Flint es un pequeño pueblo del estado de Michigan, EEUU, con poco más de 88 kilómetros de extensión y alrededor de 102.434 habitantes. Y la vida parecía desarrollarse con normalidad hasta que en septiembre del 2014 sus ciudadanos recibieron la recomendación de no consumir agua sin hervir

La noticia sorprendió a muchos, puesto que todos estaban acostumbrados a beber agua directamente del caño y cocinar, lavar y bañarse con ella. 

Más tarde, ya en el 2015, la cosa se puso peor pues las autoridades tuvieron que informar que el líquido vital era altamente tóxico

fuente: metrotimes.com

Es así que familias enteras tuvieron que someterse a exámenes médicos para ver si el agua contaminada había afectado a su organismo. El impacto fue fuerte porque los resultados arrojaban lo que jamás hubieran imaginado: presentaban plomo y cobre en la sangre, cerebro, huesos y órganos por encima de los niveles permitidos. 

Y eso no es todo. Las consecuencias ya empezaban a hacerse visibles a través de lesiones en la piel, caída de cabello, hipertensión, convulsiones, pérdida de visión, de la memoria, depresión, ansiedad crónica y estrés. 

¿Qué sucedió?

Flint estaba conectado al sistema de agua de Detroit, la ciudad más importante de Michigan. 

Sin embargo en abril del 2014, Dayne Walling, el entonces alcalde de la ciudad, desconectó al pueblo del agua de Detroit y escogió al río Flint como nueva fuente del suministro. 

Ese fue el error, pues según Sean Kemmar, un funcionario de la administración de Flint, el agua de este río es más corrosiva que lo normal

Es así que al pasar por las tuberías, el líquido desprendió el plomo de ellas permitiendo que llegue más tarde a la sangre de los niños y adultos del pueblo. 

fuente: metrotimes.com

De esta manera se calculan unos 30 mil afectados por el agua contaminada en el lugar, es decir una tercera parte del total de habitantes del pueblo.

Las medidas de las autoridades

Los ciudadanos de Flint presentaron en agosto pasado una petición con 26 mil firmas para volver a conectarse al sistema de agua de Detroit.

Recién en octubre último la actual administración, a cargo de la nueva alcaldesa Karen Weaver, cumplió su pedido. 

fuente: freep.com

Sin embargo, no conforme con ello, un total de cuatro familias demandaron al exalcalde Walling, al gobernador de Michigan, Rick Snyder, y a otras autoridades de Flint por el daño causado a su salud. Es así que la demanda dice:

"Por más de 18 meses, los gobiernos locales y del estado ignoraron evidencia irrefutable de que el agua del río Flint exponía a los pobladores a una toxicidad extrema. Los funcionarios aseguraron que el agua era tratada apropiadamente y que estaba apta para el consumo".

Julie Hurwitz, la abogada de los demandantes, afirmó que el proceso podría tardar unos tres años en resolverse y que los damnificados esperan recibir una compensación económica por los daños. Sin embargo, agregó que 'la salud ya nadie se las devuelve'. 

Por su parte, la alcaldesa Weaver declaró a la ciudad en emergencia para que sea posible recibir ayuda de Michigan y del gobierno federal. 

Además, para tratar de aminorar los daños, está distribuyendo de manera gratuita filtros de agua. Asimismo, espera cambiar las tuberías de todo el pueblo para el 2016.  

Los daños irreversibles

Según la OMS, el plomo afecta directamente al desarrollo cerebral de los niños, un hecho irreversible. Esta alteración causa un bajo coeficiente intelectual, déficit de atención, problemas de aprendizaje y comportamiento antisocial

Asimismo, también produce anemia, hipertensión, insuficiencia renal e intoxicación de los órganos reproductivos

(Foto de cabecera: cbc.ca)

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