Dos maestros en sus respectivos rubros se sientan en un set de un canal del estado; y luego, durante no más de una hora, dialogan, critican y, también, se rebaten entre ellos. La entrevista ya había sido grabada, y dado que tenía los visos de ser 'prometedora' algunos medios incluso la publicitaron en sus propias páginas web. Entonces llegó el día miércoles, y a las diez de la noche salió al aire la charla que muchos habían estado esperando.

La Televisión, más allá del pesimismo

Es relativamente conocida la posición de Marco Aurelio Denegri, conductor del programa "La función de la palabra", y del periodista César Hildebrandt en relación a los contenidos que, en la actualidad, la televisión comercial produce. Al respecto, el Director del semanario "Hildebrandt en sus trece", dijo que tanto como en el país, como en el mundo, a nivel cultural y educativo se ha empobrecido la comunicación, y una de las razones de que esto sea así, para él, es la televisión.

"Hay un proceso de decadencia en los últimos quince años de la televisión comercial. Los contenidos son cada día menos exigentes, más brutales, más tendientes a la barbarización de la especie. Si la televisión gobernara nosotros tendríamos que estar en calzoncillos en este set", sostuvo Hildebrandt. "Yo la veo mal. He estado en la televisión durante mucho tiempo, y nunca la he visto peor". 

En ese sentido y para ejemplificar lo dicho, opinó que el programa que conduce Marco Aurelio Denegri y al cual había sido invitado, "en términos de rating, es poco significativo, y eso es todo un síntoma, todo un test del Perú". 


En otra sección del programa, Denegri consideró que la televisión básicamente ha experimentado dos etapas: entre los años cincuenta y ochentas del siglo pasado, y de esos años ochenta hasta la actualidad. Los dos estuvieron de acuerdo con que ello no es un fenómeno exclusivo de la televisión peruana, sino mundial.

Desde la perspectiva de Hildebrandt, este cambio de paradigma de la TV "coincide con la brutalización de una ola neoliberal que empieza con Reagan y con Tatcher, y empodera a una serie de círculos y de gentes que antes no habrían tenido alguna relevancia, me refiero en un nivel mediático". "Hay una necesidad mundial de que la gente esté menos informada, menos lúcida. El capitalismo, con hipercríticos, no funciona; con críticos, funciona a medias. El capitalismo necesita anuencia, resignación y necesita mucha distracción".

En otro momento de la entrevista, Hildebrandt criticó los comentarios de Denegri sobre cómo él abordaba distintos problemas relacionados con un gran sector de la sociedad y su desvinculación con aquello que es "lo importante". "Tú a veces piensas de modo tan sólidamente abstracto que te olvides de que hay un contexto social y político, y hay intereses de por medio. Esto no es gratis". 

A pesar de existir una realidad televisiva, "devastadora" y "animalizante", en palabras del reconocido polígrafo, "sé que César Hildebrandt tampoco es un pesimista radical", dijo Denegri. De ahí que surge la pregunta, que quizá uno se podría hacer a diario: ¿vale la pena cultivar la esperanza, la buena expectativa, ante este panorama sombrío, que trasciende a la misma televisión basura?

La respuesta de César Hildebrandt la puedes ver en la última sección de la entrevista:


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