'Hildebrandt en sus trece' sale sí o sí este viernes. Es lo primero que nos asegura su director general, César Hildebrandt, cuando iniciamos esta entrevista en el salón de su casa. Nos cuenta que han tenido que ir a contrarreloj y armar una edición 'de emergencia' pero que pese a ello no se callarán por lo que considera una clara represalia al medio por un informe sobre el brazo derecho de Keiko Fujimori.

El informe, que daba cuenta de los dos lujosos departamentos en Miami que el congresista y secretario general de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez, no incluyó en su declaración jurada, fue -según el periodista- la causa indiscutible para que la empresa que imprime sus ejemplares desde hace seis años les dijera de un momento a otro que su semanario no iba más. O bueno, al menos no por las tres a cuatro semanas que duraría un intempestivo 'mantenimiento' de sus rotativas.

Aunque el fujimorista se ha encargado de marcar distancia del hecho, resulta bastante extraño que el anuncio se haga apenas dos días después de la revelación periodística y que el dueño de la imprenta sea un tío del parlamentario. ¿Casualidad? ¿Coincidencia? César Hildebrandt lo tiene claro: no es más que la advertencia de lo que puede ocurrir si el fujimorismo llega al poder.


La primera pregunta es obligada, ¿Hildebrandt en sus Trece estará en los kioscos este viernes?

De todas maneras. Vamos a salir de emergencia con las máquinas de La República y estamos en tratativas con dos imprentas para salir de un modo más formal la próxima semana, pero no nos van a callar. Nos han querido callar pero no lo van a lograr.

Ha considerado este hecho como una clarísima represalia por parte de Joaquín Ramírez. ¿Ha sido demasiado evidente como para no tener duda de ello?

Sobre todo por el pretexto con el que nos salieron. O sea, la imprenta entra en mantenimiento por lo tanto esto va a demorar dos, tres, cuatro semanas. Es absurdo. Nos lo dicen el lunes a las nueve de la noche como para casi provocar la no salida del semanario. Hemos tenido que movernos muy rápido. Felizmente hemos tenido este ofrecimiento de La Republica, solidario, y comercial a la vez, que nos permite salir este viernes. Pero es un mensaje clarísimo: te has metido en terrenos prohibidos y esta es la punición, el castigo, la represalia, con nosotros no vas a jugar y se acabó. Es el juego rudo de siempre. El fujimorismo juega rugby no juega fútbol, siempre fue así, los conozco desde que empezaron. He batallado contra ellos y esto es el típico gesto que suelen tener.  

¿Es un 'presagio' que nos recuerda lo que representa el fujimorismo?

Desde luego, es un aviso, una tarjeta amarilla para todos los ingenuos que creen que hay dos fujimorismos. Un fujimorismo ortodoxo, tradicional, 'albertista' y uno 'renovado', casi angelical, purificado, tierno, dulce y socialmente amistoso. Bueno, para estos últimos tetudos ojalá este mensaje les de algo de claridad.

El señor Ramírez se defiende soteniendo que él no tenía por qué declarar todos sus bienes.

Yo lo tomo como una humorada. Un humorismo involuntario de un ignorante flagrante. Una declaración jurada demanda implícitamente la declaración de todos sus bienes y él lo ha omitido deliberadamente. Claro, al verse descubierto ha tenido que admitir las propiedades de esos inmuebles porque no hay cómo discutir que la empresa es suya. ¿Si todo fuera tan claro por qué no adquirió los inmuebles con su nombre?¿Por qué tuvo que inventar una empresa en Miami en el condado de Dade con un nombrecito raro? Pues para parapetarse porque pensó que nunca se iba a descubrir. Es esa revelación la que nos ha costado la impresión.

Según él no debió hacerlo porque los inmuebles fueron adquiridos en realidad por una empresa. Pero, claro, resulta que la empresa está a su nombre.

Entre los bienes de una persona también se incluyen las empresas jurídicas que uno ha formado, porque son parte del patrimonio ¿Para qué es una empresa entonces? Además es una empresa que no solo adquiere inmuebles sino que contrae hipotecas. Es un movimiento de más de dos millones de dólares, no estamos hablando de moco de pavo. Y estamos hablando del señor que es el secretario general de Fuerza Popular, no de un militante NN de algún pueblo. Estamos hablando del hombre que está al lado de Keiko Fujimori en cada mitin y a quien, hasta ahora, esta blinda y protege.


"Joaquín Ramírez dice que empezó como cobrador de combi. ¡Vaya emprendedor! Si todos fueran así, el Perú sería Suiza".


Dice que en realidad Hildebrandt en sus trece viene publicando una serie de inconsistencias en su contra.

Falso, es la primera vez que nos ocupamos en serio de él. Lo hemos nombrado alguna vez por ahí porque tampoco ha sido un congresista importante, ni un político eminente, ni un orador al que hay que tomar en cuenta. No ha habido ninguna campaña contra Joaquín Ramírez en absoluto.

Cuando se le ha preguntado por el caso a Keiko Fujimori, ella ha salido con una respuesta tan sorprendente como la defensa de Ramírez: 'él no es candidato al Congreso'. 

A mí lo que me sorprende es que pueda decir barbaridades como esa y que no haya prensa que la contradiga, que le repregunte, que la ponga un poco en aprietos. Sale y dice cualquier desfachatez, cualquier descaro o sinvergüencería, y tranquila pasa de largo y sigue sonriendo... ¡Viva Keiko! Para mí la lectura es muy clara: el fujimorismo no ha cambiado en absoluto. No puede cambiar porque su esencia es esto, populismo autoritario y sin escrúpulos. No hay manera de modificar eso que está en la genética del fujimorismo.

Pero sobre todo a mí lo que me preocupa es que mentiras como esta prevalezcan. 'Él no es candidato a congresista', dice, pero la pregunta no es esa. La pregunta es ¿por qué no le reclama usted transparencia a quien es su secretario general y quien va a ser probablemente ministro de Estado en su gabinete si es que usted gana las elecciones? Porque Joaquín Rramírez se perfila como un ministro del Interior perfecto para el escenario que nos imaginamos si Keiko gana. 

Estamos hablando, además, de un congresista que viene siendo investigado por lavado de activos, nada menos.

Sí y la investigación está viva, no se ha parado. El señor está bajo la mira de una procuradora bastante prolija y sometido a una investigación de lavado de activos porque nadie se explica el crecimiento exponencial de su fortuna en estos años habiendo empezado como 'cobrador de combi', tal y como dice él que comenzó su vida empresarial.

Este tipo de represalias, como usted denuncia, acercan al fujimorismo a uno de sus pasivos más pesados: el irrespeto a la libertad de prensa.

Y la defensa irrestricta de la corrupción y los corruptos con este tipo de explicaciones. No me da la gana de decir nada serio y se acabó. Lo blindo, es de los nuestros y ya está, punto. Es un anuncio de lo que va a venir el 5 de junio si es que se hacen con el Ejecutivo.


"Lo de Valencia es un escándalo y lo de Rafo aún más grave"

Precisamente esto se convierte en un escándalo en medio de una semana en la que otro periodista ha tenido que asistir ante un juzgado acusado por difamación y a pocos días de que otro fuese condenado por lo mismo. ¿Cómo ve con esto el panorama para la prensa?

Preocupante. Absolutamente sombrío como lo vemos todos los periodistas que estamos metidos en esto. Lo de Fernando Valencia es un escándalo porque no hizo sino interpretar visualmente lo que había dicho Ollanta Humala, que notoriamente se había referido al señor (Alan) García como corrupto. En todo caso el juicio debió ser a Humala. No había discusión alguna de que el señor Valencia había hecho una interpretación gráfica, visual, plástica de las palabras del señor presidente. En el caso de Rafo León es todavía más grave, porque se está penando una opinión que no tiene nada de injuriosa ni agraviante ni difamatoria. Tiene la virtud de la ironía, la agudeza del sarcasmo... como es Rafo. ¿Y eso se pena? Ojo, eso va al archivo, el señor Rafo León queda fichado en el Poder Judicial. Viene la segunda instancia y ojalá que haya una reflexión, pero es un escándalo.


"Los periodistas deberíamos deponer diferencias y estar más unidos que nunca en la defensa preventiva de lo que puede venir: un régimen duro, avalado por un Congreso de anuencia automática, que  va a ser carpetazo tras carpetazo. Van a ser 73 autómatas gobernando con el Ejecutivo si la señora Keiko se hace con él. Podemos entrar en un periodo de turbulencia muy seria respecto a lo que a la libertad de prensa se refiere".


En la sentencia a Rafo León la jueza Susan Coronado considera que lo escrito por la demandante, Martha Meier, se trata solo de una opinión, mientras que lo que el periodista escribió contra esta es difamación. ¿No se ha ido muy lejos con este grado de inconsistencia?

De subjetividad prevaricadora más que de inconsistencia. O sea, a mí me parece y a mí me da la gana de que esto es opinión y esto es difamación, porque así lo quiero y así lo sentencio. Esa jueza se ha comprado un pleito bien feo, ella no sabe en qué se ha metido. Se ha metido en un asunto muy grave que seguramente irá a instancias internacionales y merecerá un pronunciamiento de la Sociedad Interamericana de Prensa, me imagino. Lo mismo en el caso de Valencia.

Las opiniones pueden gustar o no pero no dejan de ser eso, una opinión. ¿Cuál es límite y por qué en este caso un juez lo ve como una falta?

La opinión dicha con cierta mesura es permisible y es parte de la libertad de expresión y el juego democrático. Yo puedo lanzar también una opinión difamatoria que implique una injuria u ofensa al honor de una persona. Yo opino que tal fulano es un pobre diablo y un imbécil. Bueno, eso es susceptible de una querella. Pero este no es el caso. Yo he leído la columna de Rafo León y en ningún momento él agravia o deshonra a Martha Meier. Opina sobre ella de un modo sarcástico diciendo que tiene claras y muy notorias contradicciones que deberían hacerla reflexionar. Y habla de las pieles, de su ecología y todo lo demás, pero en ningún momento lanza una ofensa. Se ha aplicado la ley de un modo prevaricador.

Con este tipo de fallos y acciones por parte de partidos que aspiran a llegar a la Presidencia, ¿cómo cree que nos verán desde afuera en materia de libertad de prensa y expresión?

Nos van a ver mal sobre todo si los periodistas no hacemos causa común, si no empezamos a pelear por esto de un modo más enérgico, eso es importantísimo. ¿Dónde está el gremio periodístico? ¿Dónde están las instituciones que nos defienden? El gran problema de fondo es que ante un Poder Judicial, digamos, lleno de lenidades, dudas, a veces de corrupción, y una Fiscalía que muchas veces no funciona y una Contraloría que no controla, la prensa se erige en América Latina como una trinchera básica en contra de la corrupción. Se ve en Brasil, en Argentina, antes en Venezuela y se ve aquí. Al final de cuentas los descubrimientos en torno a ilegalidades perpetradas por políticos ¿dónde se ventilan? ¡Es la prensa! No es la Contraloría, no es el Ministerio Público, no es el Poder Judicial, no son las autoridades ni las instituciones las que presiden esta ola de revelaciones en torno a inconductas de funcionarios públicos y de políticos. ¡Es la prensa! Entonces a la prensa hay que atacar, hay que darle duro, hay que empezar a castigarla para que aprenda a moderarse. Ese es el mensaje y esa es la gravedad del asunto que algunos no están viendo.

¡Mira aquí la segunda parte!




Notas relacionadas

César Hildebrandt denuncia que fujimorista Ramírez toma represalias contra su semanario

César Hildebrandt: "Las ideas de Fujimori y Montesinos están en la cabeza de Keiko"

Fernando Valencia: "Ahora ningún periodista puede interpretar, ni mucho menos difundir información"

Catalina Botero sobre los peligros de la prensa libre: "Hay que eliminar las leyes penales de difamación"