Puede que varias veces te hayas preguntado si estás teniendo suficiente sexo luego de escuchar que las parejas tienen relaciones todos los días o leer que tener mucha actividad en el dormitorio asegura beneficios sobre la salud. Sin embargo, una reciente investigación sugiere que no debes tener sexo muy frecuentemente para fortificar tu relación o asegurarte la felicidad. 

El estudio encontró que, aunque las personas casadas o en relaciones muy comprometidas tienen más sexo y tienden a decir que se sienten más felices, los privilegios se obtienen cuando la frecuencia sexual se da únicamente una vez a la semana. 

En ese sentido, Amy Muise, una investigadora postdoctoral que estudia las relaciones sexuales en la Universidad de Dalhousie en Canadá, afirmó:

"Yo creo que las parejas pueden terminar sintiéndose presionadas por intentar tener relaciones sexuales con tanta frecuencia como sea posible".

Muise dice que una vez a la semana 'quizá sea el objetivo más realista' en comparación a la coacción de tener sexo todos los días, una meta que se muestra como abrumadora.

La investigación encontró además que el sexo podría aumentar la felicidad porque hace que las personas se sientan más satisfechas con su relación. Al respecto, Muise, señaló:

"Para las personas que se encuentran en relaciones, la calidad de su relación romántica es uno de los factores más importantes que predicen su felicidad general. Tener más sexo más de una vez por semana podría no estar mejorando esa conexión en la relación, aunque eso no es malo".

Sin embargo reconoció que hay un par de fricciones en el estudio. Una consiste en que no está claro cual viene primero, si el sexo o la felicidad. Y es que podría ser que las personas que tienen sexo una vez a la semana o más ya estaban felices en sus relaciones y en la vida desde antes.

Otro problema es que, aunque la relación sexual semanal podría ser justo lo que algunas personas necesiten, para otras podría ser demasiado o muy poco:

"Sin duda hay parejas para las que tener sexo con menos frecuencia estará bien en términos de su felicidad, y hay parejas que experimentarán aumentos en su felicidad si tienen sexo más de una vez a la semana".

¿Qué frecuencia es la correcta?

Para Vanessa Marin, una terapeuta radicada en Berlín, uno de los mejores efectos de este tipo de estudios es que abre las conversaciones en las parejas sobre su vida sexual. Según considera, la situación sobre la frecuencia sexual podría no haber surgido en las relaciones, lo que demostraría que las personas se encuentran satisfechas o que simplemente están muy ocupados o desconectados para pensar en ello:

"La mayoría de parejas quieren tener más sexo y pienso que este es el resultado de cuán ocupados y llenos estamos la mayor parte de nuestras vidas".

Sin embargo evita dar una cifra concreta sobre la cantidad de sexo que las parejas deberían tener, puesto que cada una es diferente. En su lugar recomienda que las personas experimenten por su cuenta:

"Soy una gran defensora de que las parejas experimenten; por ejemplo que durante un mes traten de tener sexo dos veces a la semana y vean cómo les va, o una vez a la semana, y traten de jugar con eso".

En cuanto a las afortunadas parejas que se encuentran satisfechas con su frecuencia sexual, el estudio indica que ellas podría no querer cambiar nada. Para demostrarlo, los investigadores les pidieron a las parejas que tenían relaciones en un promedio de seis veces al mes que duplicaran la cantidad. Es así que los resultados mostraron mal humor y menos disfrute de la actividad sexual al cabo de tres meses.

En ese sentido, George Loewenstein, un profesor de economía y psicología de la Universidad Carnegie Mellon y principal autor del estudio, dijo:

"Que te digan que hagas algo siempre lo hace menos divertido".

A pesar de ello, indicó que existe un problema aún más grave que la frecuencia. Y es que muchas parejas casi dejaron de tener sexo. Para estos casos sentenció:

"Creo que una vez a la semana es un buen objetivo final. Es casi como una constante natural hacerlo una vez a la semana".

Sin embargo, incluso si estas parejas abstinentes quieren tener sexo más regularmente, podrían carecer del deseo de su pareja. Para ellas se recomienda probar estrategias convencionales como planear más tiempo de calidad juntos o cambiar de escenario. En esa misma línea Loewenstein aconsejó:

"Qué pareja no ha tenido la experiencia de que entras a un hotel en una nueva ubicación en un nuevo ambiente y la persona con la que estás luce diferente, y lo diferente es bueno cuando se trata del sexo".

Si estos trucos no son suficientes, las parejas tendrían que acudir a su lado más racional en vez de a su faceta más lujuriosa para decirse a sí mismo que simplemente lo hagan:

"Estas parejas podrían sorprenderse de cuán agradable sería si volvieran a empezar".

¿El sexo se debería programar?

Quizá el hecho de programar este tipo de encuentros podría sonar como algo antiromántico, sin embargo no hay razón alguna para no desarrollar un horario en torno al sexo. Al respecto, Marin indicó:

"Para algunas parejas, agendar el sexo funciona muy bien; les da algo que pueden esperar con ansias, les gusta la expectativa, les gusta sentir que son una prioridad. Las otras parejas dicen que programar el sexo les parece horrible, como si el sexo fuera transaccional y fuera solo un elemento más en su lista de cosas por hacer".

Es así que la especialista recomienda que las parejas experimenten con ello para ver si los ayuda, siempre y cuando ninguno de los dos se oponga.

Según Marin, una buena alternativa independientemente de si les gusta o no programar las relaciones, es planificar tiempo de calidad juntos, a solas. Lo ideal sería dedicar 20 minutos al día con la televisión apagada y sin celulares, pero para las parejas que están muy ocupadas puede resultar útil incluso solo cinco minutos de conversación. 

Pese a ello, Acacia Parks, un profesor adjunto de psicología en Hiram College, dijo que aunque la programación puede ayudar a algunos, puede empeorar las cosas para otros:

"Si hay problemas en la relación o problemas psicológicos como estrés o ansiedad, entonces programar el sexo simplemente podría incrementar la presión".

En cuanto a los momentos, afirman que uno de los beneficios de tener sexo durante las mañanas es que los niveles de testosterona, la hormona del deseo sexual, se encuentran en su nivel más alto. Por otro lado, las relaciones antes de dormir facilitan el sueño puesto que las hormonas liberadas durante el orgasmo colaboran a la relajación. 

(Con información de CNN)

(Foto de cabecera: elconfidencial.com)

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