"Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori frente a la educación pública", por Manuel Burga
El exrector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos escribe sobre los candidatos presidenciales que pasaron a segunda vuelta y sus antecedentes en temas educativos.
El mapa de la distribución del voto en Lima metropolitana, de manera muy general, nos muestra que los electores si tienen una apreciación muy diferente de Keiko Fujimori (PPK) y Pedro Pablo Kuczynski (PPK): Lima Norte, Este y Sur, los distritos más vulnerables a las prácticas clientelistas, votaron por KF, mientras que aquellos de clases medias, más resistentes al clientelismo, el autoritarismo votaron por PPK. Este resultado nos muestra las ocultas conexiones entre un capitalismo populista, clientelista y otro más tecnocrático, moderno, con los diversos sectores sociales.
Esto es de conocimiento público, pero quisiera aportar desde mi experiencia personal, cuando fui rector de la Universidad Nacional Mayoy de San Marcos (UNMSM), con total independencia política, tratando de ser lo más objetivo posible, algunas diferencias entre ellos. Los años 90, de hegemonía fujimorista, constituyen un período de ataque a la educación universitaria pública, desde dentro y desde fuera de estas instituciones: época de universidades asediadas por el radicalismo político, intervenidas por el ejército, controladas por el gobierno a través de comisiones reorganizadoras.
Pero encontramos otras medidas, más ideológicas, utilizadas para desregular la economía por el gobierno de Fujimori como el DL 882, de 1996, que autorizó la inversión privada con fines de lucro en la educación y que terminó alentando desmedidamente la multiplicación de universidades privadas/negocio, deteriorando la calidad, incrementando el lucro, ocasionando la aparición de ricos propietarios de estas instituciones que ingresaron al Congreso y detuvieron durante muchos años cualquier intento de reforma universitaria. Ese es el legado del fujimorismo de los años 90.
La UNMSM, en los meses de transición a la democracia, en el 2001, cuando diariamente se descubría la inmensidad de la corrupción fujimontesinista, designó una Comisión Nacional Pro San Marcos, presidida por el presidente Paniagua, con PPK en la secretaría técnica, para intentar conseguir recursos internacionales y para recuperar la imagen de la universidad. Entre 2001 y 2006, gobierno de Toledo, PPK tuvo una presencia hegemónica en la gestión de las políticas públicas desde el MEF, las que, de alguna manera, para sorpresa de los que conducíamos San Marcos entonces, incidieron positivamente en nuestra institución.
El segundo: el fondo editorial de San Marcos, en este proceso de saneamiento general, gracias a un fideicomiso otorgado por COFIDE, desarrolló una intensa actividad editorial que nos hizo recordar los buenos tiempos de la Universidad y en sus Clásicos Sanmarquinos, el 2004, publicó dos volúmenes de Máxime Kuczynski-Godard, La Vida en la Amazonía Peruana. Observaciones de un médico y Los Andes Peruanos. Ilave-Ichupampa-Lauramarca-Iguain (Investigaciones andinas), publicaciones agotadas del padre de PPK, uno de los más decididos promotores de la medicina social en San Marcos en los años 40 del siglo pasado. En estas circunstancias, PPK, interesado en recuperar la memoria de su padre, puso los álbumes fotográficos familiares al servicio de nuestro fondo editorial.
El tercero fue de trascendencia nacional. En el último trimestre 2005, cuando las negociaciones entre la ANR, el MINEDU, la FENDUP y el MEF, para cumplir el mandato del artículo 53 de la ley universitaria, llegaron a un punto de no retorno con una huelga de hambre de los docentes universitarios, recuerdo que la intervención de PPK fue decisiva. El gobierno, en diciembre de ese año, puso en marcha la homologación de la remuneración de los docentes universitarios. Habían pasado 22 años desde la promulgación de la ley 23733 y recién se iniciaba su cumplimiento.
Las negociaciones entre PPK, como presidente del Consejo de Ministros, el Ministro Fernando Zavala, el MINEDU, la ANR y la FENDUP llevaron a buen término una medida que marcó el inicio de la reforma de la universidad pública peruana. Se elaboró un programa de tres años para cumplir con el 100% de la homologación. En el primer trimestre de 2006, aún gobierno de Toledo, contra las fuerzas retrogradas en el MEF, se dio el primer 15 % de la homologación. Se esperaba que lo restante se diera en los siguientes tres primeros años del gobierno aprista, sin embargo por el desinterés del APRA, que consideraba al presupuesto de educación como gasto, recién se completó el 2011, cinco años después, cuando de nuevo los docentes habían caído en el escepticismo y el desánimo.
Quería recordar a la ciudadanía estos hechos, que muestran que el fujimorismo, al igual que el APRA, nunca se interesó en la educación universitaria, en su importancia como bien público y derecho ciudadano, tanto es así que el primero promulgó el DL 882 que arrinconó a las universidades de calidad, públicas y privadas, y el segundo, el APRA, intentó pulverizar la homologación, postergándola y menospreciándola, perdiendo la oportunidad de iniciar la reforma actualmente en marcha. PPK, contrariamente, lo que nos sorprendió y es el momento de reconocerlo, nos mostró interés y aprecio por la educación pública, su fuerza democratizadora, el papel de sus docentes, estudiantes y lo demostró apoyándola en consonancia con la labor científica, innovadora y social de su padre.