Latinoamérica es la región del mundo que más conciencia tiene sobre el tema indígena y, por tanto, lleva la delantera en políticas de inclusión y desarrollo, afirmaron hoy en Panamá varios expertos del Banco Mundial (BM)

De los 22 países que han ratificado el Convenio 169 adoptado en 1989 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el principal instrumento internacional sobre derechos humanos de los pueblos nativos, 15 son latinoamericanos, sostuvo el especialista en Desarrollo Social para América Latina y el Caribe del BM, Germán Freire.

"La Convención 169 es prácticamente un fenómeno latinoamericano. Esta transformación de la región no ha sido fortuita, es producto de la tenacidad de las etnias indígenas que llevan muchos años luchando para que se escuchen sus voces y se les tenga en cuenta", añadió Freire durante la presentación en la capital panameña del informe "Latinoamérica Indígena en el Siglo XXI".

Los pueblos originarios de América Latina están "mucho mejor organizados y estructurados" que en otras partes del mundo, lo que les ha permitido "articular una voz y una agenda indígena propia" y conseguir "reconocimiento por parte de la población no indígena", apuntó la especialista sénior en Desarrollo Social de la institución, Dianna Pizarro.

"Muchas constituciones de la región reconocen que son sociedades multiculturales, algo que no ocurre en el resto del mundo", añadió Pizarro.

En América Latina hay casi 42 millones de indígenas, lo que supone el 7,8 % de su población total, según los últimos censos de 2010 en los que se basa el informe del BM.

Proporcionalmente, Guatemala y Bolivia son los países que albergan la mayor cantidad de población originaria, seguidos de Perú, México y Panamá.

Aunque la región es pionera en políticas indígenas, todavía les queda mucho camino por recorrer, ya que el 40 % de la población nativa está en situación de pobreza y el 24 % en pobreza extrema, "casi tres veces más que la población no indígena", precisó el vicepresidente del BM para América Latina y el Caribe, Jorge Familiar.

Al contrario de lo que se cree, casi la mitad de la población indígena de América Latina vive en zonas urbanas. Pero son precisamente estos nativos urbanos los que más sufren la exclusión y la marginación, alertó Familiar. Según el informe publicado hoy, uno de cada 3 indígenas urbanos vive en favelas o en barrios humildes.

"Tuvimos una década de muy rápido crecimiento, que ayudó a salir de la pobreza a casi 76 millones de personas en la región. Por primera vez en nuestra historia tenemos a más gente viviendo en la clase media que en condiciones de pobreza (...) Pero no todos los latinoamericanos se beneficiaron de esta bonanza, como es el caso de las comunidades indígenas", reconoció el directivo del BM.

Para conseguir que el desarrollo llegue a todas las comunidades indígenas y el crecimiento económico permee en todas las capas sociales, dijo Familiar, es necesario seguir "fortaleciendo" su educación y su representación en las instituciones.

"Las intervenciones generales pueden ser inefectivas para promover su desarrollo. Si algo hemos aprendido, es que los proyectos tienen que hacerse contando con las comunidades e incorporándolas a la toma de decisiones", indicó el vicepresidente regional del BM.

Los Gobiernos "nos han apoyado cuando hemos luchado, cuando hemos exigido nuestros derechos. Tenemos que seguir levantándonos, no para desestabilizar, sino para que nos escuchen", añadió Maximiliano Ferrer, el saila o líder de la etnia Guna Yala, una de las más importantes de Panamá. EFE


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