Unos 80.000 jóvenes marcharon hoy para exigir transformaciones profundas en la educación en Chile y terminar con las promesas del Gobierno de Michelle Bachelet, en una manifestación que se celebró en la capital chilena y que se replicó en otras ciudades.
La cifra fue confirmada por la Confederación de Estudiantes de Chile (Confech), que convocó a la multitudinaria protesta que se celebró en la Alameda, la principal avenida de la capital chilena.
La presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile (FECH), Camila Rojas, señaló a los periodistas que "nos interesa que hoy exista una reforma, nuestra principal consigna es que ya no basta con promesas, aquí hay que transformar la educación".
"Hasta ahora el Gobierno ha hecho múltiples compromisos, que va a exigir educación pública, que se va a terminar con el lucro, que la educación va a ser gratuita, sin embargo no lo ha cumplido", aseguró la líder estudiantil.
Con la consigna "Que los cambios no queden en promesas, vamos a transformar la educación", los estudiantes ocuparon por segunda vez las calles capitalinas para manifestarse en contra del avance de la reforma educación que está desarrollando la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.
En enero pasado, el Gobierno chileno inició el proceso de gratuidad en la educación superior, que considera que un 50 % de la población con menos recursos, lo que supone familias cuyos ingresos no superen los 180.000 pesos mensuales (unos 250 dólares) por persona, estudiará gratis.
La educación universitaria fue gratuita en Chile hasta 1981, cuando la dictadura cívico-militar de Augusto Pinochet simplificó los requisitos para la creación de universidades privadas, que se multiplicaron hasta superar las 40, que en un esquema de mercado tenían libertad para fijar el valor de sus matrículas y lucrar a través de la enseñanza, pese a que ley lo prohíbe.
Los alumnos debieron comenzar a endeudarse en el sistema financiero para pagar sus estudios, mientras muchos planteles privados redujeron las exigencias académicas de ingreso, de tal modo que la cantidad de estudiantes universitarios también se multiplicó, a poco más de un millón en la actualidad.
Las federaciones estudiantiles consideran que esta reforma es insuficiente, ya que la gratuidad no será inicialmente universal, y no considera a los estudiantes que cursan estudios en instituciones técnicas. De igual forma, la Confech sostuvo que no hay claridad en las condiciones de la educación gratuita.
No hay que olvidar, además, que la gratuidad en la educación es uno de los proyectos anclas del programa de Gobierno de Bachelet.
El próximo 21 de mayo, la presidenta celebrará su penúltimo discurso anual en el Parlamento, día en que los estudiantes volverán a salir a las calles a exigir mejoras en la calidad de la educación y la gratuidad para todos.
La manifestación de hoy también consideró el apoyo al conflicto social que viven los habitantes del archipiélago de Chile, afectado por la marea roja y que ya suma dos semanas
[Texto y foto de portada: EFE]
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