La artista visual Sonia Cunliffe tiene un gusto especial por los archivos fotográficos. Y es que en sus exposiciones anteriores como 'Mujer/Moldes/Moldes/Mujeres', 'Un hombre y una mujer', 'Desarraigo' y 'No digas nada de lo que viste ayer noche', trabajó con antiguas fotografías de su familia, negativos, postales, fotos encontradas en La Cachina, así como con diarios de la época.
Es así que en su reciente viaje a Cuba se enteró de que después del desastre de la Central Nuclear de Chernóbil, el 26 de abril de 1986, el gobierno cubano brindó ayuda humanitaria a los niños que habían sido víctimas de la radiación del accidente. Esta poco conocida historia la impactó y decidió investigar sobre el tema con la periodista cubana Maribel Acosta. Los resultados del trabajo colaborativo le fascinaron motivándola a montar la exposición 'Documentos extraviados. Niños de Chernóbil en Cuba', en la capilla de una iglesia en el Centro de Lima.
Cabe indicar que durante 23 años Cuba recibió y brindó apoyo a unos 26 mil niños afectados por la tragedia, los mismos que procedían de Ucrania, Rusia, Bielorrusia, tres países involucadros con el accidente. En ese sentido, los periódicos cubanos de la época mostraban titulares como 'Entre hermanos no caben favores si no obligaciones', o artículos con testimonios de médicos, enfermeras, familiares y pacientes.
Por su parte, el curador cubano Jorge Ferdández, director del Centro Wilfredo Lam, dice con respecto al trabajo de Cunliffe:
“El desastre nuclear de Chernóbil, cercano al descalabro de la Unión Soviética y del socialismo del Este Europeo, contrastan frente al hecho de gran trascendencia humana que fue la asistencia médica brindada en Cuba durante dos décadas a más de 26 mil niños afectados, en medio de la crisis económica más profunda vivida en la Isla. Esta exposición contrapuntea con lo que es visible o no como experiencia estética, interviene en la manera en que se construyen los discursos a través de los medios de comunicación y abre interrogantes sobre la mutación de una información en dependencia del contexto donde se coloca. Aquí la artista no se obsesiona con representar, más bien presenta un hecho histórico y altera la naturaleza de cualquier relato establecido, para entrar en todos los intersticios que ofrece la vida misma”.
El trabajo de Cunliffe, compuesto por fotografías, videos, periódicos de la época y testimonios, podrá apreciarse de manera gratuita en la capilla del antiguo Colegio Mercedes Cabello de Carbonera, ubicada en la Iglesia Santo Tomás de Aquino (Calle Jirón Junín con Jirón Andahuaylas, Rimác), desde el martes 26 de abril al 12 de junio, de lunes a sábado de 9 am a 5pm.
Además también habrán visitas guiadas por la propia artista todos los viernes de 11 a 1 pm.
(Foto de cabecera: Difusión)