"¡Una mujer quemó el Corán! No sé si esté loca o enferma, pero ¿qué clase de musulmanes son ustedes? ¡Vengan a defender el Corán!"
Esto gritó un adivino en las puertas del Shah-Do Shamshira, uno de los santuarios más conocidos de Kabul, en Marzo del año pasado. La mujer a la que se refería era Farkhunda Malikzada, de 27 años, quien planeaba estudiar teología y que fue linchada por una turba enardecida hasta morir por estas acusaciones. Luego de ser asesinada, la turba la llevó a las orillas de un río donde quemaron su cuerpo.
Dos días después de esta masacre, el Ministro de Asuntos Religiosos afgano anunció que Farkhunda era inocente. Lo único que hizo fue increpar al adivino que la acusó y al conserje del santuario por vender amuletos que supuestamente ayudarían a las mujeres a quedar embarazadas, encontrar esposos, o tener hijos hombres. "Estan abusando de las mujeres. Les están cobrando dinero por algo que no viene del Islam, que no es religioso", les dijo.
La tumba de Farkhunda Malikzada. Foto: Lynsey Addario/The New York Times
El reportaje del New York Times cuenta cómo los hombres implicados, luego de ser detenidos y acusados tras los primeros momentos de indignación nacional y mundial, lograron la impunidad por este nefasto hecho. La pieza reflexiona, además, sobre la efectividad de los esfuerzos de Occidente en establecer el estado de derecho y mejorar las condiciones de las mujeres en Afganistán. Pone en duda, también, el éxito de la guerra que ahí se libró a partir de que aparezcan casos tan terribles como este aún.
Más de 50 personas fueron detenidas por este crimen. Foto: Wakil Kohsar/Getty Images
La periodista Alissa J. Rubin ganó el premio Pulitzer 2016 en periodismo internacional por este trabajo. La Associated Press señala que el reconocimiento fue entregado "por los exhaustivos y conmovedoramente escritos reportes que han dado voz a mujeres afganas que fueron forzadas a soportar crueldades innombrables".
Puedes leer el reportaje aquí.
[Foto de portada: Massoud Hossaini/Associated Press]
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