A pesar de lo que comúnmente se pueda pensar, Indonesia es el país con más musulmanes en el mundo. Es por eso que el incumplimiento de la ley islámica se paga caro y con dolor. Sin embargo, cuando de religión se habla, no se trata tanto de la ley en sí, sino de la interpretación de la misma por las sociedades, es por ello que toda sanción estará determinada no por la letra, sino por las autoridades religiosas y su propio raciocinio. 

Esta vez le tocó el turno a Nur Elita, una joven universitaria que fue sentenciada a recibir latigazos por haberse mostrado 'demasiado cerca' de otro hombre que no era su esposo. 

Es así que fue castigada en las puertas de la Mezquita Baiturrahumin, ubicada en la ciudad de Banda Aceh, por violar la sharia. La sentencia fue pública por lo que decenas de estudiantes vieron el terrible sufrimiento de Nur, un hecho que le sirve a las autoridades religiosas para dar el ejemplo de lo que no debe hacerse y sembrar el miedo entre sus adeptos. 

Cabe resaltar que según la ley islámica de Indonesia y otros países, los hombres y mujeres que no están casados no tienen permitido estar muy cerca el uno del otro. El incumplimiento de la regla se paga con el azote público. 

El verdugo y miembro de la Policía de la Sharia, portaba la caña con la que azotaría a Elita y vestía guantes y una atuendo marrón que ocultaba su rostro. Comenzó por su espalda. Con el primer golpe la mujer cayó al suelo por la intensidad del dolor. Sus gritos estremecieron el recinto, mientras que algunos observaban indiferentes y otros con claras muestras de aprobación. Muchos de ellos eran sus compañeros de universidad.

El castigo consistía en cinco golpes, el último de ellos hizo que perdiera la conciencia. Después tuvo que ser llevada a un hospital donde la atendieron e internaron de emergencia para tratar sus heridas. 

El joven que se encontraba con ella en el momento del 'delito' también fue castigado de la misma manera por el verdugo. Sin embargo, este sí pudo mantenerse de pie. Después de él, otras cuatro personas fueron llevadas al mismo lugar para ser sancionadas por otras faltas que ofendieron al islam, entre ellas apostar dinero. 

Según el diario Jakarta Post, en la ceremonia participó el gobernador de Banda Aceh, Zainal Arifin, quien observó tranquilamente cómo se aplicaban estas terribles y retrógradas leyes a la ciudadanía. 

(Con información de infobae.com)

(Foto de cabecera: Reuters)