La Marsellesa se escuchó más fuerte que nunca, esta vez en el mítico estadio de Wembley, donde los más de 90.000 asistentes que acudieron al recinto para el partido amistoso entre Francia e Inglaterra, la entonaron a viva voz, como homenaje a las víctimas de los atentados de París, que dejaron 129 muertos y más de 350 heridos.

Franceses e ingleses se abrazaron, bebieron y cantaron juntos en las horas previas al choque, y no cesaron de fotografiarse con el emblemático arco de Wembley, teñido de los colores blanco, rojo y azul de la bandera francesa, de fondo.

La fachada y los laterales del estadio, situado en el norte de la capital británica, estuvieron proyectados hasta después del encuentro con la leyenda: "Liberté, Égalité, Fraternité" ("Libertad, Igualdad, Fraternidad"), el lema oficial de la República Francesa.

Así, el partido pasó de ser incierto –estuvo a punto de cancelarse por razones de seguridad– a convertirse en un gran homenaje, en una ciudad en la que residen unos 300,000 franceses.

El premier david Cameron y príncipe william en el estadio.