos, ofrecerá recorridos gratuitos a la Casa Museo Marina Núñez del Prado, en la calle Antero Aspíllaga, de lunes a sábado de 9am. a 5pm. El itinerario del fin de semana incluye una visita al Bosque El Olivar y a la Casa de la Cultura a partir de las 3 pm.

La escultora boliviana Marina Núñez del Prado vivió más de 20 años en nuestro país. Esta etapa la pasó en una casona ubicada en medio del Olivar de San Isidro, junto con su esposo el escritor peruano Jorge Falcón. La residencia de estilo neocolonial, construida en 1926 por Luis Alayza y Paz Soldán, fue una de las primeras edificaciones en el bosque. 

En la segunda planta de la casa, Marina tenía su taller. Diariamente se levantaba muy temprano y luego de desayunar se dirigía a su estudio donde pasaba largas horas dibujando y esculpiendo maravillosas obras en materiales tan diversos como el granito, el alabastro, el ónix, entre otros. 

En poco tiempo ya tenía tantas creaciones que inundaron todos los rincones de su casa. Así, cada sala del lugar fue bautizada con un nombre distinto que describía a las esculturas que las contenían. La residencia se convirtió en un espacio de exhibición donde Marina recibía a los amigos y seguidores que se mostraban ansiosos por ver su arte. 

Núñez del Prado fue una talentosa mujer que nunca dejó de lado sus raíces aimaras. Era coleccionista de artesanías de su país y constantemente visitaba ferias artesanales, talleres de artistas populares y mercados típicos en busca de distintas piezas que, si la cautivaban, pasaban a formar parte del paisaje de su casa. 

De esta manera, cada esquina de su querida casona contenía obras de arte que hablaban de su propia esencia e intereses. El jardín, su lugar predilecto, era la sala especial para exponer sus esculturas más grandes y al aire libre para que todo el que pasara por allí pudiera disfrutar de las obras. 

Y es que su deseo siempre fue que su hogar, junto con todas sus piezas, pudieran ser siempre apreciadas. Es así que decidió donar todo a la fundación que lleva su nombre para permitir que el público disfrute del arte.

(Foto de cabecera: Difusión)