El estadounidense Donald Trump y la francesa Marine Le Pen (nacida como Marion Anne Perrine Le Pen) tienen varias cosas en común: el racismo y la xenofobia, para empezar. Pero también hay una diferencia clave que Philip Stephens, editor asociado del Financial Times, explica en una columna de la prestigiosa publicación británica: el candidato republicano a la Casa Blanca es "desagradable", pero la lideresa del Frente Nacional francés es "peligrosa".

Tras su plan anunciado el último lunes a favor del veto temporal a la entrada de musulmanes a Estados Unidos, Trump se ha vuelto un dolor de cabeza para el Partido Republicano, que ya no sabe qué hacer para evitar que el polémico magnate sea su candidato a la Presidencia de EEUU en 2016. Ahora es más favorito que nunca en las encuestas. 

Es un escenario de terror en el partido de Abraham Lincoln. De hecho, esta suerte de condena de los máximos dirigentes republicanos a un candidato favorito no tiene precedentes en los tiempos modernos de EEUU. Saben que con Trump no tienen opciones para volver la Casa Blanca. "No abandonaré esta carrera", aseveró el multimillonario, quien advirtió de que, si el partido no le da un "trato justo", postularía a la Presidencia "como independiente", según recoge el diario político The Hill.

Pero las nulas chances de Trump para ganarle la elección, por ejemplo, a Hillary Clinton, la favorita para la nominación del Partido Demócrata, lo hacen una suerte de bufón inocuo. "La democracia estadounidense perdurará", señala Philip Stephens en el Financial.

Marine Le Penn, en cambio, sí tiene posibilidades de llegar al Palacio del Elíseo en los comicios del 2017. De hecho, su partido acaba de ganar las elecciones regionales de Francia, en un contexto marcado por los atentados terroristas en París, lo que probablemente contribuyó a la victoria. 

"Le Pen ha explotado la indignación de la misma manera que Trump ha comercializado con los disparos inspirados en ISIS (Estado Islámico) en San Bernardino, California", subraya Stephens en alusión a la matanza en Los Ángeles, tras señalar que el fracaso económico del gobierno socialista de Francois Hollande puede atizar aún más la situación.

El editor y columnista del Financial luego hace una breve descripción que resume bien quién es Marine Le Penn: "Jean-Marie Le Pen, su padre, fundó el Frente Nacional como una plataforma de antisemitismo sin complejos. Él describió el Holocausto como un simple 'detalle' de la historia. Su hija lo expulsó del partido. Ella ahora plantea el racismo abierto con insinuaciones insidiosas (...) Sus objetivos son los musulmanes en lugar de judíos. Y todo está envuelto en un seudo patriotismo".

¿Qué implica esto? Después de años de alto desempleo, el estancamiento de los niveles de vida y el aumento de la inmigración, las banderas que Le Pen agita ahora son el miedo y los prejuicios. Sus enemigos, dice Stephens, son "los de afuera", en este caso los musulmanes y el capitalismo internacional. 

La propuesta de Le Pen es cerrar las fronteras y recuperar el control nacional sobre la economía. El mensaje busca atraer tanto a los votantes desencantados de la izquierda como a los tradicionalmente de derecha.

Le Pen promete el retorno a un pasado que Europa pensó que ya había dejado atrás para siempre. Apela a emociones viscerales, como lo hizo Hitler en su momento para atizar el miedo de los alemanes. "Esto realmente es peligroso", advierte Stephens.

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