El último sábado activistas LGTBI fueron víctima de una cobarde represión por miembros de la policía, que impidieron un año más la manifestación pacífica denominada 'Besos contra la Homofobia'.

foto: sinetiquetas.org

Como informaron algunos medios de comunicación, los efectivos policiales agredieron físicamente a las personas que llegaron hasta la Plaza Mayor para realizar dicha actividad, haciendo uso, además, de un rochabus para expulsarlos por la fuerza. Producto de ello varios jóvenes resultaron con heridas que, aunque leves, pudieron evitarse.

¿Pero qué puede pasar por la cabeza de un policía para atacar a parejas que llegan hasta una plaza no para hacer disturbios, daños al patrimonio, ni agredir a otros transeúnes, sino solo para darse un beso? ¿Se justifica el nivel de agresión?

Pues resulta que hurgando en Internet nos encontramos con la sorpresa de que la Policía Nacional del Perú cuenta con un Manual de Derechos Humanos aplicados a la Función Policial. Un documento que tardo más de dos años en elaborarse y promulgarse y que tiene como fin "establecer procedimientos y técnicas de intervención policial resguardando el respeto a los derechos humanos". Y no solo eso, sino que en su Capítulo IV Víctimas y Grupos Vulnerables, se refiere en el Punto 6 a Lesbianas, gays, travestis y bisexuales, de la siguiente forma: 

"Son grupos de personas que debido a su orientación sexual pueden ser discriminados en diversos ámbitos de nuestra sociedad, como el laboral, político, cultural y hasta el familiar. A estos actos de discriminación no han sido ajenos algunos efectivos policiales, quienes muchas veces han perseguido y maltratado a estas personas sin motivación alguna, menoscabando su dignidad como seres humanos. La policía deberá tratar a estas personas con el mismo respeto que cualquier otro ciudadano".

No, no es broma. Aquí una captura de pantalla del mismo cuando fue publicado en las Normas Legales del Diario Oficial El Peruano.

¿Qué pasó entonces? 

Lo que la policía y detractores alegan es que la Plaza de Armas se trata de una zona rígida y que por tanto no está permitido realizar ninguna concentración en ella. Concretamente se refiere al Decreto de Alcaldía 060 que a la vez menciona la ordenanza 062 Reglamento de la Administración del Centro Histórico de Lima, que "en su artículo 132 inciso f) señala que no se permiten las concentraciones masivas de personas o equipos que cierren las vías públicas en el Centro Histórico, salvo cuando se trate de eventos tradicionales debidamente autorizados, en cuyo caso se propondrán vías alternativas".

Claro, aquí viene entonces el uso de la lógica. Se supone que dicha norma busca evitar las aglomeraciones. ¿El día sábado se trataba de una cantidad de gente que impedía al resto de personas permanecer en la la Plaza? ¿Cerraban alguna vía de acceso? ¿Hacían daño alguno al patrimonio, al centro histórico, solo con besarse? ¿Una plaza que suele recibir a simpatizantes del gobierno cuando se trata de aplaudir al inquilino de turno debe estar cerrada para ese tipo de actos claramente inofensivos? ¿Una plaza que permitió el lavado de banderas y exigió la salida del fujimorismo en el 2000, debe negar el acceso a una manifestación de este grado de pacifismo?  

¿Qué más pacífico que un beso?

foto: sinetiquetas.org


El dato: Según una sentencia del Tribunal Constitucional en el año 2005 se declararon inconstitucionales el inciso f) del artículo 132º de la Ordenanza Municipal N.º 062-MML y el Decreto de Alcaldía N.º 060-2003. Es decir, el derecho a reunión no puede estar sujeto a autorización previa y que las autoridades solo pueden restringirlo de acuerdo a las ciurcunstancias del evento. Volvemos a la lógica, ¿qué disturbio o desorden generaba un grupo de parejas dándose un beso?