Deutsche Bank sumó, otra vez, fuertes pérdidas en el mercado bursátil, lo que ha revivido el fantasma de Lehman Brothers, al punto de que los inversionistas en el mundo entraron en pánico ante el temor a una nueva crisis financiera mundial.

El banco alemán, en un intento de tranquilizar a los mercados, asegura que es una institución solvente,  después de haber tenido en 2015 pérdidas récord, mientras que en lo que va del año, sus acciones acumulan una pérdida de 40%. Este martes se desplomaron nuevamente un 4%.

Desde hace años, el banco de inversión y mayor entidad financiera de Alemania está en la mira de los inversionistas, y en los últimos meses afronta un profundo proceso de reestructuración que lo llevó, hace pocas semanas, a admitir pérdidas por 6.800 millones de euros en el 2015.

“Haremos lo posible por evitar pérdidas en el 2016, pero no podemos asegurar aún que será así”, dijo el director financiero, Marcus Schenck, ante las débiles previsiones para este año, que también han sido penalizadas por los inversores.

En octubre pasado, el Deutsche Bank anunció el recorte de 13.000 empleos en todo el mundo y el cierre de sus operaciones en Perú.

La institución financiera emitió un mensaje a los mercados en el que señala que tiene “recursos suficientes” para cumplir con el pago de sus obligaciones en el 2016 y el 2017. “Nuestra posición de capital y riesgo sigue fuerte y nos permite cumplir con los requerimientos desde una posición de fortaleza”, anotó Schenck.

Se trata además de la primera vez, en cuatro años, que un banco sale a calmar a los inversionistas sobre su deuda con más riesgo. Algunos expertos incluso han cuestionado la conveniencia del comunicado, ya que el Deutsche se convierte así en el centro del interés de los inversores.

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