Desde mediados de marzo y hasta el 19 de junio de este año, se exhibe en el Espacio Fundación Telefónica la muestra Nuevas Realidades. Expuesta por primera vez en Barcelona, en 2014, la exposición curada por Carmen Salas y Estela Oliva incluye doce obras de arte digital contemporáneo divididas en tres ejes temáticos: “El ser humano expandido”, que estudia cómo ha cambiado la identidad de las personas gracias a las redes sociales y la realidad virtual; “El ser humano creó a la máquina y la máquina creó…”, que reúne máquinas que actúan por sí mismos, imitando las habilidades humanas al tomar decisiones y crear obras; y “Brave New Worlds”, que explora las fronteras de la presencia, el espacio y la forma en los mundos virtuales. 

Para la instalación y presentación de Nuevas Realidades, estuvieron en Lima Carmen Salas, una de las fundadoras de Alpha-Ville, la agencia creativa encargada de la muestra, y Karolina Sobecka, artista neoyorkina que tiene dos obras en la exposición y dictó dos talleres en el Espacio. LaMula.pe conversó con ambas acerca de las relaciones que se han establecido entre el arte y la tecnología, y entre la tecnología y las personas, desde la explosión del mundo digital hace más de un cuarto de siglo.

Valentina Pérez Llosa: ¿En qué momento se ha empezado a pensar en la tecnología como arte más que como herramienta?

Carmen Salas: Al final de la década de 1980 y durante la de 1990 fue el boom de la revolución digital y del net-art. Se incorporó el arte con la tecnología y lo digital. En los últimos años hay otro boom enorme que va a seguir, porque el mundo de la tecnología está cambiando a niveles brutales rápidamente. Siempre que haya tecnología, el arte va a cambiar y evolucionar. Como Alpha-Ville, lo que nos mueve a Estela Oliva y a mí es que cada avance tecnológico vaya unido a una reflexión crítica y constructiva a través del trabajo que hacen los artistas. Eso lo hacemos con cada proyecto para que la gente como tú y yo, la sociedad entienda cuáles son las posibilidades pero también los retos de la tecnología y cómo nos va a afectar en el presente y en el futuro.

VPL: ¿Por qué es necesario poner estas obras en una sala de exposición? Varias de ellas requieren solamente una pantalla y podrían verse en casa.

CS: Nuestro trabajo como curadoras al ponerlo todo dentro de una sala es que sea como un viaje por la cultura del siglo XXI, que es la cultura digital. Eso se hace a través de un trabajo de investigación no solo nuestro, sino también de los artistas. Ponerlo todo junto le da un sentido al mensaje que queremos transmitir. Lo que pretendemos es explorar cómo la internet y los avances tecnológicos están transformando y cambiando radicalmente la identidad, nuestro comportamiento, cómo vemos y apreciamos el mundo y también cómo las nuevas tecnologías están abriendo nuevas oportunidades para los artistas para crear y expresarse.

VPL: En ese sentido, parece una contradicción a un sentido común contemporáneo que dice que lo digital más bien nos aleja del arte o nos hace dejar de apreciar lo artístico como tal. ¿Cómo han manejado ustedes ese prejuicio?

CS: Hay muchísimos prejuicios con arte y tecnología. Nosotras somos neutrales en el sentido de que creemos que la tecnología es positiva. Lo que queremos expresar es cómo la tecnología está ayudando al arte o facilitando que nosotros entendamos más el arte. LaTurbo Avedon, por ejemplo, es una artista que no tiene cuerpo físico, no existe en el mundo real. Ella crea y vive online por completo. Lo que está intentando hacer es explorar cómo ella como artista puede interactuar con la audiencia, comunicándose a través de Facebook o Twitter.

Como parte de las actividades del Espacio relacionadas con la inauguración de Nuevas Realidades, estuvo en Lima la artista Karolina Sobecka, que expone dos obras y dictó dos talleres: uno, relacionado con la observación de nubes; otro, con la posición geográfica de escenarios de películas. En ambos casos, la intención es crear un nuevo tipo de conciencia sobre el mundo en el que vivimos y cómo lo imaginamos.

Sus dos obras en Nuevas Realidades, sin embargo, no están tanto relacionadas con el medio ambiente como lo están con las relaciones entre las personas y lo digital. Una de ellas, “All the Universe is Full of the Lives of Perfect Creatures”, es un espejo en el que el rostro del espectador es reemplazado por el de un animal. La otra, “It’s You”, es una instalación que responde a los movimientos del espectador. LaMula.pe conversó con la artista neoyorkina sobre sus obras y su particular interés por la ciencia.

VPL: En tu obra "It’s You", expuesta ahora en Lima, uno tiene que hacer que un grupo de personas le presten atención moviéndose delante de la proyección. ¿Es este un comentario acerca de la forma en que la tecnología interviene en la interacción humana?

Karolina Sobecka: Se trata de presentarle al público una situación basada en reglas en la que ellos se convierten en un elemento, lo que hagan afecta lo que sucede en la situación. Hay un grupo de gente que le está prestando atención a algo. Si uno viese eso en una plaza pública, probablemente tendría curiosidad y se acercaría. Quizá cuando uno se acerca ellos se voltearían para ver quién se está uniendo al grupo. Pero seguirán prestando atención a lo que sea que están mirando. Al unirse al grupo, el espectador se une al espacio social existente creado por la instalación. Sin embargo, si uno quiere ser realmente parte de la situación, la instalación cambia su comportamiento para convertirse en la audiencia de uno mismo. Controlan lo que eres en esa situación al comportarse en relación a uno en un lugar específico. Esa vuelta es lo que me interesa: se invierte lo que querías ser al no ser tú quien reacciona a la obra, sino ella a ti.

VPL: Esa es una aproximación muy nueva al arte: antes de la posibilidad de interactuar con las obras de arte, la pieza estaba ahí con o sin un público que la mirase. Ahora, es necesario estar ahí para que se convierta en algo. ¿Cómo te diste cuenta de que esta era una forma de arte?

KS: Siempre me ha interesado la interacción y estudiarla o hacer obras que te hagan pensar en ella. Una vez que me me di cuenta de que existía esta herramienta me pareció perfecta: realmente nos permite una nueva mirada. En el arte tradicional también hay un tipo de interacción en la que uno hace su propia interpretación, es una interacción más interior. Pero estas nuevas herramientas nos permiten observar nuestro comportamiento, observar las cosas activas que suceden entre nosotros que se activan solo a través de la interacción y no de manera estática.

VPL: ¿Cómo puede servir la relación entre arte y tecnología para pensar los problemas del siglo XXI?

KS: Nuestra relación con la tecnología es compleja. Nos ha ayudado a causar el daño que le estamos haciendo al planeta a la vez que mejora nuestras vidas todo el tiempo. Y también podría solucionar los problemas que creó en primer lugar. La tecnología y la ciencia pueden ser todas estas cosas, y por eso es interesante verla y estudiarla. Por ejemplo, en mi proyecto de observación de nubes se usa mucho el lenguaje de la termodinámica. Es algo que no es de conocimiento común, pero nos da una nueva manera de pensar en todo. El estudio de la ciencia es fascinante y nos da metáforas, pero también marcos conceptuales para pensar en la realidad.

VPL: ¿Cómo funciona tu proyecto de observación de nubes?

KS: Hay varios satélites de la Nasa que observan específicamente la atmósfera: orbitan la tierra y toman fotos de la atmósfera en todos los lugares, cada lugar es visto una vez al día. Así que, cuando un satélite vuela sobre el lugar en que estamos, salimos a tomar una foto del cielo, de las nubes, desde la otra dirección. El resultado es la foto del satélite, que podemos descargar de la Nasa, y nuestra foto de las mismas nubes, pero desde la otra dirección. Una es muy científica y objetiva y las cosas son muy estables y construidas alrededor de lo que supuestamente es la realidad, la otra es una impresión de una experiencia muy humana.

VPL: ¿De dónde viene tu interés por las nubes en específico?

KS: Estoy tomando la atmósfera y las nubes como una metáfora para hablar sobre otras cosas. Las nubes son un objeto que es poético, pero también está relacionado con la complejidad del mundo en que vivimos. Hay muchas abstracciones con las que debemos lidiar hoy en día, y creo que las nubes representan eso.

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