El Poder Judicial dictó 5 meses de prisión preventiva contra Ana Videla Carrasco, la mujer ebria que insultó y agredió a los efectivos policiales que la intervinieron por manejar bajo los efectos del alcohol, ocasionar un accidente de tránsito e intentar darse a la fuga en San Miguel.
Ana Videla Carrasco fue procesada con la nueva ley de flagrancia por los delitos de peligro común, violencia y resistencia a la autoridad. Durante la audiencia, ofreció disculpas por su actitud contra los agentes. Su defensa apelará a la decisión del Tercer Juzgado de Flagrancia.
Las disculpas ofrecidas no son para menos. La tarea de trasladar a Videla, de 37 años, hacia la comisaría de Maranga fue difícil para los policías de tránsito que se encargaron de intervenirla. “Chola asquerosa, huancaína seguro, porque eres una india asquerosa“, entre otros insultos racistas fueron proferidos hacia una de las agentes que iban en el patrullero con la mujer detenida.
Este video publicado el programa '24 Horas' muestra cómo Ana Videla empieza a insultarlos y agredirlos. Incluso le rompe los lentes a uno de ellos. Ambos oficiales resultaron con hematomas.
El dosaje etílico practicado a Ana Videla Carrasco señaló que tenía 2,16 gramos de alcohol en la sangre, cuatro veces más de lo permitido y podría haber ocasionado un accidente fatal.
El caso y su resolución nos da espacio para reflexionar sobre la efectividad de la ley de flagrancia. Tal como con el caso Silvana Buscaglia, la mujer que golpeó y profirió insultos racistas a un policía en el aeropuerto. Estas reacciones evidencian la contradicción estructural inherente en estas situaciones explicada por Wilfredo Ardito en este post.
Para estas personas, el Perú debería seguir siendo una sociedad estamental donde “cada uno sabe su lugar”. Un policía o un vigilante, por ejemplo, debe ser con ellos sumiso y servil. No son pocos los que tienen esta mentalidad.
Sobre la ley de flagrancia, vale mencionar que ha permitido sentenciar a 1,098 personas desde su promulgación, el 29 de noviembre del año pasado. El INPE ha advertido que si el ritmo de detenciones gracias a esta ley continúa las cárceles van a colapsar.
A partir dicha advertencia, el psicoanalista Jorge Bruce calificó en su momento a esta ley de “flagrantemente improvisada”, ya que “no ha tomado para nada la complejidad de la situación”- tampoco tomó en cuenta que no todas las personas que son sentenciadas por conductas antisociales deben terminar en prisión. “Para ellos hay que buscar castigos alternativos para lograr su rehabilitación”, añadió.
La frecuencia de casos como el de Videla Carrasco y el de Buscaglia Zapler (agresiones relacionadas con racismo) pone en tela de juicio si la Ley de Flagrancia y su facilidad de encarcelar gente está realmente resolviendo el problema de fondo. Nos hace preguntarnos si, más bien, la solución podría estar en propuestas como las de Bruce o Ardito; basadas en la rehabilitación, la concientización, y los esfuerzos para cambiar imaginarios sobre cultura y raza.
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