El Sodalicio de Vida Cristiana acaba de anunciar la creación de la 'Comisión de Ética, Justicia y Reconciliación', que tendrá como tarea investigar las denuncias de abuso sexual contra miembros de esa sociedad de vida apostólica, incluido su fundador, Luis Fernando Figari.
Este grupo de trabajo tiene entre sus miembros, entre otros, a Rosario Fernández, exministra de Justicia, Miguel Humberto Aguirre, director de contenidos del Grupo RPP y a Manuel Sánchez-Palacios Paiva, expresidente del Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Alessandro Moroni, superior general del Sodalicio, explicó en RPP Noticias que todas víctimas podrán acercarse a la referida comisión para para exponer sus casos y así entender, de manera transparente, qué ha sucedido en esta sociedad religiosa reconocida por el Vaticano.
"Nosotros tenemos la intención y la decisión política de colaborar con la justicia civil, penal si fuera el caso, y eclesiástica. Estamos en pleno proceso de investigación de la justicia eclesiástica. Vamos a colaborar para que se concreten todas las decisiones que se puedan tomar".
Explicó que los miembros 'Comisión de Ética, Justicia y Reconciliación' han firmado un acuerdo de confidencialidad y que las víctimas deberán enviar sus denuncias a través de un testimonio escrito y que deberán incluir sus datos de contacto.
¿POR QUÉ RECIÉN SE CREA ESTA COMISIÓN?
Si en las últimas semanas, el Sodalicio ha estado en el 'ojo de la tormenta', ha sido gracias al libro 'Mitad monjes, mitad soldados' escrito por Pedro Salinas (con la colaboración de Paola Ugaz), el cual recoge 30 testimonios de personas que sufrieron maltrato físico, psicológico y sexual en los últimos 40 años. La mayoría de las víctimas eran menores de edad.
Tras el escándalo y revuelo que generó esta publicación, la Fiscalía de la Nación inició una investigación. De otra manera, estos abusos hubieran quedado en el olvido.
Ya con el escándalo instalado en medios de comunición y la opinión pública, Moroni tuvo que salir a dar la cara por estos actos execrables que involucran al fundador del Sodalicio. Pero la reacción incial que tuvieron en esta sociedad religiosa, afianzaba la sensación de impunidad en torno a este caso.
Prueba de ello fue el testimonio de una víctimas que conversó con Pedro Salinas. Bajo el apelativo de Santiago, uno de los agraviados reveló que el Tribunal Eclesiástico (integrado, entre otros, por el cardenal Juan Luis Cipriani) no prestó la debida atención a su denuncia presentada en el 2011. Más grave aún, nunca se preocuparon por tomarle una declaración. En su defensa, el órgano del Arzobispado alegó que no tenía jurisdicción sobre el Sodalicio, por lo que el caso fue enviado al Vaticano. Ahí también primó la indiferencia.
Precisamente, el visitador de la Santa Sede designado para investigar esta denuncia, el obispo Fortunato Pablo Urcey, señaló que no investigaría a Figari y que no se reuniría con las víctimas, lo que acrecentó las críticas y las dudas sobre la real vountad de investigar y castigar a los responsables de los abusos denunciados.
Con todos estos antecedentes, ¿qué seguridad tenemos que esta 'Comisión de Ética, Justicia y Reconciliación' tendrá una actuación distinta al Tribunal Ecleasiástico o a las propias investigaciones internas del Sodalicio? Lo cierto es que estas denuncias deben seguir su curso en el fuero civil, tal como corresponde a un Estado Laico. Y las partes involucradas deben allanarse a la invesigación.
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