Como estaba previsto, el Papa Francisco visitó este sábado la isla griega de Lesbos, donde se reunió con refugiados e hizo un “vehemente llamamiento a la responsabilidad y la solidaridad” internacional.
“Europa es la patria de los derechos humanos”, advirtió Jorge Mario Bergoglio durante su visita de cuatro horas en la isla, tras la cual volvió a Roma en un vuelo en el que le acompañaron 12 refugiados que serán acogidos y mantenidos en el Vaticano.
“Y cualquiera que ponga pie en suelo europeo debería poder experimentarlo”, agregó Francisco, quien dijo que su objetivo es “llamar la atención del mundo ante la crisis humanitaria”, la más grande -según dijo- desde la II Guerra Mundial.
“Muchos de los refugiados que se encuentran en esta isla y en otras partes de Grecia están viviendo en unas condiciones críticas, en un clima de ansiedad y miedo, a veces de desesperación, por las dificultades materiales y la incertidumbre del futuro”.
Los 12 refugiados que acogerá el Papa en el Vaticano forman parte de tres familias de sirios, entre los cuales hay seis menores edad, que estaban en los campos de acogida de Lesbos antes del acuerdo que alcanzó la Unión Europea (UE) con Turquía.
"La iniciativa del papa se ha realizado a través de los contactos de la Secretaría de Estado con las autoridades competentes griegas e italianas", según explicó en un comunicado el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.
Los miembros de las tres familias son musulmanes. Dos de ellas proceden de Damasco y una de Deir Azzor, en la zona ocupada por el Estado Islámico y sus hogares habían sido bombardeados, precisó Lombardi.
"La acogida y la manutención de las tres familias correrá a cargo del Vaticano. La hospitalidad inicial estará garantizada por la Comunidad de San Egidio", agregó el portavoz.
Ante de partir de regreso al Vaticano, el papa Francisco alabó al pueblo griego por la acogida de refugiados. “Demuestran que en estas tierras sigue latiendo el corazón de una humanidad que sabe reconocer por encima de todo al hermano y a la hermana”, dijo, aunque también criticó a quienes anteponen los propios miedos a la necesidad del prójimo.
“No están solos. ¡No pierdan la esperanza!”, enfatizó el pontífice ante miles de refugiados, confinados en el centro de detención de Moria. “Hemos venido para atraer la atención del mundo ante esta grave crisis humanitaria, para implorar una solución”, confesó Francisco antes de trasladarse al puerto de Mitilene.
(Con información de EFE y El País)
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