Después de que el viernes pasado se difundiera una entrevista de la polémica Kate del Castillo en donde daba algunos detalles de su encuentro con El Chapo Guzmán para la revista The New Yorker, ayer la actriz mexicana de explayó más, y aunque narró una versión más suavizada de su cita con el capo de la droga, finalmente se pronunció exhaustivamente del hecho. Lo hizo a través de la revista mexicana Proceso.
A un estilo muy 'femenino rosa profundo', Del Castillo recuerda la ola de sensaciones que vivió durante toda su odisea, sin tomar en cuenta el lado oscuro de la historia del narcotraficante: asesinatos en masa, tortura de policías y sicaros y la desdicha en la que sumió a Ciudad Juárez y una buena parte de México solo por su codicia.
Es así que a pesar de la expectativa, muchos se desilusionaron pues esperaban más novedades judiciales que pudieran aclarar la situación de todos los implicados en la trama.
Del Castillo pasó de puntillas sobre el tema de los controvertidos mensajes con el narcotraficante, quien le dijo en un momento 'te cuidaré más que a mis ojos', y trató de reducir su papel a uno meramente profesional después de las frases coquetas que ambos se lanzaban. En ese sentido dijo en su texto:
“Mi intención fue siempre hacer una película. Nunca he recibido dinero del señor Guzmán ni para la realización del proyecto, ni para la empresa tequilera Honor del Castillo. Es por esto que mi declaración se realizará cuando mis defensores determinen que existen garantías legales para ir a rendirla a México”.
Firme en sus argumentos, la mexicana cuenta la historia desde su perspectiva. Todo empezó cuando realizó un viaje familiar en un crucero, una travesía que la hizo 'reflexionar profundamente':
“¿Qué puedo hacer para ayudar? ¿Dónde hemos fallado como mexicanos? Lo más fácil es echar la culpa a los gobernantes, pero el cambio también empieza por uno mismo”.
Según narra, estos pensamientos la hicieron escribir una serie de tuits que marcaron el inicio de su relación con el líder del Cartel de Sinaloa:
“Señor Chapo, ¿no estaría padre que empezara a traficar con el bien? Anímese Don, sería usted el héroe de héroes, trafiquemos con amor, usted sabe cómo”.
Y como era de esperarse, el mensaje desató las críticas de la opinión pública quien consideró que las declaraciones de Del Castillo eran una traición para su país inmerso en la lucha contra el narcotráfico. Sin embargo, en su reciente texto, la actriz se mantuvo firme en su decisión de aquella época:
“¿Por qué disculparme? ¿Qué pasa con la libertad de expresión? Sería autocensurarme. Algo me decía que me tenía que mantener fuerte y leal a mi pensar”.
Los primeros vínculos
Tres años después de los polémicos tuits, con El Chapo ya tras las rejas, Kate vio los frutos de sus palabras. Y es que por medio de su madre, los abogados de Guzmán Loera se pusieron en contacto con la actriz por correo electrónico. Ese momento lo describe como si se hubiese tratado del encuentro más emocionante de su vida:
“Mi corazón se paró por unos segundos antes de empezar a batir a una velocidad increíble. Creo que de hecho tuve un mini-infarto. Empecé a sudar, palidecí, mis manos temblaban”.
Ese mail trajo como consecuencia una reunión en Toluca, donde Kate, muy entusiasmada, se encontró con los emisarios del narco. Ella los describe como educados, sencillos y hasta galantes. Y cuando le insinuaron su intención de hacer la película con ella, la mexicana no pudo contener su emoción. Es así que en su reciente texto cuenta:
“El señor Guzmán rehusó darle los derechos a todos… excepto a mí. ¡¿A mí?! Darme los derechos de su vida… ¡¿A mí?! ¿Por qué yo?, les pregunté. ‘Porque la admira, la respeta y confía en usted plenamente. Le tiene respeto porque usted habla la verdad, no se anda con poses, por ese tuit donde a él lo menciona, porque es valiente y porque quiere que actúe en su película, ya que le gustó mucho su trabajo en La Reina del Sur”.
Al terminar la cita, el trato quedó totalmente finiquitado, tanto que ni la fuga de El Chapo en julio del año pasado pudo detenerlo.
Una vez que Kate se enteró de la huida de Guzmán, dijo que recibió una 'invasión de electricidad en las manos y los pies' y que aunque la situación se haya dado de esa manera, 'el señor quería que yo siguiera adelante con el proyecto'.
Es allí que contacta con Sean Penn, a alguien que califica como 'un filántropo, activista y un ser humano de mirada limpia y transparente'. Llamó a otros dos productores de confianza y cerró el trato con los abogados del prófugo en la candestinidad:
“Tenía en mis hombros un peso gigante. Estaríamos visitando al prófugo número uno, gracias a la confianza que depositó en mí. ¡¡¡Qué presión tan cabrona!!!”.
El encuentro en la Sierra Madre
Antes de reunirse con Guzmán, Kate preparó un kit para ofrecerle al narco: una de sus películas (La misma luna), otra de Penn (21 gramos), un tequila de su empresa, un libro de su autoría (Tuya) y otro de poemas de Jaime Sabines. El momento en que se vio con él cara a cara lo describió así:
“Cuando finalmente le vi el rostro no lo podía creer, en verdad era él. Ya era de noche. De ahí en adelante no pude quitar mi mirada del hombre que se había escapado por segunda vez de un penal de máxima seguridad”.
Pero a pesar de las palabras que usó en su texto y las muestras de emoción que saltan de cada letra, la actriz no se explayó ni en la cena ni en la conversación, solo se detuvo para contar que el capo la acompañó a dormir:
“Caminamos por un pasillo, él me tomó del brazo. El corazón me latía a una velocidad que no sabía que era posible. En ese corredor, mientras me llevaba del brazo de Joaquín Guzmán Loera, no sé dónde me salió valor para hablar: ‘Amigo, no se te olvide lo que te pedí en mi tuit, tú puedes hacer el bien, eres un hombre poderoso’. Él me veía con esa mirada penetrante que me atravesaba el cráneo. […] Tal vez mi voz estaba firme, pero todo dentro de mí temblaba, me sentía una nada. Su mirada, que no me había quitado de encima, se clavó aún más en la mía. Mini-infarto, me quería morir. Segundos que parecieron eternos, hasta que me contestó: ‘Amiga, tienes una gran corazón, eso me parece muy bien’. Yo seguía temblando por dentro, su mano en mi brazo me sirvió para no desvanecerme. […] Me abrazó y se fue”.
Al día siguiente Del Castillo volvió a Estados Unidos junto con Sean Penn. Sin embargo, lejos de terminar lo que para muchos fue el encuentro del año, recién comenzaba su pesadilla.
Según sus propias palabras, la persecución del Gobierno y la manipulación de sus mensajes con el narcotraficante no hicieron más que perjudicarla.
Frente a ello, al parecer ha cambiado de estrategia y ha comenzado a pronunciarse en los medios, algo que había evitado hasta la semana pasada. Próximamente se espera una entrevista con una cadena estadounidenses.
(Con información de elpais.com)
(Foto de cabecera: proceso.com.mx)
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