Hoy se publicó el spot de campaña del candidato presidencial por Solidaridad Nacional, Nano Guerra García, quien pretende desmarcarse de los candidatos 'tradicionales', pero no cuenta con que el partido al que representa también forma parte de este grupo.
A menos de cuatro meses para las elecciones generales del 2016, Guerra García aparece en el video diciendo: "Parece que tenemos que decidir entre la corrupción, la mentira, la hipocresía y la repartija. Una vez más nos enfrentamos a la maldición del mal menor", en alusión a César Acuña, Alan García, Keiko Fujimori, Alejandro Toledo, Pedro Pablo Kuzscinsky y Daniel Urresti, candidatos que lideran las encuestas.
Entre danzantes, luces y vapores, y una producción muy cerca de la calidad que suele ofrecer la televisión nacional -y aquí no se critica a los jóvenes que allí participan-, Guerra busca repetir el mensaje, o reutilizar una vieja estrategia, que otros candidatos ya han venido utilizando: 'yo soy distinto a ellos', 'estamos hartos y es hora del cambio'.
“No necesitamos a ningún candidato que nos diga que siempre vamos a ser pobres y que va a rescatarnos. Es por eso que hoy vamos a decirle a esos políticos con mucho respeto ¡que se vayan al carajo!", dice al final del video con un desenfado que más ha caracterizado su labor como promotor del emprendedurismo.
¿Y eso de corrupción, mentira, hipocresía y repartija, no se aplica a algunos de los más ilustres representantes de Solidaridad Nacional? Por ejemplo, el exsolidario y excongresista Michael Urtecho, quien fue desaforado del cargo de congresista al demostrársele ser responsable de actos de corrupción. ¿No es el alcalde Luis Castañeda Lossio a quien se le percibió en una encuesta como el que robaría pero haría más obras, sin dejar de pensar en el caso Comunicore? ¿No fue el congresista José Luna quien fue denunciado por contratar "empleados fantasmas"? etc., etc.
¿Quién debe irse al carajo aquí? Que el lector lo decida.
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