Hillary Clinton, la hasta hace unas semanas favorita por el Partido Demócrata, es una apasionada de sus ideas, algo que demuestra en sus campañas alzando la voz y emocionándose hasta conmover a su audiencia. Y su principal rival, que ya no le pisa los talones, sino que la sobrepasa por algunos puntos porcentuales, tanto en los caucus de Iowa como en las primarias de New Hampshire, Bernie Sanders, también grita y se apasiona al extremo. 

Sin embargo, muchos analistas han criticado ese espíritu impetuoso de la candidata, sin considerar que su contrincante también posee la misma chispa que hace vibrar a las masas. Es así que, por ejemplo, el economista Larry Kudrow la acusó de tener un discurso chillón y muy cercano a Lenin o Trotski. Por su parte, el periodista Bob Woodward apuntó que 'grita' en sus discursos como si no estuviera cómoda y hasta ha recibido censuras de este tipo de parte de la cadena FOX.

En vista de estos ataques, la profesora neoyorquina de 40 años, Jesse Dancy, opina que sin duda hay un sesgo sexista en estas valoraciones. Al respecto, afirmó:

“La gente aún no está cómoda delante de una mujer con poder, cuando Clinton es contundente, se dice cosas como que está enfadada… Como si Sanders no gritara”.

Pero el debate en torno a la vida política de Clinton y el sexismo no es nuevo y cada cierto tiempo, como ahora, reaparece en la escena de los Estados Unidos. Es así que el domingo durante una entrevista con la CNN, la exsecretaria de Estado tocó el tema y dijo que la sociedad vive con un 'doble rasero':

“A veces hablo suave y otras veces me apasiono un poco, no conozco a ningún hombre que no lo haga y me resulta interesante que de repente eso se convierta en un gran debate en torno a mí”.

Pero no quiso perder el tiempo hablando más del asunto. Al respecto, un voluntario y seguidor de la candidata llegado desde Arkansas llamado Mike Todd, afirmó que a pesar de que Clinton recibe un sinnúmero de ataques machistas, tiene el carácter ideal para dejarlos de lado y centrarse en su mensaje. 

Sin embargo, el hecho de ser mujer puede ser un arma de doble filo para la candidata. Y es que por un lado no puede usarlo como argumento y por otro, no puede denunciar en exceso las críticas machistas pues podría generar una imagen de víctima. 

A pesar de ello, su esposo, el expresidente Bill Clinton, sí se enfrentó hace unos días a los seguidores de Bernie Sanders, que presuntamente la habrían insultado con palabras soeces en las redes sociales. 

Por otro lado, otros comentarios han resultado aún más polémicos. Por ejemplo, la escritora Gloria Steinem, una referencia del feminismo estadounidense, dijo esta semana que Clinton no despierta el interés de las jóvenes que sí se apasionan por Sanders ya que las mujeres se vuelven más activistas en la edad adulta y que ahora preferían ir donde hubieran más chicos, que es con el senador por Vermont. Una vez consciente de la magnitud de sus palabras en contraposición a su trayectoria, Steinem tuvo que disculparse. 

Por su parte, Mary Heslim comentó que Clinton sí sufre de un trato sexista, pero que sin embargo votará por Sanders:

“Pero voy a votar a Sanders porque le prefiero, soy una feminista convencida y no voy a votarla por que sea mujer, sería traicionarme”.

Sin embargo, para Madeleine Albright, la primera mujer que llegó a ser secretaria de Estado en los Estados Unidos durante la Administración de Bill Clinton, Heslim se está buscando aproblemarse. Es así que dijo durante un acto de campaña de apoyo a la exprimera dama:

“Hay un lugar especial reservado en el infierno para las mujeres que no apoyan a otras”. 

Pero sin duda, la peor ofensa que recibió Clinton por su condición de mujer fue la emitida por el polémico conservador y aspirante a la presidencia de los Estados Unidos, Donald Trump.

El magnate inmobiliario, furioso porque Clinton lo acusó de ser el principal reclutador del Estado Islámico ya que sus discursos están centrados en atacar las diferencias, utilizó el término 'Schlonged' para referirse a la derrota de la candidata contra Barack Obama. Y es que esta palabra inglesa significa 'pene de gran tamaño'. Aquí el contexto:

"No sé quién hubiera sido peor, no sé, ¿cómo podría haber sido peor? Pero ella iba a ganar, era la favorita, y fue 'vergueada', perdió, realmente perdió".

Sin duda Clinton ha tenido y tendrá que enfrentarse a este tipo de comentarios, desde los más asolapados hasta los más extremos e insultantes, hasta llegar al final de su carrera a la Casa Blanca. Y es que las sociedades americanas, al parecer, no pueden interiorizar la idea de que una mujer ejerza el poder suficiente para gobernar un país. El machismo aún es pan de cada día en nuestra región, incluso en los Estados Unidos, a pesar del esfuerzo de muchas mujeres valientes que quieren cambiar esta peligrosa e injusta situación. 

(Con información de El País)

(Foto de cabecera: EFE)

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