Este viernes 15 de abril llega a Lima la banda argentina de jazz Nicotina es Primavera. Con su primer disco de estudio, Animal Cerámico, bajo el brazo, este grupo de instrumentistas heterogéneos dará ocho presentaciones en vivo durante la segunda quincena de abril. El flautista peruano Camilo Ángeles, formado en el Conservatorio Superior Manuel de Falla, en Buenos Aires, ha reunido a los siete integrantes del grupo y compuesto el tema que da nombre a la banda, una pieza de más de 30 minutos cuyas tres partes (y el resto del disco) se pueden escuchar en la página de Bancamp de Nicotina es Primavera

Además de Ángeles en la flauta traversa, el grupo está compuesto por Juan Olivera en la trompeta, Violeta García en el cello, Fermín Merlo en el vibráfono, Pía Hernández en el piano, Nicolás Del Águila en la batería y Carlos Quebrada en el bajo. También con Quebrada, Ángeles integra el grupo Sales de Baño, que inicia su segunda gira peruana este mayo.

El primer disco de Nicotina es Primavera, Animal Cerámico (BUH Records), contiene tres piezas, todas compuestas por Ángeles: "Humor Humano", una introducción aparentemente calmada que escala hasta demostrar la potencia completa del grupo de instrumentistas, resaltando especialmente el rol del vibráfono, adición reciente en la banda; "Nicotina es Primavera", en la que un tema se repite en variantes, intercalándose improvisaciones que muestran la cara menos tradicional de la banda; y "Enero Suicida", quizá el más melódico de los tres.

Oyendo Animal Cerámico, uno se pregunta cómo se compone la música para un grupo como Nicotina es Primavera. ¿Hasta qué punto intervienes como compositor y dónde acaba tu poder?

Camilo Ángeles: Hay distintos niveles de control. Más allá de si hay una improvisación o no en un tema, incluso si es completamente improvisado, mi primera situación como compositor fue armar la banda, elegir a los instrumentos y las personas para crear una música. Cada vez conozco más a la gente, al grupo. Escribo cosas que no solamente suenan bien en sus instrumentos sino que suenan bien para ellos, y uso formas o recursos que no son nuevos sino parte de la idea de Nicotina.

Al principio, cuando sumamos un vibráfono a la banda, parecía muy difícil lidiar con un exceso de información, de instrumentos con muchas posibilidades de hacer notas. Después, eso se ordenó un poco más. Toma tiempo, porque toma varias veces de hacer lo mismo, terminar de componer algunas cosas grupalmente. Hay un segundo momento de la composición, después del encierro individual, en que se termina de componer en grupo, con los instrumentos y con todos viendo la música. Ahí se define la música: muchas veces suena distinto en tu cabeza que afuera, muchas veces, también, suena igual.

Yo paso mucho tiempo escribiendo y buscando cosas que se me ocurren, tocando en la cabeza. Después, el trabajo que toma tiempo es orquestar, escribir para todos. Ese es un trabajo que asumo individualmente, y que cualquiera en la banda puede asumir para presentar un tema. Mi control es confiar en el grupo, en los que somos, y en mi impulso de encontrar una música que me suena en la cabeza y en las manos; el trabajo como compositor es traducir esas ideas para la banda y comunicarlas de la manera que encuentre.

¿De dónde viene el nombre de la banda?

Además del poema de Rodrigo de las Casas, que también da el nombre a su poemario, Nicotina es Primavera, es un enunciado que dice que algo que es algo es otra cosa sin argumentar nada. Despierta todo tipo de asociaciones. Además, esto era ponerle el nombre de un poema a algo que no es un poema, es una banda. Ese es el por qué, pero en realidad hice un tema que se llamaba así y la banda tomó el nombre por decisión de todos.

¿Siempre supiste que querías dedicarte al jazz?

No, siempre supe que quería dedicarme a la música. Estuve un año en un conservatorio clásico, pero mucha música de la que empecé a aprender era jazz. Me metí un poco más de lleno a estudiar información y elementos de la tradición de esa música, pero nunca sentí que debía dejar de estudiar otras cosas y abocarme solamente a la tradición de una música, un folklore. Ahora también me interesa el jazz y me interesan otras cosas, porque me interesa la música y es lo que estudio.

¿Hay una movida más interesante de jazz en Buenos Aires que en Lima?

Hay una superpoblación de músicos en todo el país. Hay mucha gente, hay pocos lugares para tocar y problemas con eso. Hay mucha gente que migra a Buenos Aires del interior del país o de otros países, eso hace que la movida sea mejor todo el tiempo, que todo el tiempo aparezcan músicos y gente que se involucra, trabaja y produce en lugares con mucho público y mucha demanda de los músicos.

¿Te parece que la movida limeña ha cambiado desde que te fuiste a Buenos Aires, en 2009?

Antes, en Lima no era tan normal que la gente saliera un lunes, martes o miércoles a escuchar música. Acá también parece haber una superpoblación de músicos, así que es importante que la gente salga, hay un público que muy valientemente se arriesga a ir a escuchar cosas que no se habían oído antes acá. Pero no veo muchas bandas ni gente que haga nuevas bandas, sino grupos de gente que se junta a hacer proyectos específicos, puntuales. Sobre todo entre los músicos del jazz hay un poco de endogamia.

También parece haber una movida que ha crecido de música experimental y algunos sellos discográficos que sacan discos, se interesan por hacer ediciones muy lindas. En esa movida, los conciertos son muy divertidos de armar, siempre son pequeños festivales. Pero los lugares tienen un límite de funcionalidad para este tipo de música que no ha estado pasando antes en estos bares, y cada uno trabaja por separado. Todo debería también suceder entrando en espacios oficiales de arte, como museos, que lo que dejan para el final suele ser la música. El problema es que los museos que estoy pensando son de inversión privada, nada funciona así.

¿Hay más inversión pública de ese tipo en Buenos Aires?

Sí, muchos espacios son del Estado, como escuelas y centros culturales. Eso es porque la movida siempre ha sido muy grande, pero también hay circunstancias y este no es el mejor momento: están cerrando muchos lugares por la entrada del gobierno de Mauricio Macri.

¿Qué crees que vas a encontrar cuando regreses, tras casi cinco meses en Perú?

Definitivamente todo peor, pero lo realmente peor debe venir a largo plazo, no creo que el desastre vaya a pasar en unas semanas. Las escuelas de arte y centros culturales están teniendo muchos recortes o cerrando. De todas maneras, el partido de Macri siempre ha tenido contradicciones muy tontas. Por ejemplo, en una época cuando él era gobernador de la ciudad de Buenos Aires (de 2007 a 2015) empezó a cerrar un montón de centros culturales, pero meses después volvían a haber festivales en los lugares que había cerrado.

¿Por qué decidiste estudiar música en Buenos Aires y no en Lima?

También estudié música aquí en Lima y estuve tocando acá un tiempo. Tenía una banda con Andrei Marambio, Lorenzo Susti y otros amigos, salíamos a tocar, grabamos un disco y conocía más o menos cómo eran las cosas acá. Después me fui a hacer otras cosas a Argentina, particularmente porque estaba enterado de la existencia de algunos flautistas y músicos de jazz con los que quería estudiar, pero cuando volvía siempre me vinculaba con las personas que están alrededor de la música acá, y hasta ahora me vinculo con ellos. No creo que elegí que acá no y allá sí, sino que lo que tengo es un circuito enorme: adonde vayas a tocar y haya gente interesada por tu música, generas una red. No es que elijas un lugar y te vas renegando de otro, sino que aprovechas las oportunidades.

¿Crees que esas oportunidades van a seguir con el nuevo gobierno argentino?

La sociedad exige tener ese tipo de espacios abiertos al arte. La gente que está metida en eso va a seguir, y los que estamos ahí al lado también vamos a seguir. Todo sigue todo el tiempo: las cosas que cierran paran, pero algo cambia. La movida nunca debería decrecer, a menos que sea solo una moda, y en ese caso todos estamos equivocados.

Nicotina es Primavera se presenta en Lima este abril en las siguientes fechas:

Viernes 15: Casa Negra (Carlos Arrieta 248 - Barranco)

Sábado 16: Teatro Mocha Graña (Avenida Sáenz Peña 107 - Barranco)

Lunes 18: Jazz Zone (La Paz 656, Pasaje "El Suche" - Miraflores)

Martes 19: AKA Pop (Calle Esperanza 359 - Miraflores)

Sábado 23: Fundación Telefónica (Av. Arequipa 1155 - Lima)

Jueves 28: Festival de Jazz en la PUCP (Estudios Generales Letras)

Sábado 30: Lemuria Fest


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