Grecia está determinada a pedir sanciones para los socios de la Unión Europea (UE) que no estén dispuestos a compartir las cargas derivadas de la crisis de refugiados y considera una "provocación" el rechazo de muchos países a acoger a los que huyen de las guerras. 

"Esperamos que se reconozca que Grecia no puede asumir sola la carga (de los refugiados). El Tratado de Lisboa contempla el reparto solidario de las cargas. Nosotros cumplimos nuestros compromisos y esperamos sanciones para los que no lo hacen", dijo Alexis Tsipras durante una rueda de prensa conjunta en Atenas con el presidente del Consejo europeo, Donald Tusk.

Según el primer ministro heleno, su país ya ha asumido una carga superior a la posible, lo que no ha impedido que sea fiel a los principios arraigados en su cultura de ofrecer ayuda a las personas necesitadas.

"Haremos todo lo que esté en nuestras manos para que se cumpla el acuerdo de Schengen (de libre circulación) y la convención de Ginebra (sobre refugiados). No vamos a obligar a nadie a retroceder en el mar, poniendo en peligro la vida de niños", remarcó.

Insistió en que Grecia hará todo lo posible por ofrecer ayuda a las personas que lo necesitan y a los perseguidos, pues, sostuvo, "forma parte de nuestra cultura, otros países tienen otra cultura".

"Ningún país debe convertirse en un mero almacén de almas. Aceptaremos tan solo de forma permanente a un número de migrantes que se corresponda con su peso en población dentro de la Europa de los Veintiocho", subrayó.

El primer ministro heleno calificó de "provocativo" el rechazo de algunos Estados miembros a participar en la reubicación desde Italia y Grecia y en el programa de asentamientos desde Turquía y los países limítrofes de Siria, y emplazó a la UE a aplicar con rapidez lo acordado.

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Tusk coincidió con Tsipras en que Grecia es el país que más está padeciendo esta crisis y emplazó a todos los socios a acabar con cualquier tipo de acciones unilaterales, que, dijo, son "comprensibles en un contexto nacional, pero socavan el espíritu de solidaridad". La prioridad en estos momentos, aseveró, es aplicar el plan de acción con Turquía y detener el flujo masivo de migrantes y refugiados.

"Apelo a todos los potenciales migrantes económicos, de donde quiera que procedan, a que no vengan a Europa, que no crean a los traficantes, y que no pongan en peligro sus vidas y su dinero", agregó.

Por su parte, el ministro de Migración, Yannis Muzalas, afirmó  ayer que no espera que las fronteras hacia el norte vayan a abrirse, pese a los llamamientos de múltiples organismos y personalidades internacionales, por lo que el país se prepara para acoger durante dos a tres años a un gran número de personas. El funcionario urgió a los municipios a facilitar locales de acogida e intentó lanzar un mensaje de calma al asegurar que la situación es "manejable". 

DATOS

Más de 30.000 refugiados están atrapados en Grecia desde que se decretara el cierre de las fronteras por parte de Austria y los países del denominado grupo de Visegrado, un número que, según Muzalas, podría dispararse hasta los 100.000 en las próximas semanas.

Con una población de 10 millones de habitantes, Grecia ha estado recibiendo a unos 1.000 migrantes y refugiados al día durante el invierno, y unos 3.000 en los meses precedentes. 

[Texto y foto de portada: EFE]

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