Ayer, el gobierno de Mauricio Macri envió 9.300 millones de dólares a las cuentas de los fondos buitres, el nombre que recibió el 7% de los acreedores que rechazaron la reestructuración negociada en el 2004 y 2010 y que llevaron su reclamo a los tribunales de Nueva York. Al respecto, el ministro de Economía, Alfonso Prat-Gay, dijo al anunciar la cancelación de la deuda:

"El pago a los holdouts es parte de la normalidad. Esto es el final de un camino muy largo y de un recorrido que no debería haber existido".

Con este pago, el país sudamericano deja de ser excluido en los mercados de capitales. Una muestra de ello ha sido la recepción de los bonos emitidos para saldar las deudas. Y es que el Gobierno recaudó 16.500 millones de dólares a una tasa promedio de 7,2. Unos 2.500 millones del excedente se emplearán para cumplir con los bonistas 'reestructurados' que no cobran desde el 2014 por orden del juez Thomas Griesa, quien priorizó el pago a los fondos buitres. El resto del dinero engrosará las reservas del Banco Central y se usará para 'financiar el déficit' de las cuentas públicas. 

Macri estableció como prioridad de su gestión el fin de la guerra con los holdout después que Cristina Fernández de Kirchner se negara a acatar una orden de pago emitida por Griesa. El kirchnerismo asumió su posición como una cuestión de 'soberanía nacional', mientras que Griesa declaró a Argentina en desacato. Sin acceso al crédito internacional, la solución resultó ser la financiación interna, una estrategia que no duró cuando se redujo el ingreso de dólares por exportaciones, producto de la caída de los precios de las materias primas. 

Luego del acuerdo Argentina ha visto cómo sus bonos, hasta hace poco nada bien considerados, recobraran su capacidad de seducción. Es así que el Ministerio de Economía pudo colocar sin ningún problema cuatro bonos a 3,5; 10 y 30 años con tasas que oscilaron entre 6,25% para el plazo más corto y 7,62 para el más largo. En ese sentido, Mariano Sánchez, de la consultora KPMG Argentina, le dijo a El País:

“La reclasificación de la Argentina como mercado emergente habilitará el ingreso al país de fondos de inversión que se estima podrían alcanzar, en el corto plazo, los 2.000 millones de dólares. La oferta de fondos que tuvo el Gobierno es una muestra de confianza sobre el futuro del país”.

La Administración de Macri ha anunciado que cerrará el año con un déficit fiscal del 4,8% del PBI y que el dinero obtenido le permitirá cumplir con este objetivo. 

(Con información de elpais.com)

(Foto de cabecera: EFE)

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