En medio de la telenovela turca que se ha montado en los últimos días en el Partido Popular Cristiano (PPC), donde Lourdes Flores y Raúl Castro se han turnado para lanzarse directamente a sus respectivas yugulares, la muerte del excongresista e hijo del fundador de dicha agrupación, Luis Bedoya de Vivanco, parece suponer una involuntaria tregua que podría devolver las aguas a su cauce.

Sin embargo, aunque su fallecimiento ha vuelto a unir, aparentemente, a todos los militantes en un solo sentimiento de pena, también lo ha hecho en la tácita consigna de obviar su paso por la célebre 'salita del SIN' para recibir 25 mil dólares del asesor del dictador Alberto Fujimori, Vladimiro Montesinos.

En el año 2001 el hijo de Luis Bedoya Reyes se entregaba a la justicia y era recluido en el Penal de San Jorge. El programa dominical Contrapunto, en la entonces Frecuencia Latina, emitió un reportaje en el que resumía el caso del exsenador, excongresista y alcalde de Miraflores que hasta 1999 había tenido una carrera intachable.

Las elecciones municipales complementarias del año 1999 marcaban el intento de Bedoya de retornar a Alcaldía de Miraflores, la misma que había ejercido a finales de la década del ochenta. Sus principales contendores Fernando Andrade Carmona y Jaime Salinas contaban con un nivel de simpatía importante y representaban, además, posiciones políticas contrarias a la dictadura fujimorista de entonces.

Al parecer Montesinos, al darse cuenta de ello, decidió asegurarse el apoyo político de uno de los municipios más acomodados de Lima y citó al postulante Bedoya para ofrecerle su respaldo para la campaña.

Según señala el informe de Contrapunto, los medios de comunicación que a inicios del nuevo milenio informaban respecto a la interminable lista de 'vladivideos' que implicaban a varios personajes públicos y funcionarios, difundieron la transcripción de las grabaciones rotuladas como las 1568 y 1569, en las que se veía a Bedoya de Vivanco y Montesinos Torres afinar la estrategia para evitar que no llegue a la Alcaldía "ni el hermano de (Alberto) Andrade ni el hijo del general (Jaime) Salinas (Sedó)". A cambio, Bedoya de Vivanco recibió del exasesor 25 mil dólares.

Esto hizo que, una vez caída la dictadura y descubierto dicho contenido, el pepecista fuera acusado de peculado, delito del que su defensa señaló no podía ser considerado responsable porque al momento de reunirse con Montesinos 'no era funcionario público'.

Bedoya terminaría preso desde el 26 de enero hasta el 5 de febrero del 2001 -abandonaría la prisión alegando problemas de salud en comparecencia-, y posteriormente retornaría al encierro hasta el 23 de agosto de 2005, cuando habiendo cumplido 41 meses de una pena de cinco años por peculado y corrupción de funcionarios, y al haber pagado 18 mil soles de una reparación civil de 500 mil, se acogió a la semilibertad.

El mismo Bedoya de Vivanco, tal y como relata el informe, habría repartido su 'explicación' a los vecinos miraflorinos señalando que él nunca buscó a Montesinos, sino que fue al revés, y que en realidad el dinero recibido no era una coima, sino una 'donación'.

Como es de conocimiento público, su carrera política no volvió a ser la misma y hasta el final de sus días se dedicó al derecho de una manera bastante discreta. Una discreción que hoy parece ser la única cualidad que buscan resaltar aquellos que lo recuerdan, y que tras haber recibido dinero de una de las dictaduras más corruptas de nuestra historia, es sin duda la única que se puede intentar rescatar.

Para no olvidar.


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