Ucrania, Bielorrusia y Rusia celebran hoy por separado el 30 aniversario de la catástrofe de Chernobyl, la mayor en la historia de la explotación civil de energía atómica. Es así que los tres países afectados recuerdan la tragedia del 26 de abril de 1986 desde sus distintas políticas y economías.
Ucrania
En este país, donde está ubicada Chernobyl, los trabajadores de las centrales nucleares han convocado a una manifestación frente al Ministerio de Justicia en Kiev para protestar por el bloqueo de las cuentas bancarias de Energoatom, el mayor distribuidor de energía eléctrica del Estado. Argumentan que el bloqueo de las cuentas de la compañía impedirá que esta pueda pagar el suministro de combustible nuclear a las centrales de Ucrania, así como el almacenamiento de los residuos y sueldos del personal.
Cabe indicar que Chernobyl se encuentra en proceso de cierre y desmantelamiento desde el 2000. Asimismo, para noviembre se instará el 'arco', una construcción que protegerá al sarcófago construido sobre el cuarto reactor de cualquier posible fuga radioactiva. En ese sentido, el director de la central, Igor Gramotkin, explicó que el arco está valorizado en 2.500 millones de euros y que en su construcción participan 28 países además del Banco Europeo de Recontrucción y Desarrollo.
Por otro lado dio cuenta que el tercer reactor puede considerarse ahora como una instalación no nuclear y el segundo y el primer bloque también cumplirán con esta categoría durante el 2016, cuando se acabe de eliminar el combustible radioactivo que albergan:
"Cuando se tomó la decisión de parar la central de Chernóbil, Ucrania no estaba preparada para ello ni desde el punto de vista organizativo ni técnico ni financiero”.
Asimismo también indicó que el año pasado, por el 29 aniversario, el presidente Petró Poroshenko lamentó la falta de colaboración científica y técnica entre Rusia y Ucrania en la central:
“La seguridad nuclear es un campo de actividad que se encuentra más allá de las relaciones políticas”.
Según explica, la zona de Chernobyl puede ser utilizada como base para dos actividades diferentes: el tratamiento de materiales radiactivos y para instalaciones de energía alternativa, específicamente baterías solares. Y es que consideró que intentar conseguir un prado verde en el lugar es inadecuado por el alto nivel de contaminación alrededor de la central en un perímetro de diez kilómetros.
Rusia
En el país, donde quince regiones resultaron afectadas por la nube radioactiva, la radiación sigue siendo muy elevada en lugares que el Gobierno ha excluido de la lista de zonas más afectada, según indicó la exdiputada de la URSS y autora de varias obras sobre Chernobyl, Alla Yaroshinskaya.
En palabras de la especialista, un total de 554 poblaciones fueron eliminadas de la lista de territorios afectados en el 2015, lo que implica la pérdida de prestaciones que recibían los residentes. Por ejemplo, cita la localidad de Novozyvkovo y otras zonas de Briansk, una provincia donde se han presentado varias manifestaciones en contra de la decisión Gubernamental. En 1997 los habitantes de la región se querellaron cuando las autoridades intentaron rebajar la condición de las regiones afectadas. Los tribunales les dieron la razón, mientras que ahora se la han negado.
Por su parte en Moscú, el presidente de la asociación de Chernobyl, Andréi Grushenkov, dijo que las autoridades municipales quieren sacar a la asociación Chernobyl Moscu, con 12.500 socios, de los locales que ocupa gratuitamente en virtud de un acuerdo con el anterior alcalde de la capital.
Cabe indicar que una parte de las prestaciones que recibían los ciudadanos afectados por la catástrofe fueron abolidas a partir del 2004.
Bielorrusia
Se trata del país más afectado por el accidente pues el 23% de su superficie fue golpeado, especialmente las regiones de Gómel y Magiliov donde viven 1,4 millones de personas.
A pesar de ello, Bielorrusia es el país más dispuesto a archivar el accidente. Y es que actualmente construye su primera central nuclear con tecnología rusa y estima restablecer la producción agrícola en la región afectada, según anunció el ministro de Exteriores, Vladimir Makei. En esa línea consideró que 'se puede llorar, sufrir y quejarse, pero hay que tratar de cambiar la situación' y elegir entre organizar la ayuda humanitaria para los afectados o 'intentar recuperar esta tierra para vivir y cultivar productos aptos para el consumo'.
(Con información de elpais.com)
(Foto de cabecera: EFE)