Las naciones latinoamericanas vienen siendo azotadas por escándalos de corrupción donde los principales implicados son nada menos que sus propios mandatarios. Es así que gobiernos como los de Venezuela y Brasil atraviesan graves crisis políticas en medio de fuertes reclamos de sus ciudadanos y de la oposición.

Y el caso de la expresidenta argentina Cristina Fernández por presunto lavado de activos no es la excepción. 

Así como en Brasil el operativo que persigue a los funcionarios públicos que lucraron ilícitamente con la estatal Petrobras se denomina Lava Jato, en alusión a la primera pista que apareció en una gasolinera donde también se lavaban autos, en la causa contra la exmandataria argentina se habla de 'bolsos, cuevas, balanzas y bóvedas'.

En las últimas horas, la investigación que provocó la preocupación de Fernández de Kirchner sumó el primer testimonio de un arrepentido: el autodenominado 'valijero' Leonardo Fariña, quien dio detalles de la supuesta operación irregular. 

Este miércoles la expresidenta se presentó ante un juez por las aparentes irregularidades en contratos a futuro de dólares por parte del Banco Central durante su gobierno, acusaciones que ella niega. 

No respondió al interrogatorio y, arropada por sus seguidores, convirtió esta diligencia en una suerte de mitin en los exteriores de la sede judicial en la que se declaró como una perseguida política:  "Me pueden meter presa pero no lograrán callarme. Tengo los fueros del pueblo". 

Aquí todo lo que debes saber para comprender el proceso y los cargos que se le imputan a Cristina:

Los Bolsos

Nicolás Wiñazki, un periodista del diario Clarín que investigó la denominada 'ruta del dinero K' (los fondos que los gobiernos del presidente Néstor Kirchner y de su esposa y sucesora, Cristina Fernández, supuestamente obtuvieron de manera irregular y movilizaron físicamente a distintos puntos) explicó que 'llevaban la plata en bolsos, valijas y mochilas'. 

Asimismo, el video que impulsó el inicio de la causa contra la exmandataria mostraba bolsos tan cargados de billetes que tenían que ser arrastrados por el piso. 

Es así que el caso fue calificado irónicamente como 'marroquinería política' por el escritor y analista Jorge Asís, uno de los primeros en mencionar la presunta operación. 

Según lo que se denuncia, el sistema ilegal incluía el traslado de dinero en esta clase de equipajes, para luego viajar por tierra o aire hacia o desde Santa Cruz, la provincia bastión de los Kirchner, quienes gobernaron el país desde el 2003 hasta el 2015, para luego ser acopiado o eventualmente transferido. 

A los que se encargaban de estas operaciones se puso el apelativo de valijeros, un papel que asegura haber cumplido el arrepentido Leonardo Fariña. 

El Kirchenerismo negó las acusaciones al afirmar que forman parte de una estrategia o revancha política contra Cristina Fernández. 

La Cueva

Es el término utilizado por los argentinos para referirse a las firmas o negocios ilegales que facilitan el blanqueo de capitales, puesto que no preguntan por la procedencia de los fondos y garantizan su circulación por el sistema. 

Las cuevas reciben el dinero en efectivo proveniente de la corrupción para luego ser contado y enviado a otro destino, que puede consistir en una transferencia internacional a cuentas offshore, el acopio en un espacio físico o el reingreso al circuito económico por medio de operaciones con testaferros. 

Según cuenta Wiñazki, quien pertenece al mismo grupo que el canal de televisión que emitió el video que activó la causa contra la expresidenta, en el registro se puede apreciar 'cómo llegaba el dinero en efectivo, se contaba en máquinas y luego se enviaba al exterior' en La Rosadita, una financiera que funcionaba como cueva. 

El nombre de esta empresa ilegal es alusivo a la Casa Rosada, la sede del gobierno argentino, que se encuentra a tan solo unas pocas cuadras de distancia. 

En las imágenes se registran solo unas horas del 2012, donde se cuentan unos 5 millones de dólares y aparece el hijo de un empresario detenido, Lázaro Báez, el más grande contratista en la Patagonia y socio de los Kirchner.

En un escrito dirigido al juez que lidera el caso, Báez reconoció que el dinero era suyo y que iba a destinarse a la compra de un campo, aunque puso en duda la validez jurídica de las imágenes. 

Los defensores de los Kirchner también restaron importancia al video, argumentando que solo aparece gente contando dinero. 

Las Bóvedas 

Se trata de los espacios físicos para el acopio de dinero que, en ciertas oportunidades, pueden ser habitaciones con puertas blindadas o grandes cajas fuertes. 

En ese sentido la diputada del Palasur por Santa Cruz, Mariana Zuvic, indicó:

"Presentamos 90 fotografías de las bóvedas que estaban construidas debajo del quincho (recinto techado al aire libre que se usa para comer asado) de Lázaro Báez. Luego fueron maquilladas como una bodega".

Sin embargo, esta investigación fue archivada por la justicia por no poder probar la existencia de las polémicas bóvedas. A pesar de ello, Zuvic considera que el nuevo testimonio del arrepentido Fariña, vuelve a darle notoriedad a las indagaciones sobre las bóvedas ocultas. Al respecto, Wiñazki añade:

"Existió por lo menos una bóveda en la casa de los Kirchner en el Calafate -centro turístico de la provincia de Santa Cruz en la Patagonia argentina- y esto lo digo porque entrevistamos al arquitecto que hizo esa casa y hasta vimos los planos".

El periodista recuerda que, cuando se allanó el negocio inmobiliario del hijo de la expresidenta, Máximo Kirchner, encontraron cajas fuertes y dinero en efectivo oculto en bolsos. 

Las Balanzas

El periodista Jorge Lanata, uno de los fundadores del diario Página 12 y fiero opositor de los Kirchner, le dijo a Fariña:

"El dinero era tanto que no lo contaban: lo pesaban".

Y es que en una cámara oculta grabada por su programa en Canal 13 'Periodismo para todos' Fariña se refiere a kilos de billetes. 

Según el valijero, el peso del dinero era algo determinante y por ello utilizaban billetes de 500 euros, ya que esto les permitía acopiar más cantidad en menos fajos. En esa misma línea Zuvic apunta:

"Según personas que presenciaron el acopio, pesaban el dinero porque eran mas práctico que contarlo. El dinero venía en cápsulas. Cada 'ladrillo' tenía US$100.000, y en virtud de la denominación del billete (dólar, pesos o euros) se calculaba, según el peso, la cantidad".

(Con información de la BBC Mundo)

(Foto de cabecera: EFE)