Para las nuevas generaciones, el nombre de Fernando Zevallos es desconocido. Para quienes al menos superan las tres décadas, se les hace familiar. Este hombre, nacido en la provincia de Mariscal Cáceres, en la región San Martín, el 8 de julio de 1957, purga una condena de 20 años por delito de narcotráfico, la cual cumple desde noviembre desde 2005.

Luego de esa condena, no se habló más de Zevallos hasta hoy, cuando el diario El Comercio informa de un nuevo proceso en contra del "Lunarejo", esta vez por lavado de activos en agravio del Estado. Por ello, el fiscal superior coordinador contra el crimen organizado, Jorge Chávez Cotrina, ha pedido 35 años de prisión para Zevallos.

De concretarse esta condena, Zevallos no saldría de prisión el 2025, sino el 2040, cuando haya pasado los 80 años de edad. Además de él, varios de sus colaboradores, entre los que figuran algunos de sus familiares, podrían recibir penas de entre 25 y 30 años.

LA HISTORIA DE "LUNAREJO"

En 1978, el gobierno peruano, bajo el mando del general Francisco Morales Bermúdez, inició una campaña de incentivos por impuestos para invertir en la selva. La familia Zevallos creó una compañía de "taxi aéreo", ofreciendo servicios para traslados en una zona en la que no hay acceso al transporte terrestre. La compañía no tuvo éxito y Zevallos emigró a los Estados Unidos.

Años después, en 1992, Zevallos fundó Aero Continente, una aerolínea que ganó terreno ante la debacle de Faucett y de la estatal Aero Perú. Aunque privada, pronto destacó como "la línea de bandera" más grande del país, que dejó en el olvido a estas dos históricas empresas de aviación, desaparecidas a fines de la década de 1990.

UNO DE LOS "BOEING" DE AERO CONTINENTE.

Ese apogeo de Aero Continente contrastaba con lo cómodo de los pasajes que ofrecía para trasladarse al interior del país. La empresa de Zevallos siguió creciendo, y pronto tuvo rutas hacia el extranjero.

Justo cuando Aero Continente "despegaba", desde los Estados Unidos llegó una comunicación de la Drug Enforcement Administration (DEA), que había concluido que Zevallos tenía vínculos con el narcotráfico. Esto terminó con un juicio a Zevallos, que derivó a su condena en noviembre del 2005 a 20 años de cárcel, los cuales viene cumpliendo en el Penal de Ancón.

Y mientras que Zevallos y Aero Continente, que ese mismo año dejó de operar, caían en desgracia, LAN aprovechó la situación para hacerse de los cielos peruanos.

En esta ocasión, Zevallos es acusado de introducir dinero ilícito proveniente del narcotráfico a la economía formal. Según Chávez Cotrina, "se crearon empresas de fachada como Aero Continente, Nuevo Continente, vuela Perú, Aviandina y otras, que movieron un aproximado de 250 millones de soles ". La que le espera a Zevallos y compañía.

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