Faltan únicamente poco más de tres meses para que Río de Janeiro sea la sede de los Juegos Olímpicos y sin embargo, solo se han vendido el 62% de las entradas disponibles. Y es que el clima en Brasil está perturbado por la grave crisis política y por la recesión económica que golpea directamente al bolsillo de los ciudadanos.
Pero al margen de estas problemáticas, los habitantes de las favelas viven en un ambiente de terror por el aumento de la violencia.
Solo a principios del mes abril de este año Amnistía Internacional denunció la muerte de 11 personas por disparos de la policía.
Asimismo, durante el 2015, solo en la ciudad de Río, las estadísticas arrojaron que al menos 307 personas perdieron la vida como consecuencia de la violencia y de los abusos policiales. En otras palabras, las fuerzas del orden son las responsables de uno de cada cinco homicidios cometidos en la ciudad.
El principal problema es la impunidad. Por parte de las autoridades, no existe la exigencia de rendir cuentas por los crímenes ocurridos en los barrios pobres de la ciudad, mientras cada vez crece más la voluntad política para actuar con mayor dureza contra las protestas callejeras pacíficas.
En ese sentido, la directora Ejecutiva de Amnistía Internacional Argentina, Mariela Belski, denunció:
"Río de Janeiro no es una ciudad segura. A 100 días de los Juegos Olímpicos, la violencia policial aumentó considerablemente".
Según las organizaciones y activistas de Brasil, las principales víctimas de la policía son varones jóvenes negros de las favelas y zonas marginadas, algo que para Belski muestra cómo las autoridades siguen tratando a los manifestantes como 'enemigos públicos'.
Los Juegos Olímpicos, la Copa del Mundo y la violencia
A pesar de que no es posible vincular directamente el aumento de los homicidios por parte de la policía con los preparativos para los Juegos Olímpicos y para la Copa del mundo, que se celebró en Brasil en el 2015, las estadísticas muestran un patrón excesivo de uso de fuerza, violencia e impunidad de las instituciones de seguridad del Estado.
Cabe indicar que cuando Brasil organizó la Copa Mundial de Fútbol, la policía mató a 580 personas, un 40% más que en el 2013. Inclusive el número fue mayor en el 2015: 645.
En agosto del 2015, Amnistía Internacional presentó un informe donde describía detalladamente las prácticas policiales de lo que se conoce como 'gatillo fácil'. En la gran mayoría de los casos de homicidio habían sólidos indicios de ejecución extrajudicial.
Sin embargo, a pesar de la difusión de los casos y la presión pública, hasta ahora nadie ha comparecido ante la justicia para responder por estos asesinatos.
(Con información de infobae.com)
(Foto de cabecera: losandes.com.ar)
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