La justicia china ejecutó a un hombre condenado por participar en una red de tráfico de menores que vendió al menos 22 niños, cuyos padres aún no han sido encontrados, informó hoy el Tribunal Popular Supremo, máxima instancia judicial del país. 

La institución no detalló la fecha de ejecución ni el método utilizado (el más frecuente en el país actualmente es la inyección letal, tras décadas en el que lo más habitual fue el tiro en la nuca).

El condenado, Tan Yongzhi, compró a los niños entre 2008 y 2013 en la provincia meridional china de Yunnan, fronteriza con Laos y Myanmar (Birmania), y los vendió en la de Henan (centro), a miles de kilómetros de distancia.

Tan, de 69 años, formaba parte de una red en la que había implicadas otras cuatro personas que también fueron condenadas a distintas penas de prisión, señaló la fuente judicial sin dar más detalles.

Extensas redes de tráfico de niños operan en China, donde algunas familias acceden a pagar grandes cantidades de dinero para tener un hijo varón, especialmente en zonas rurales donde las familias sin chicos pueden verse abocadas a perder su patrimonio en la siguiente generación, debido a las alianzas matrimoniales.

Tan, que aseguraba haber sido un mero intermediario y no el principal responsable de la red, contó en su día a la prensa que compraba niños por unos $4.600  (la mitad de esa cantidad si eran niñas) y los vendía para obtener un beneficio de alrededor del 10 por ciento.

En 2015, como parte de una campaña contra las redes de tráfico de menores, fueron sentenciadas en el país 1362 personas, una caída del 50% con respecto a las cifras de tres años antes.

[Foto de portada: es.amnesty.org] 

[Texto: EFE]

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