Mirella Moschella Coello tiene 28 años y estudió comunicaciones. Tiene el hábito aprendido en familia de fotografiar todo, no por decisión profesional sino por el instinto de preservar la memoria, sobre todo porque la de ella es muy mala, asegura. Cuando ingresó a la universidad lo único que esperaba con ansias era tener la cámara en mano porque desde niña cargaba con una al hombro. “De chica jugaba con mis primos a escribir historias y a grabarlas con una cámara de VHS. Así empezó todo, con la intención de que nuestros juegos trascendieran”, afirma Mirella que hoy con su sello Mira_a_Mire, realiza un esencial registro audiovisual de las expresiones artísticas contemporáneas.

El potente referente de Mirella es la calle, lo dice ella que le encanta andar por la ciudad y percibir el entorno sin restricciones. Lo hace ahora a través del arte urbano, al que –gracias a su inquietud creativa– se aproximó tras crear una marca de diseño independiente con la que recorrió ferias descubriendo una movida artística que hasta ese momento desconocía. En el 2007 –gracias al dato inmobiliario de un familiar– consiguió que un grupo de artistas intervengan una casa que aguardaba su demolición. “Poco antes había conocido a los Fumakaka, –un colectivo que hace grafiti y escultura– les pasé la voz para que tomen la casa y fui a la universidad a pedir los equipos para el registro. Dije que era para un trabajo, de hecho al final presenté el video para el curso”.

“Lo que me encanta del arte urbano es que es puro y crudo. Es algo tan potente y auténtico que plasmen su voz en un muro libre para todos.”

Esa casa tomada fue el primer video documental que Mirella registró con grafiteros nacionales e internacionales. “La pintaron toda. Cada cuarto e incluso el tanque de agua en el techo. Después de eso me interesé más en el arte urbano”, cuenta Mirella que no mucho tiempo después ya era parte del equipo audiovisual de la marca Frends. Fue ahí donde conoció a Entes & Pésimo –emblemáticos exponentes del grafiti peruano con más de 15 años apropiándose de muros– y fue ahí también donde Mirella dio vida a Mira_a_Mire, el alias que utilizaba en su primer Fotolog y con el cual ahora está haciendo carrera.

En el 2012, ya con su sello personal, Mirella cubrió el primer Laditoamericano –un evento de arte urbano que reúne a más de 20 artistas de todas partes del mundo para intervenir la ciudad de Lima. “Ese año hice algo chiquito pero en el 2013 le propuse a la agencia con la que trabajaba cubrir todo el festival. La idea era crear contenidos breves para generar intriga pero decidí meterme a todo. Dejé mis otros trabajos para pasar el día entero con ellos, un poco más y me quedaba a dormir los 15 días ahí porque si bien es fantástico captar el proceso, me interesa más cómo se nutre y crece la obra, sobre todo si son un equipo que tiene que pensar cómo fluir, conectar y volverse uno”, asegura Mirella que consiguió –ahora lo sabemos– un significativo mini documental “Muros de enfrente” porque es el único registro de muchos murales que hoy ya no existen en Lima.

“Se sientan frente al muro, lo observan y bocetean una idea, pero de pronto pasa un heladero que les cuenta una historia de barrio o una ceremonia tradicional que puede coincidir con alguna de su propia cultura y así el muro se alimenta.”

Mirella es una más del grupo. Se acerca a los artistas que dan vida a los muros y forja con ellos un lazo que trasciende el espacio físico. Ha sucedido por ejemplo que –como también le apasiona viajar– recorriendo diversas ciudades del mundo se ha encontrado no siempre con el artista pero sí con la obra, “es rico ver en otro país un muro y reconocer a su autor. Me ha pasado en Berlín con Toxicómano de Colombia”, comenta Mirella ahora que ha vuelto después de tres meses fuera y sin duda con un abundante registro de ciudades vestidas de arte callejero. “Sé que tengo un montón de material pero quiero más. Sin duda lo que viene es empezar a exhibir. Hacer un evento interactivo donde además de proyectar mi trabajo se realice alguna actividad para que la gente participe y consiga un producto final”.

Ahora Mirella quisiera viajar a registrar festivales de arte urbano en otros países, anda buscando contactar e ir a cubrir los procesos de otros artistas, pero lo que más le interesa –conociendo ahora a tantos que viven de su arte– es “mostrarle a la gente que puedes hacer lo que más te gusta sin preocuparte de todo lo que te hacen preocuparte cuando escoges lo que quieres hacer el resto de tu vida”, enfatiza Mirella, “es posible que viajes y te muevas por el mundo, puedes conseguir hacer lo que te gusta sin venir de un lugar privilegiado, lo sé, lo estoy haciendo y quiero que la gente haga lo mismo. Puedes hacer lo que quieras, solo hay que salir ¡salgan!”.