Luego de cumplir 20 años de prisión, 15 de ellos hechos efectivos en la cárcel y cinco con libertad vigilada, la ciudadana estadounidense Lori Berenson, exintegrante del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), abandonará el Perú y volverá a su país natal junto a su niño de seis años, que nació cuando estaba en la cárcel.
Según las leyes peruanas, cuando un extranjero condenado a prisión en el Perú llega al término de su condena, es expulsada hacia su país de origen, en este caso Estados Unidos. Por ello, la Superintendencia Nacional de Migraciones ya viene haciendo los trámites correspondientes para este fin.
Al respecto, el abogado de Berenson, Aníbal Apari, quien también perteneció al MRTA y es padre del hijo de su defendida, dijo a la agencia Reuters que la ciudadana estadounidense "ya cumplió su condena y ahora es una persona libre. Está en plenos preparativos y dejará el país en las próximas horas".
Berenson fue detenida en Lima, en 1995, luego que se descubriera que fue parte de un plan del MRTA para realizar un atentado contra el Congreso de la República.
Una corte de jueces militares la condenó a cadena perpetua; pero ante la presión de parte de sus familiares y del propio gobierno de los Estados Unidos, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ordenó que se le realice un nuevo juicio por magistrados civiles, y finalmente fue condenada a 20 años de prisión.
Luego de cumplir las las tres cuartas partes del período de su sentencia, su régimen de condena fue modificado en el año 2010 por el de la libertad condicional, residiendo en una casa bajo vigilancia, lo cual causó polémica.
En la entrevista que concedió el último domingo a la periodista y escritora Gabriela Wiener, en el diario La República, Berenson pidió perdón por los hechos en los que estuvo involucrada:
"Quisiera expresar mi hondo pesar por las víctimas del conflicto armado interno en el Perú, al que estuve vinculada por mi colaboración con el MRTA. Lamento profundamente lo sufrido por todas las personas afectadas directa o indirectamente por el conflicto; y a las personas que se han sentido afectadas u ofendidas por mis palabras o mis actos, les pido perdón".
Con la partida de Berenson hacia Estados Unidos, se cierra un capítulo (solo uno) de la triste historia de la violencia política en el Perú, que a pesar del tiempo transcurrido, no cicatriza aún sus heridas.
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