Con el rotundo éxito de Birdman como ganadora del Óscar a Mejor Película, el director Alejandro G. Iñárritu consagró su fama como uno de los directores de Hollywood más importantes del momento. Mientras recibía su estatuilla, el mexicano ya había terminado de filmar su siguiente película, The Revenant.
En ella, parece mantener el ímpetu y confianza con que presentó la técnicamente exigente y arriesgada Birdman: filmada en las extremas condiciones invernales del noroeste estadounidense, The Revenant es la historia de un grupo de cazadores de pieles que vivían bajo condiciones extremas en la década de 1820.
Días después de su estreno limitado en Estados Unidos, que ha sido algo opacado por el éxito de Star Wars: The Force Awakens, The Revenant ha lanzado el featurette "The Brotherhood of Trappers", que retrata la hermandad que Iñárritu forzó en su elenco al llevarlo a filmar en la nieve y el barro.
Según el actor Domhnall Gleeson, el director les dijo que "sentirán dolor y será planeado", y que eso era lo que quería filmar. Con la ayuda del siete veces nominado y dos veces -consecutivas- ganador del Oscar Emmanuel Lubezki en la dirección de fotografía, la última película de Iñárritu debe ser tan monstruosa como bella, y representa el tiro más certero del protagonista Leonardo DiCaprio para conseguir su ansiado y, a estas alturas, merecido Oscar.
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