Las heridas no cierran. Han pasado 16 años desde el término de régimen fujimorista pero hay denuncias que todavía palpitan y no han sido esclarecidas ni el ámbito político ni en el judicial. Ese es el caso de las cientos de denuncias contra el programa Anticoncepción Quirúrgica Voluntaria (AQV) que desarrolló el gobierno de Alberto Fujimori y que dejó estériles -contra su voluntad- a muchas mujeres peruanas de diferentes regiones del país. Actualmente, la fiscal a cargo de estas denuncias, Marcela Gutiérrez Vallejos, ha decidido ampliar su investigación por 150 días.

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Desde hace algunos meses, La República ha recogido el testimonio de las víctimas de este programa de salud. En su edición de hoy, el diario presenta las revelaciones hechas por mujeres de la región San Martín. Sus declaraciones ratifican lo expresado por su pares de Cusco y Piura: que las esterilizaciones forzadas fue una política sistemática del régimen fujimorista, ejecutada por médicos y enfermeros del Ministerio de Salud y con apoyo policial.

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Posiblemente, para muchos este informe periodístico sea un intento de 'bajarse' la candidatura de Keiko Fujimori (Fuerza Popular). Sin embargo, no se puede soslayar el hecho de que estamos ante acciones que constituyen un atropello contra los derechos humanos que el Estado está obligado a proteger. Por lo pronto hay que destacar que hace cuatro meses creó, oficialmente, el registro de víctimas de las esterilizaciones forzadas. 

 Compartimos algunos de los testimonios: 

BERTILA CACHIQUE TUANAMA (esterilizada a los 38 años)

"Quince días después de haber dado a luz gemelos, doctores y enfermeras con ropas celestes llegaron a mi casa en Campanilla, en 1996. 'Tienes que ir al hospital de Campanilla donde te vamos a esterilizar para que no tengas más hijos, eso es lo que ha ordenado el gobierno' me dijeron. Les dijo que no. '¡Tienes que ir!' repitieron. Y me volví a negar. Entonces me escapé corriendo y me siguieron y me agarraron. Entre dos me metieron en la ambulancia, me llevaron a la posta con siete mujeres más, entre ellas mi hermana Juana Cachique Tuanama. En el hospital de Juanjuí me ataron las muñecas en la camilla para esterilizarme contra mi voluntad. En un mismo cuarto estábamos varias mujeres en camillas, y ahí me han puesto la anestesia en el brazo. Las señoras gritaban. Los médicos operaban a todas en el mismo cuarto. Cuando vi eso, que las cortaban a todas, también grité para que me desataran. Nos maltrataron feo. Yo gritaba 'No quiero, no quiero ligarme! ¡Mi esposo tampoco quiere!' No podía defenderme. Nunca me hicieron exámenes, ni análisis, ni psicólogo, ni firmar nada. Me operaron de frente, así nomás. Estaban apurados. Tuve un inmenso dolor varios meses después de la ligadura, no podía caminar, no podía trabajar, nuestra economía empeoró, nuestra vida sexual y afectiva también, nos malograron la vida". 

FELIPA GUERRA MARTÍNEZ (esterilizada a los 31 años)

"Nos llevaron a mi y a otras mujeres de Sion en un bote por el río con dirección a la posta médica de Campanilla. Yo les dije varias veces que no, que no quería, y que estaba embarazada, pero insistieron. 'Es orden del gobierno', me decían. Luego me dijeron que solo me iban a sacar análisis sobre mi embarazo. Pero era un engaño. Las dos enfermeras que vinieron a mi casa me dijeron: 'Señora, si estás embarazada no te vamos a tocar ni un poquito'. Cuando llegamos a la posta de Campanilla, nos encerraron en el local para que nadie saliera. En ese lugar pasamos la noche. Había mujeres de Chumanza, de Perla de Mayo y otras localidades. Había más de 100 mujeres. Dormimos unas en colchones, otras en el piso. Al segundo día nos pusieron batas. A la fuerza me hicieron subir a la camilla. Yo no quería, me jalaron del brazo diciéndome que me iban a sacar mis análisis, que si no me dejaba no iba a tener pasaje de regreso a mi casa, ni alimento, ni agua. Cuando forcejeaba, sentí la aguja de la anestesia. Al día siguiente nos obligaron a levantarnos. Todas estabámos adoloridas. No queríamos levantarnos. Yo busqué a las enfermeras que me engañaron para reclamarles porque me operaron a mí y a otras mujeres contra nuestra voluntad. No las encontré. Pero Dios hará justicia algún día. Para Dios nada es imposible".

EL DATO

En el ministerio Público se presentaron 2074 demandas. Sin embargo, la investigación ha recogido nuevos testimonios.

[Foto de portada: La República]

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