Los movimientos telúricos de 7.3 y 7.2 grados registrados ayer en la zona centro oriental del Perú también se sintieron en países como Brasil, Bolivia, Chile, Argentina, Ecuador, Colombia y hasta Venezuela. Pero, ¿por qué pese a la intensidad y al alcance de estos seísmos afortunadamente no se han reportado víctimas ni daños materiales de algún tipo? 

En entrevista con Al Estilo Juliana de RPP TV, Hernando Tavera, director del Instituto Geofísico del Perú (IGP), explicó que este evento, al que su entidad calificó en sus reportes como "Continental", ocurrió a tal profundidad que "la energía tiene facilidad para irradiarse de manera abierta sin ningún tipo de atenuación importante y por eso es que puede sacudir una superficie bastante grande como ha ocurrido ahora".

Tavera señaló que dicha característica es "muy común" en estos denominados "sismos profundos" y puso como ejemplos los registrados en el año 1994 en la frontera Perú-Bolivia, que fue percibido hasta en Estados Unidos y tuvo una magnitud de 8.2; el de 2010 en la frontera Perú-Brasil conocido como el sismo de Contamaná; el de 2005 que registrado en Yurimaguas, entre otros.

Consultado ante la posibilidad de que uno de estos eventos ocurra en Lima, el director del IGP aseguró que jamás ocurrirá uno nuestra capital, ya que los movimientos telúricos no suelen pasar de los 60 kilómetros de profundidad, a excepción de uno de gran magnitud registrado en 1746:

"El último evento importante ha ocurrido en el año 1746 y desde entonces este evento no se ha repetido. Hay mucha energía acumulada que tiene que liberarse en algún momento y eso hace que ciudades como Lima estén en alto riesgo pero no por el terremoto en sí, sino por el nivel de desarrollo por el tipo de construcción que tenemos en ciudades como la nuestra".

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