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Marco Sifuentes y Hernán Migoya: el capítulo imposible de Laura Bozzo

Los autores del cómic Señorita Laura explican cómo detrás de uno de los personajes más criticados y/o alabados hay una persona como todos nosotros, cómo marcó el inicio de la farandulización total de la televisión y la política, y cuánta falta hace una industria del cómic para acercar el pasado a las nuevas generaciones. 

Publicado: 2015-12-01

De la infinidad de capítulos que Laura Bozzo ha transmitido en los nueve programas televisivos que ha tenido desde 1993, puede que solo haya uno que podría haber roto todos los medidores de rating: ese en el que ella es panelista y conductora a la vez y se enfrenta a su propia medicina. Ese capítulo imposible lo han hecho realidad el periodista Marco Sifuentes, el guionista español Hernán Migoya, el ilustrador Ricardo Montes y el artista gráfico Gino Palomino en el cómic Señorita Laura, una investigación periodística verídica sobre la vida de una de las más controversiales conductoras de la televisión peruana y latinoamericana que es narrada con las herramientas de la ficción.  

A diferencia de quienes alzan a Laura Bozzo en un altar como la defensora de las mujeres y quienes la satanizan, los autores han apostado por tratar de entender cómo su nombre se convirtió también en el nombre de un fenómeno nacional e internacional. “Nunca sabes en qué se va a convertir, cómo va a ser visto en el tiempo o cómo va a ser utilizado un mito o un personaje televisivo”, explica Migoya. “Hay el mito del personaje, pero no se conoce la realidad”, señala Sifuentes. “Conforme pasaron los años me di cuenta de que más allá de la imagen que tienen los latinos de ella, ahora también pasaba lo mismo con las nuevas generaciones. Esos chicos a los que se les pregunta en la calle quién es Abimael Guzmán o Vladimiro Montesinos y no lo saben, menos van a saber esto”, agrega.

Para acercarse a la verdad de Bozzo -siempre es solo un acercamiento- han escarbado, seleccionado y “remixeado” todo lo que tanto ella como otros personajes han contado en perfiles, entrevistas, programas televisivos y juicios. Agrupado todo ello en casi 150 páginas de viñetas, surge también, dicen, un retrato del país y una radiografía sobre las relaciones entre la farándula, la televisión, la política y el poder con un personaje en el medio de todo ello: Laura Bozzo.


Con Laura Bozzo hay estereotipos hacia los dos lados: la gente que la cree buena y defensora de las mujeres, y por el otro lado los que creen que es uno de los principales personajes que infectó la televisión peruana. ¿Cuáles dirían que son los estereotipos que hay sobre ella que han podido romper?

MS: La gente tiene la visión de un monstruo y en verdad es un persona que, como tú y yo, ha sufrido pérdidas, desamores y el ser utilizada. Para mí eso es lo más importante. Además, hay un punto interesante sobre hasta qué punto ella sufre de un clasismo de arriba para abajo. Hay una trama de clasismo tan enredada como el mismo Perú. También se pone sobre la mesa, por ejemplo, qué tan falso es el Perú que muestra a Laura Bozzo. Y no sé si es tan falso. ¿Es más falso que el Perú que muestra la Marca Perú? Eso ha sido muy interesante de descubrir.

HM: Hay un episodio que a mí me hace mucha gracia que es la especie de idilio que tuvo con Montesinos. En España, en los años ochenta, se hablaba de "la erótica del poder". Se refería a los líderes políticos que seducían mucho, como un Alan García joven. Eran políticos aclamados por mujeres que querían tirar con ellos. En el caso de Laura Bozzo ella no cae fascinada por alguien realmente seductor, sino por otro freak como Montesinos: un freak absoluto sin ningún atractivo físico aparente. A mí me humaniza ver a Laura Bozzo que cayera ante un tipo con tan poco glamour.

Foto: gianmarco castillo / lamula.pe

Uno de las aspectos que llama la atención en el libro es la cantidad de personajes nacionales e internacionales que hay alrededor de ella. ¿Hasta qué punto todo lo que se dice sobre Laura Bozzo es producto de ella y cuánto ha sido creado o fomentado por toda esta gente a su alrededor?
MS: En un principio ella utilizó un montón de gente y supo a quién. Luego mucha gente empezó a treparse a su fama. Al mismo Montesinos ella lo utiliza para ascender y luego, cuando él está prófugo, él trata de utilizarla a ella para poder salvarse. Es justo el momento en el que se invierten los papeles para siempre. A partir de ese momento ella no va a depender de nadie, salvo el incidente con Popi (Olivera) y (Alejandro) Toledo, quienes tratan de utilizarla, pero ella no se deja. Ese es el punto en donde ella dice “hasta aquí no más, no voy a rebajarme más”, el momento en el que se da cuenta que tiene un límite.
¿Tuvo más versiones la caricaturización gráfica que se hace de Laura Bozzo? Fernando Vivas comenta en la introducción que Laura Bozzo ya es freak de por sí y retratarla de manera freak es solo ser realista.

HM: El cómic permite humanizar a Laura porque es un género histriónico como es ella. Es casi el enfoque más realista que se puede hacer sobre ella. Ricardo Montes, el dibujante, enseguida lo pilló para hacer las dos versiones de Laura (la panelista y la conductora). 

MS: Y no solo son dos, porque hay la Laura regidora, la de los setenta, la niña, la del canal cuatro, la de Telemundo. Ha sido impresionante la capacidad de Ricardo para haber manejado cada una de esas encarnaciones.

¿Cuánto de lo investigado sobre la historia de Laura tuvo que quedar afuera?

MS: Hay mucho que ha quedado fuera. Muchos de los episodios han tenido que ser reducidos. Iban a ser setenta páginas y ha terminado siendo el doble. Pero la verdad creo que me he salido con el gusto de poner todo lo que quería.

Extracto de Señorita Laura: Laura bozz con los hermanos crousillat

¿Se la buscó a ella?
MS: No. Al inicio pensamos en buscarla al final, pero vimos que ella ha contado tantas veces su vida que ya no valía la pena. En el libro Laura siempre tiene la última palabra que hemos sacado de distintas declaraciones. Era más probable que, si la buscábamos, tratara de acomodar o controlar algunas cosas. Además no hay ni un solo aspecto de su vida del cual no haya declarado.
¿Sabía que estaban haciendo este libro?
MS: Yo sé que sí. No sé si sabía que estábamos haciendo un cómic, pero sí sabía que había una biografía en marcha.
En una entrevista ha dicho que el título del libro es propiedad de ella.
MS: No, para nada. ¿Tu crees que la editorial se hubiera mandado?
En tu columna de La República mencionabas que la historia tiene como trasfondo la relación entre la farándula, la política, la televisión y el poder. Traías a colación, además, el debate sobre la regulación de los medios que ahora se habla más por la campaña política. ¿Qué crees que puede aportar esta historia de Laura Bozzo a ese debate?

MS: Un sentido del origen. En esa época era extraño que alguien de la farándula se meta en política, la política era lo predominante y la farándula era un grupo pequeño de la televisión. Ahora es absolutamente lo contrario. Esto es como Batman Inicia, es el núcleo de todo, aquí nos empezamos a acostumbrar a que la farándula sea básicamente todo. Por eso yo creo que Laura Bozzo, como Magaly (Medina), ya no tienen sus programas, porque todo se ha laurabozziado o magalyzado. Ya no son distintas. 

HM: Yo lo que no entiendo es por qué hay tanta gente que odia tanto Esto es guerra y Combate. Me parece algo inocuo comparado con la televisión basura estadounidense. Son unos cuantos seres que viven de su físico haciendo el mongo. No entiendo esa especie de fervor por demonizar estos programas en comparación con los informativos que son deleznables en el modo en que presentan las noticias, la violencia, la sangre, el morbo, la estupidez, fomentando la ignorancia adrede.

Fotos: gianmarco castillo / lamula.pe

En esta coyuntura preelectoral, hablar de la parte de la vida de Laura Bozzo que tratan es también hablar del fujimorismo. ¿Qué nos cuenta este cómic ahora que se habla de una supuesta reformación del fujimorismo?

MS: Haciendo el libro me di cuenta de que el fujimorismo no es tan distinto de los otros partidos. Los otros partidos fueron dejando sus pretendidos estandartes ideológicos y se fueron sincerando como vehículos para llegar al poder. Si tú intercambias las figuritas de los cuatro partidos que están primeros en las encuestas da lo mismo. ¿Cuán diferente va a ser el Perú si gana uno de los cuatro, cinco o seis primeros? No mucho. Todos se han vuelto pragmáticos, de derecha y sin pretensión de ninguna reivindicación ideológica. Con cualquiera de ellos podría haber pasado lo mismo. Hay esas ganas de manipular a los medios y de utilizar a quien sea para conservar el poder. ¿Cuál es la diferencia de los demás partidos y el fujimorismo? Ninguna. 

HM: Yo que soy del año 1971, cuando tenía catorce años en 1985, con pocos años de democracia española, me importaba un pimiento la política y a mí generación igual. Me imagino que los chicos peruanos de diecisiete o dieciocho años les importa un pimiento el fujimorismo y su dictadura. Probablemente no sepan nada porque lo único que quieren es descargarse con la canción de Nicki Minaj. Entonces creo que para muchos de ellos esto va a ser un revelación: ¿esto pasó realmente en mi país? Cuanto más películas, libros, cómics, sobre el fujimorismo y Sendero Luminoso se hagan, mejor. Es muy importante porque si no va a pasar lo que le pasó a mi generación en España: éramos todos unos ignorantes absolutos.

¿El formato del cómic ayuda particularmente a eso?
HM: El ocio y el entretenimiento son vehículos ideales para formar conciencias y mentes. No creo realmente en los textos pesados y el didactismo bienintencionado, pero aburrido. Donde la gente aprende y se educa es en la cultura de masas y el ocio cultural. La cultura que nos gusta es la cultura que nos ha hecho disfrutar, entretenernos y apasionarnos. El cómic que hemos hecho creo que es el vehículo ideal para que estos chicos puedan aprender y disfrutar.
Desde hace unos años llegaron muchas editoriales españolas con cómics y novelas gráficas. Tú, Marco, has comentado que con la publicación de Grumete Grau viste que era como un posible inicio de la industria del cómic local. ¿Cómo ven el panorama ahora?

MS: Yo tenía la idea de hacer una biografía más larga y exhaustiva y por otro lado también tenía ganas de hacer un cómic periodístico. Y ahí entró Hernán. En el Perú, hasta hace unos años, no había las condiciones para hacer un cómic de este tipo. Los cómics que se han publicado en el Perú son heroicos. Son un pata con su talento y su esfuerzo y una editorial que apuesta por ellos de la nada. Pero no hay industria.  

HM: Si es así, no es por falta de talentos, sino por falta de experiencia en armar un equipo. Hay talento, pero no la experiencia para encontrar el engranaje adecuado: al entintador, al dibujante, al que haga mover al equipo. Creo que este libro puede poner un primer paso para que la editoriales armen otros equipos para hacer otro tipo de cómic. En ese sentido creo que hemos hecho algo pionero. Para mí, que tengo 25 años dedicado a la historieta, es un orgullo.

Respecto a España, tu país, que tiene una industria más armada del cómic, ¿en qué paso crees que estamos acá?
HM: Faltan editores. Este cómic tienen un tiraje de 5.000 ejemplares, algo que en España no se da. Allá solo se publica mil o dos mil ejemplares. Iniciativas así son sumamente importantes. No estoy pensando en vender, sino en la educación de esas personas que aprender a leer cómic también y eso es importante para establecer un mercado. Es importante que surjan más iniciativas por parte de otras editoriales de cómics con temas populares para acostumbrar a una masa lectora a consumir cómic. Si esas dos cosas se dan al mismo tiempo, podremos hablar de un mercado exitoso. Pero falta mucho.

Escrito por

Raúl Lescano Méndez

Periodista. Editor de la revista Poder. @rlescanomendez


Publicado en

Redacción mulera

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