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Martin Amis: “En literatura, la risa es un tema serio”

El gran escritor inglés estuvo de paso por el Hay Festival de Arequipa y no solo habló de su obra, sino de temas sociales como la violencia en Estados Unidos y el terror del Estado Islámico.

Publicado: 2015-12-07

Si hay un prototipo de ciudadano inglés elegante, Martin Amis lo cumple a cabalidad. Se nota en sus maneras: en la cordialidad con que recibe a quienes se acercan a saludarlo, en la delicadeza caligráfica al momento de firmar ejemplares de sus libros, y hasta en la forma en que se cuelga de su cigarrillo electrónico cada vez que medita una respuesta. Es un hombre de modales refinados, pero que esconde ideas bastante mordaces e incluso polémicas. Las controversias que se han generado más de una vez con sus libros lo confirman.

A su paso por Arequipa para participar en la primera edición del Hay Festival, Amis fue uno de los escritores más llanos a conceder entrevistas. En conversación con LaMula.pe, habló de su peculiar uso de la sátira en sus libros (como en su más reciente novela, 'La zona de interés', censurada en algunos países por abordar la historia de amor de un oficial nazi); de la particular relación con su padre, Kingsley Amis, otro titán de las letras británicas; e incluso del terrorismo, a propósito de las oleadas de violencia y miedo provocadas por el Estado Islámico.

FOTO: CARMEN DÍAZ


Hay una tendencia actualmente en el Perú de hacer la denominada “literatura del padre”. Usted trabajó 'Experiencia' –un libro extraordinario, por cierto– la relación con su padre, Kingsley Amis. Y vaya que era EL padre.
Hay muy pocos ejemplos de generaciones de padres e hijos dedicados a la literatura. Yo no recuerdo casi ningún caso, en cualquier idioma. Hay músicos y pintores, pero no literatos, es muy extraño. Así que cuando mi padre murió, decidí escribir sobre él. Fue una forma de reportar esa extraña relación literaria. Y como en ese entonces no me sentía preparado para hacer una obra de ficción, escribí esas memorias. Pero debo decir que yo tenía una gran relación con él. Había discusiones eventuales y desacuerdos, como cualquier persona, pero en general era una muy buena relación de padre e hijo, y una muy buena amistad literaria también. Yo nunca guardé ningún rencor ni nada parecido.
Pero ¿sentía una urgencia de escribir sobre él?
Sí, de alguna manera lo sentía. Además, he conversado con otros autores que han escrito memorias, como Salman Rushdie, cuando escribió 'Joseph Anton', y coincidimos en que es el paso más difícil es empezar, encontrar el tono correcto. Y ya una vez que comienzas, el resto lo escribes al doble de la velocidad con que escribes ficción. Fue bastante gratificante escribir esa obra.
Usted ha escrito mucho sobre los ataques del 11 de setiembre del 2001. Hoy, casi 15 años después, otra vez el terrorismo está en boca de todos, esta vez debido a ISIS. ¿Cómo ve esta situación?

ISIS es un grupo que tiene que morir, pero yo preferiría no matarlo. Porque cuando matas a alguien, este se convierte en un mártir. Mucho más efectivo es dejarlo fracasar. Los miembros de ISIS son terroristas muy originales, que han hecho grandes avances conceptuales para diferenciarse de otros grupos terroristas, para empezar, buscando formar un califato. A mí me gustaría que se destruyesen sus ingresos económicos para que todo el proyecto fracase, y que así no se conviertan en mártires, sino en simples cadáveres. Además, el gran peligro del terrorismo siempre es la respuesta que se le da. Lo hemos visto con la invasión a Irak y Afganistán: nada de eso funcionó y más bien creó muchos más problemas. Creo que los bombardeos no son demasiado efectivos para detenerlos, así que yo no iría por ese camino. Por supuesto que esto que digo no concuerda con la opinión pública, porque todo el mundo actualmente está lleno de rabia. La semana pasada estuve en París y vi una ciudad llena de ira y tristeza. Sobre todo porque los ataques fueron contra gente muy joven. Y sin embargo, la respuesta inmediata del presidente Francois Hollande fue decir “estamos en guerra”. Creo que se equivoca: esto no es una guerra porque ISIS no es un estado. Ellos se hacen llamar Estado Islámico, pero solo son una monstruosidad.

FOTO: CARMEN DÍAZ

Otra tendencia en el Perú es la literatura sobre el terrorismo y la guerra interna de los ochenta y noventa. Hay quienes consideran que debería evitar escribirse de esos temas.
Bueno, hay gente que considera que hay que dejar de publicitarlos. Pero eso es muy difícil, porque la gente quiere saber qué ha pasado. El terrorismo es repulsivo por una razón sencilla: la primera vez que matas a una persona puede ser muy difícil. Pero luego la naturaleza humana lo vuelve un acto sencillo, lo convierte en un arma de poder. Por eso es que no podemos dejar de escribir de temas como ese. Y en el caso de la situación que estamos viviendo, como la de ISIS, creo que va a durar varias generaciones más.
Su última novela, 'La zona de interés', generó mucha controversia por el uso del humor al contar una historia sobre el holocausto nazi. ¿Tiene límites el humor?
En la ficción no hay límites. En este caso la palabra humor no es la más correcta. Yo preferiría el término sátira. Porque la risa no solo viene del humor, también puede surgir de la amargura, del odio. Es una respuesta humana muy compleja. Y hay otro aspecto importante: un tirano siempre le teme a la risa. En la Alemania nazi podías ser ejecutado solo por contar un chiste sobre Hitler. Tipos como él no pueden soportar la idea de no ser tomados en serio. Si te burlas de ellos, si los ridiculizas, les haces un daño inmenso. Por eso creo que algunas personas tienen una postura muy poco moderna al decir “cómo puedes reírte de un tema serio”. ¡Vamos! ¡La risa es un tema serio!
Alguna vez mencionó que se arrepentía de algunas cosas que escribió en sus primeros libros. ¿Qué eran?

Eran temas, sobre todo, de sexualidad e igualdad de géneros. Yo era una criatura de mi época, y allá por los años sesenta no se hablaba mucho de esos temas. Además, era muy joven. Por eso cuando lo leo ahora, no me siento muy cómodo. Lo otro es que técnicamente eran también unos textos muy toscos. Todo me parece muy amateur ahora.

FOTO: CARMEN DÍAZ

Ha sido muy crítico con su país, Inglaterra. ¿Eso lo llevó a mudarse a los Estados Unidos?
No. En realidad yo adoro Inglaterra. Incluso cuando la satirizo, como en mi novela 'Lionel Asbo', lo hago con mucho amor. En realidad comencé a vivir en Estados Unidos porque mi esposa es mitad norteamericana y porque su madre estaba enferma. Fueron cuestiones familiares. En el fondo hay cosas de Estados Unidos que me molestan muchísimo. Es un país muy ridículo en varias formas, muy irracional, con una historia sumamente violenta y oscura. Ahora cada vez que vuelvo a Inglaterra me doy cuenta de que es una sociedad mucho más madura. Norteamérica es mucho más joven.
Ha vivido en España y en Uruguay. ¿Cuál es tu contacto con la literatura en lengua española?

Bueno, para empezar debo decir que no hablo español. Toda mi familia lo hace, excepto yo. Soy pésimo para los idiomas. El único escritor latinoamericano con el que tengo una relación estrecha es Jorge Luis Borges, que es extraordinario. Era un escritor que pensaba en ritmos ingleses y eso lo hace muy reconocible para un inglés como yo. Tengo una bella relación literaria con él, pero no con otros. Además, para mí la traducción es como la fotografía de una pintura. Es mejor que nada, pero no ofrece la experiencia completa.


Fotos: Carmen Díaz


Escrito por

Juan Carlos Fangacio

Periodista.


Publicado en

Redacción mulera

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