2015 ha sido un excelente año para el montaje cinematográfico. Desde la velocidad post apocalíptica de Mad Max: Fury Road hasta el intenso viaje de regreso de la muerte de The Revenant, pasando por el periodismo de investigación de Spotlight y la tensión espacial de The Martian, buena parte de este buen año para el cine estadounidense ha dependido de cómo se han cortado y pegado las cintas en la sala de edición.

A unas semanas del anuncio de las nominaciones a los premios Oscar, es buen momento para recordar que mucho de lo que se ha hecho este año en la edición de cine sería imposible sin la genialidad de un solo director que se adelantó por décadas a los efectos especiales por computadora. Alfred Hitchcock conseguía, a punta de su maestría para cortar y pegar cintas -y un poco de ayuda de la música-, hacernos creer no solo que habíamos visto a una mujer siendo apuñalada en la ducha, sino además que habíamos visto a esa misma mujer desnuda.

El usuario de Vimeo Love of Film ha analizado la famosa escena de la ducha de Psycho, demostrando en un video cómo Hitchcock usó la magia del montaje para crear su momento más icónico en 1960.


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